Opinión Nacional

¿Energía nuclear?…bien lejos!!!!

A propósito de un Seminario nuclear en el Colegio de Ingenieros

Lamento el nombre del seminario que promueve el colegio de Ingenieros sobre el tema nuclear, porque ese nombre es -de por sí- una postura, que promueve una idea falsa. Para nuestro criterio, no existe tal cosa como “uso pacífico de la energía nuclear”. En esos llamados «usos pacíficos» se esconde el prólogo de un camino que lleva a la producción de bombas y armamentos atómicos; de hecho Corea del norte usó esa estrategia de hablar de usos «pacíficos» y por allí recorrió el camino hasta armarse con bombas atómicas con las que ahora amenaza a Japón, a la otra Corea y hasta a Estados Unidos por el largo alcance de sus nuevos mísiles. Otro tanto hace ahora Irán, que habla de «usos pacíficos» para evitar sanciones y oposición mundial a su programa nuclear mientras enriquece uranio, que es obviamente un camino que transita hacia producir armas atómicas.

No se puede hablar del tema nuclear desde una perspectiva netamente tecnocrática. Las implicaciones militares y políticas del tema son inevitables puesto que si se aprende a enriquecer uranio, se tendrá fácilmente una bomba atómica. Por ello, al propiciar el acceso a esas tecnologías de los llamados «usos pacíficos» de la energía nuclear se está contribuyendo a iniciar el camino hacia la construcción de bombas atómicas….

Recientemente, un artículo del astrofísico del IVIC, Dr. Claudio Mendoza, explicaba claramente esa conexión entre el enriquecimiento de uranio (lo que hace Irán actualmente) y la factibilidad de fabricación de bombas.

Dos ideas aterradoras sobre el tema emanan del texto de Mendoza: es fácil hacer un arma nuclear, y en segundo lugar: si aprendes a enriquecer uranio podrás provocar la letal reacción en cadena.

Nos cuenta Mendoza que “El diseño tipo pistola de Frisch y Peierls para detonar una bomba atómica era tan simple que los científicos aliados no tuvieron que probarlo antes de Hiroshima, y por esta razón nos preocupa enormemente el actual riesgo de su proliferación y uso por terroristas. Con poca destreza tecnológica se puede construir un dispositivo nuclear obsoleto e ineficiente pero de todos modos muy poderoso.”

Concluye el experto del IVIC que “el ingreso al exclusivo club nuclear se reduce esencialmente a la capacidad tecnológica de enriquecer uranio”

Pareciera haber interesados en propiciar la posibilidad de que Venezuela ingrese al club nuclear. Todos hemos sido testigos de las ambiciones guerreristas y las ansias de poder ilimitado y eterno de algunos en Venezuela; no es difícil entender entonces el porqué de su afán de promover la energía nuclear en un país que no la necesita.

Por otra parte, se intenta hacer creer a los venezolanos que necesitamos plantas nucleares para producir energía eléctrica “limpia y barata” (se atreven a decir) porque tenemos una profunda crisis de fuentes energéticas. Se magnifica la supuesta crisis energética y se programan suspensiones al servicio eléctrico para crear desespero ante una necesidad acentuada adrede. Es el Apocalipsis…entre la oscuridad y la salvación nuclear. Con la creación de ese falso dilema se intentaría justificar y ganar apoyo público a la construcción de centrales atómicas en nuestro hermoso territorio (uno de los doce países de mayor diversidad biológica del planeta).

Lo cierto es que no estamos ante una situación de tener que escoger entre oscuridad y energía nuclear….y tampoco entre petróleo y plantas nucleares. Hay que recordar que en Venezuela no producimos electricidad con petróleo y que los problemas en el suministro están más asociados a la gerencia, manejo y mantenimiento de los servicios de energía eléctrica en el país, que a la escasez de fuentes generadoras de energía.

Para producir electricidad algunos sectores proponen importar tecnología para instalar plantas nucleares en el país, como si en Venezuela tuviésemos realmente problemas de fuentes de energía.

Ante esa propuesta (monetaria y ambientalmente costosa) es oportuno recordar que las centrales o plantas nucleares para producir energía eléctrica son dañinas al ambiente, susceptibles a fallar y de impactos irreversibles. No se recoge la radiación como si fuese un derrame de petróleo.

