Opinión Nacional

¿En qué se equivocó Neustald?

El periodista peruano y ex-corresponsal en Venezuela de la cadena
televisiva de noticias CNN en Español, Otto Neustald, parece no haberse
percatado totalmente del serio error que cometió al utilizar una de las
más graves tragedias del pueblo venezolano -la Masacre de Miraflores-
ocurridas durante el régimen chavista (la peor de todas ha sido la del
estado Vargas), para intentar aparecer como héroe y ejemplo a seguir,
ante los estudiantes de periodismo de la Universidad Bicentenaria de Aragua.

A pesar de haberle dicho a los estudiantes, que por su amplia
experiencia tratando numerosos presidentes de América Latina «conozco a
muchos de ellos personalmente» -dijo Neustald y los nombró-, para añadir
al final, «uno llega a saber como trabaja esta gente», no pudo preveer
como reaccionaría el totalmente sin escrúpulos régimen chavista, a sus
opiniones personales.

La maquiavélica expresión del Vicepresidente venezolano, José
Vicente Rangel «el video del Presidente es irrebatible» debería
enseñarle esto: así como él se atrevió a interpretar los hechos del 11
al 14 de abril convirtirtiendo su interpretación en «su verdad» para
propósitos académicos; los chavistas están interpretando sus opiniones,
convirtiéndolas «en su verdad», para propósitos políticos nefastos.

En la conferencia que Otto Neustald dictó a los estudiantes de
periodismo de la Universidad Bicentenaria de Aragua, él no se comportó
como exigen las reglas académicas; es decir, transmitir un deber ser
basado en hechos; o plantear un posible deber ser mediante variadas
hipótesis a ser posteriormente comprobadas mediante la verificación y
análisis de los hechos. Otto Neustald, utilizó su experiencia personal y
su también personal interpretación de esa experiencia, para presentarlas
a los estudiantes como si éstos fuesen hechos y no hipótesis.

Otto Neustald debería leerse los libros escritos por los periodistas
estadounidenses del Washington Post, Bob Woodward y Carl Berstein (All
The President’s Men y The Final Days}, para que aprendiese -porque aún
es muy joven- como escribir más de mil páginas de muy intrincados y
turbios procesos políticos, sin alterar ni la verdad, ni la historia, y
contribuir con un verdadero trabajo periodístico -muy profesional- a
informar debidamente a la sociedad.

En mi opinión, Otto Neustald -entre otros- cometió el mismo error
que han estado cometiendo numerosos de nuestros analistas políticos y
periodistas: dar como un hecho inmutable, que los militares venezolanos
continúan siendo como los «gorilas» que en el pasado eran el
auto-designado árbitro político de América Latina, poniendo y quitando
gobiernos de acuerdo a sus intereses gremiales, y hasta tomándose el
poder para ellos mismos, si así lo consideraban conveniente. Es bueno
pues puntualizar, -a Otto y al lector- que ese fantasma del golpismo
militar hace muchos años que desapareció del seno de las Fuerzas Armadas
Venezolanas.

Sé, que el lector, ante estas palabras, sacará a relucir a Chávez
Frías, Gruber Odreman, Visconti Osorio y a sus fallidas intentonas
golpistas de febrero y noviembre de 1992. Si es así, los invito a
reflexionar sobre la abrumadora mayoría de los otros oficiales que se
les enfrentaron y los redujeron -en ambas ocasiones- en menos de 24
horas en defensa del sistema democrático.

Y más importantemente, los invito a reflexionar sobre la abrumadora
mayoría de oficiales -de las cuatro fuerzas- que el 11 de abril de 2002,
desconocieron al régimen de Hugo Chávez invocando el artículo 350 de la
Constitución en defensa de la democracia y el respeto a los derechos
humanos; y las posteriores acciones frente al totalitarismo de Pedro
Carmona Estanga -tanto del General de División Efraín Vásquez Velazco,
como del General de Brigada Raúl Isaías Baduell, quienes por diferentes
motivos, pero siempre invocando la Constitución y la democracia,
actuaron contra el régimen de Carmona el Breve-.

Adicionalmente, invito a Otto Neustald y al lector, a reflexionar
sobre la perplejidad que hoy siente el pueblo venezolano «que no
comprende» como «los militares no sacan de una buena vez a Chávez del
gobierno» a pesar de los constantes atropellos que éste perpetra contra
su pueblo y las sistemáticas violaciones que hace a la ley y a la
Constitución, porque esa perpelejidad popular, tiene las mismas causas
que el error de Neustald y de no pocos de nuestros analistas políticos y
periodistas.

Si se hiciesen esas reflexiones, se podría comprobar, que los
militares venezolanos NO DIERON UN GOLPE DE ESTADO el 11 de abril de
2002, como lo ratificó el Tribunal Supremo de Justicia mediante el voto
mayoritario de 11 Magistrados contra 8, luego de INVESTIGAR LOS HECHOS y
no las opiniones personales o políticas de las partes en litigio.

El 11 de abril se perpetró un crimen de lesa humanidad. Ese día hubo
una masacre de inocentes, y el principal responsable de esos atroces
hechos -y de la posterior y deliberada- obstrucción de la justicia y de
la verdad, no es otro que Hugo Chávez Frías.

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