Opinión Nacional

Entrevista virtual al alto mando militar

“Sus preguntas nos parecen una excelente oportunidad para compartir nuestras reflexiones y angustias Sr. Ángel, así que muchas gracias por darnos esta oportunidad. Para los señores Oficiales Generales y Almirantes del Alto Mando, ha sido verdaderamente muy complejo, nuevo y retador hacer vida activa en las guarniciones y ejercer el liderazgo militar de la FAN en el momento actual. Pero estamos listos para responder sus preguntas”.

1) El Alto Mando es percibido como un equipo con falta de liderazgo ante esta terrible crisis nacional de gobernabilidad. ¿Qué pasa con ustedes?. Respuesta: “Fedecamaras, la CTV, los partidos políticos y las organizaciones de la sociedad civil han decidido ejercer el liderazgo de la oposición a nivel nacional (Coordinadora Democrática), fundamentados en una visión de país que comparten de acuerdo a lo que entendemos. Ello no nos extraña ni nos sorprende, nos parece normal con el pluralismo, la democracia y la lucha por el poder político. Así como a la sociedad civil le corresponde ejercer el liderazgo hacia afuera, al Alto Mando Militar le corresponde ejercer el liderazgo hacia adentro, aunque no se entienda mucho hacia afuera. Aceptamos y comprendemos que no se entienda porque somos una organización diferente a las civiles, con una simbología y una cultura corporativa muy única, no muy conocida ni compartida por las demás organizaciones de la sociedad. Asumimos el liderazgo como la responsabilidad de identificar una visión profesional y conducir el cambio hacia allá, modelando a los subalternos lo que hay que hacer, sin contaminarlos con nuestros gustos o disgustos. Si lo hacemos, se debilita el liderazgo. Ya aprendimos en la década de los noventa. Fue doloroso y traumático. No era la primera vez que ocurría un levantamiento militar sino la quinta desde los años sesenta. Obviamente, algo se mantuvo ocurriendo de manera constante en el tiempo, aunque no lo entendiéramos completamente. Pero logramos descubrir lo que éramos: una amalgama imperfecta de ciudadanos tan venezolanos como los demás pero armados y entrenados para la guerra, en búsqueda de un equilibrio de las permanentes inestabilidades políticas e ideológicas internas, propias de una sociedad militar que había debilitado su liderazgo hacia adentro en favor de las relaciones políticas hacia afuera, sociedad militar hija muy parecida a su sociedad civil progenitora, que hizo posible tales inestabilidades. Podemos citar por ejemplo el caso de PDVSA, una organización con una cultura corporativa y una simbología única como la nuestra, sometida a las mismas fuertes presiones y contradicciones que la FAN. Nosotros las estamos manejando inteligentemente. Ellos no lo comprendieron y no pudieron manejarlas. Nuestra visión de mantener el liderazgo hacia adentro para preservar la obediencia, la disciplina y la subordinación a pesar de las contradicciones, es lo medular en el corto, mediano y largo plazo. El liderazgo hacia afuera le corresponde a otros, no al Alto Mando Militar. Hay cosas que están ocurriendo internamente, nos parecen alejadas de la misión de la FAN. Pero en el pasado también ocurrieron y sobrevivimos. Así que no hay novedad, como nos gusta decir en el argot militar. El liderazgo interno es lo único que controlamos y no lo podemos debilitar más, porque ello sería el suicidio y la destrucción desde adentro. La FAN actual es la que tenemos, no hay otra. Lo estratégico es fortalecerla en el tiempo. Por ello, es indispensable retomar con fuerza nuestro juramento, el que hicimos cuando nos graduamos de Subtenientes: Prometéis ante Dios y en presencia de la Bandera, defender la Patria y sus Instituciones hasta perder la vida y no abandonar jamás a vuestros superiores. ¡Si, lo prometo!. Si así lo hiciereis mereceréis el bien de la Patria, si no seréis castigados por la Ley”.