El uso -mal llamado «pacífico»- de la energía nuclear, requiere de infinitas inversiones financieras y traen como resultado mayor centralización y vulnerabilidad. En Chernobyl ese uso “pacífico” dejó más de tres mil muertos, un territorio desbastado y vetado para todo uso. La contaminación radiactiva llegó hasta USA y en Europa hubo que desechar miles de toneladas de productos lácteos porque la radiación que emanó de Chernobyl afectó los rebaños de vacas productoras de leche, que debieron ser sacrificadas en Holanda, Alemania, Francia, Italia, y otras naciones. Ese episodio es el más conocido de los innumerables casos de accidentes de las diversas tecnologías atómicas. En Estados Unidos cuando ocurrió el accidente de Three Mile Island ya habían sido registrados más de 1400 (mil cuatrocientos!!) accidentes nucleares en sus plantas de energía atómica, con escape de radioactividad y muertes.

El tema de los desechos radioactivos es otra consideración de peso en un país que -como el nuestro- no logra disponer debidamente ni siquiera la basura doméstica!!!
“… no se conoce forma ambientalmente sustentable alguna de tratar los residuos nucleares, ni en la producción del uranio enriquecido, ni de los residuos radiactivos de las plantas nucleares. Son desechos en extremo peligrosos, ya que el simple contacto con ellos o material expuesto a su radiación, genera problemas a la salud, incluso la muerte de cualquier forma de vida. El tiempo durante el cual son peligrosos es superior a 10.000 años.

Donde se depositen estos residuos se corre alto riesgo de contaminar afluentes de agua, tierras y aire. (…) Entre estos residuos se encuentra el plutonio, que es material que puede ser usado en arsenal atómico, posibilitando el desarrollo de armas de este tipo” (Pablo Kaplun y J.A. Parra)

¿Que tan pacífica es entonces una tecnología tan agresiva contra el ambiente, riesgosa, vulnerable y que al fallar deja muertes por miles y secuelas irreversibles?
¿Necesitamos en Venezuela esta dañina fuente de energía?

Nuestra electricidad, la de todo el territorio nacional proviene del agua…es energía hidroeléctrica, obtenida gracias a esfuerzos, inversiones, conocimientos, talento y planes sostenidos a lo largo de casi cincuenta años. Para resolver los problemas que hoy confrontamos y las demandas futuras en el suministro de electricidad las opciones son muchas, diversas y de reto a la imaginación. Pero, en primer lugar, habría que adelantar eficaces programas de mantenimiento de la red de suministro eléctrico del país cuyo desempeño en los últimos años deja mucho que desear.

Por otra parte no hemos agotado nuestras fuentes hidro-eléctricas y los expertos formados en EDELCA hace varios años vienen insistiendo en la necesidad de continuar sus planes (retrasados con este gobierno) de construcción de represas.

Las fuentes alternas, como la solar y la eolica, ambientalmente “amigables” y apropiadas a nuestra condición caribeña de país ecuatorial están al alcance. La Universidad del Zulia –entre otros centros de investigación en el país- ha estudiado por décadas las aplicaciones, usos y factibilidad de energía solar y eólica. Energía geo-térmica, bio-gas, recolección y manejo del gas que emana de los rellenos y vertederos sanitarios, son solo algunas de las otras fuentes no exploradas ni explotadas en el país que proclama la necesidad de respuestas endógenas a sus problemas.

Las respuestas a pequeña escala, localmente, (como plantea el libro «lo pequeño es hermoso») es un territorio inexplorado en el país.

El colegio de Ingenieros de Venezuela, las Academias, las Universidades y gremios de la ciencia debieran asumir una postura equilibrada y firme en un tema tan delicado como este que tiene- querámoslo o no- implicaciones políticas, militares y de salud y ambiente.

Al propiciar importar a Venezuela tecnologías de producción de energía nuclear, obviamente el Colegio de Ingenieros, y cualquiera que lo haga, sirve a los intereses económicos de las corporaciones que venden tales tecnologías (y las promueven con fuertes inversiones en el lobby respectivo) y se pone al servicio de las estrategias armamentistas de quienes solo piensan en perpetuarse en el Poder

En fin, no deberíamos dejarnos arropar por la manipulación del lobby nuclear mundial y los centralizadores militaristas locales que están desesperados por tener bombas atómicas….

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