Opinión Nacional

Energúmeno

La palabra “energúmeno” tiene una gran fuerza expresiva. Es un sustantivo, pero posee un valor adjetival, pues si como sustantivo designa a personas, al mismo tiempo las califica, al atribuirles ciertas cualidades definitorias. Se puede llamar “energúmeno” a una persona cuando actúa de un modo determinado. “Energúmeno” ha evolucionado semánticamente con el tiempo. Aparece ya en el Tesoro… de Covarrubias (1710): “(…) llamamos a los endemoniados energúmenos, por la inquietud en que los pone el enemigo, que rompen los vestidos y se despedazan las carnes y se precipitan; (…) O digamos que se llaman energúmenos por la eficacia y el poder que el demonio tiene sobre ellos y porque obra en ellos teniéndolos oprimidos. Tiene la Iglesia Católica exorcismos para echar estos demonios de los cuerpos, y hanse vistos cosas maravillosas en esta materia. (…)”. En 1732 el Diccionario de Autoridades, primero de la Real Academia Española, definió “energúmeno” en el mismo sentido: “La persona que está espiritada o endemoniada”. A esta definición se agrega más tarde una segunda acepción, que llega hasta la más reciente edición del DRAE, la vigésima segunda, publicada en 2001: “1. m. y f. Persona poseída del demonio. 2. m. y f. Persona furiosa, alborotada”. Esta segunda acepción es hoy la predominante, hasta el punto de que algunos diccionarios modernos omiten la primera, y registran solamente esta última. El Diccionario de uso del español actual CLAVE, por ejemplo, dice: “energúmeno, na: Persona furiosa, alborotada o sin educación: Unos energúmenos iban por ahí destrozando cabinas telefónicas (…)”. Por su parte, el Diccionario del español actual, de Manuel Seco, Olimpia Andrés y Gabino Ramos, conserva, pero en segundo plano, la acepción de persona “endemoniada o posesa”, y destaca la otra como primera acepción: “Persona violenta o colérica (…)”. Aunque estas acepciones son válidas, en la práctica el término se usa con un poco más de amplitud. Además de persona furiosa, alborotada, violenta, colérica, sin educación, comúnmente se emplea “energúmeno” como equivalente a “troglodita”, “bárbaro”, “frenético”…, no sólo de manera transitoria, sino incluso en forma permanente, como definitorio de una personalidad: “Fulano es un energúmeno…”. “Energúmeno” es de origen griego, y deriva de “energúmenos”, que en lengua griega significa “influido por un mal espíritu”.

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