2) Pero la FAN es percibida hoy peor que nunca porque no dicen nada. ¿No están siendo ustedes indiferentes, o cómodos?. Se dice que están comprados. Respuesta: “No le corresponde al Alto Mando Militar generar gobernabilidad, ni construir acuerdos, ni dirimir las diferencias políticas, mucho menos quitar o poner gobiernos. Hacerlo es responsabilidad de los civiles y del juego democrático. Subrogarnos esa responsabilidad es criminal. De hacerlo, seguiríamos en la constante del pasado y la división de la FAN en facciones irreconciliables hoy, seria inevitable. Significaría enfrentamientos armados, violencia generalizada, destrucción, muerte y desolación. Niños, mujeres y familias llenas de dolor y llanto. Una vez que ello ocurra, no habrá vuelta atrás. Estamos muy alertas de esta amenaza porque hemos estudiado muy bien sus efectos devastadores en la población civil. Preferimos pagar el precio de la impopularidad, o pasar por indiferentes, o por cobardes, o por comprados, que convertirnos en promotores de la guerra entre venezolanos. Que nuestros hermanos civiles no lo vean muy claro, nos parece normal porque no son expertos en guerra. Nosotros sí sabemos lo que es eso. El costo de oportunidad de una guerra civil es demasiado alto como para empezarla. Lo que está pasando en la sociedad venezolana es un dato de la realidad, aunque no nos guste esta allí. Esto que no nos gusta se parece a nosotros los venezolanos, porque es una creación nuestra. Estamos experimentando los efectos de tener los líderes que están al frente de la oposición y del oficialismo. La sociedad civil tiene que aprender a confrontarse y a encontrar caminos y acuerdos con los líderes que tiene, aunque a esta sociedad civil no le guste lo que esta pasando. Los militares estamos en lo mismo: trabajando con los líderes que están al frente y lidiando con nuestras imperfecciones y con las distorsiones de la ideología, situaciones que hemos creado nosotros mismos. No nos vamos a matar unos a otros por una razón muy sencilla, nadie lo quiere. Prueba de ello es que no ha ocurrido, a pesar de las ganas. La mejor manera de preservar la vida es que los militares nos mantengamos en el límite del caos, aunque ello sea impopular y odioso. Es verdad: la movilización política, la violencia de calle, la recurrencia, virulencia y diversidad de la información mediática es inusualmente alta y atemorizante. Ha habido muertos ciertamente, pero la alternativa para nosotros es que estos sean una absoluta minoría, nunca al revés. Por ello, intervenir en el curso de los acontecimientos políticos, no es una opción para el Alto Mando Militar”.

3) Suena raro y sospechoso para la gente en la calle, que ustedes no se inmuten y les parezca este caos nacional como algo propio de la lucha democrática. ¿No les parece que está en juego la Seguridad Nacional porque estamos al borde del colapso económico?. Respuesta: “De la crisis actual de gobernabilidad va a emerger la construcción de un sistema político más eficiente y productivo. En el Alto Mando Militar hemos llegado a esta conclusión, estudiado con mucho interés el modelo de la complejidad del Instituto Santa Fe de Investigaciones, en California. Es el paradigma disponible más novedoso y avanzado en las ciencias sociales y políticas del mundo contemporáneo, con el cual hacemos ahora las apreciaciones de situación relacionadas con el cambio social y la evolución política, porque este marco de análisis supone que, la inestabilidad controlada, es la condición permanente del sistema de convivencia humana en el nuevo milenio. En este modelo, complejidad significa diversidad, múltiples fuerzas políticas, económicas, sociales, culturales, religiosas e internacionales interactuando al mismo tiempo de forma interdependiente e independiente, de alta variabilidad en sus objetivos y estrategias, con múltiples interconexiones, generando en paralelo efectos esperados e inesperados. Obviamente en consecuencia, la complejidad suele lucir como un caos incomprensible. El paradigma de la complejidad se utiliza cuando el problema a ser analizado, por ejemplo la situación que atraviesa el sistema político venezolano, cumple con las siguientes características: a) Es nuevo y único respecto a lo que precedía, poco comparable con el pasado, como lo es la situación actual; b) Es confuso y desconocido, por lo que estamos sin duda todos desconcertados; c) Es muy permeable a influencias de distintas fuentes: mediáticas, religiosas, económicas, internacionales, políticas, sociales, culturales, etc.; d) El problema está relacionado con un número muy grande de lideres, jefes y dirigentes que no se conocen ni se comunican bien; e) El problema se ha tratado de resolver en el pasado con muy poco éxito, tal como lo evidencia el tiempo que tenemos tratando de ponernos de acuerdo; f) Los insumos necesarios para resolver el problema y los resultados esperados no están ni claros ni son anticipables. Nuestro concepto de Seguridad Nacional incorpora el concepto de complejidad y de inestabilidad controlada. De acuerdo al modelo de la complejidad en consecuencia, al darse las características anteriores, el sistema político venezolano está siendo presionado intensamente por fuerzas político-sociales, económicas, culturales e internacionales contradictorias y en competencia, que lo obligan a deshacer su estado interno de orden y equilibrio para entrar en un estado de caos generalizado, a partir del cual emergerán nuevas, más creativas e innovadoras formas de comunicación, tolerancia, producción y armonía social. El exceso de caos en el sistema político por largos períodos de tiempo o de forma permanente, supondrá la destrucción del sistema de convivencia civilizada entre los venezolanos. Todavía no hay en Venezuela exceso de caos, lo habrá si entra la FAN a potenciar la guerra civil, como le explicamos en su pregunta anterior. Pero ello no es una opción para el Alto Mando Militar, porque con la guerra civil vendrá también el colapso económico, sin duda. Esta posibilidad es tan aterradora que ni la Coordinadora Democrática ni el Gobierno Nacional la quieren, salvo en las amenazas mutuas propias de la lucha política. El empresariado venezolano parece tener suficientes fuentes económicas como para financiar su participación política y sobrevivir después de la crisis. De esto no nos cabe duda, porque ningún empresario va a tomar acciones para destruirse a sí mismo definitivamente. Por lo demás, indeseables indicadores económicos hemos tenido durante años y hemos sobrevivido. Así que el colapso económico no depende fundamentalmente del Alto Mando Militar, sino de las decisiones y acciones de los líderes sociales. El exceso de orden y estabilidad por su parte, es paralizante y destructor del desarrollo sustentable, porque la estabilidad permanente de un sistema humano es opuesta a la tendencia natural de las organizaciones sociales, que es el cambio a través de la inestabilidad controlada. El exceso de orden y estabilidad lo experimentamos en el pasado político y económico, cuando todos deseábamos un cambio hacia niveles superiores de calidad de vida y nada ocurría. Pero también sobrevivimos. El Alto Mando Militar ha decidido moverse en el límite del caos que experimenta nuestro sistema político en la actualidad. El límite del caos no es ni un abismo ni un lugar. Es un estado positivo intermedio que pueden proponerse todas las organizaciones venezolanas, existente entre los estados exceso de orden y exceso de caos, a partir del cual los componentes militares, por ejemplo, se ven obligados a maximizar su capacidad de respuesta y adaptación a la múltiple variedad de retos presentes en el entorno venezolano actual, porque asumen la inestabilidad controlada como condición obligante para sobrevivir. El Alto Mando Militar entendió que la inestabilidad estará presente en el corto, mediano y largo plazo. Este aprendizaje generará la suficiente estructura interna en la FAN para actuar con innovación, productividad y eficacia, perpetuando la institucionalidad militar en el tiempo. Moverse hacia un esquema de inestabilidad controlada, es mucho más productivo para el Alto Mando Militar y el país que el equilibrio del no cambio (exceso de estabilidad), o la inestabilidad explosiva ( exceso de caos)”.

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