Opinión Nacional

Epicentro: Monagas

Viajar a Maturín en esta oportunidad no fue como en los últimos siete años, en los cuales era actividad constante, y con situaciones más o menos predecibles. En esta oportunidad viajé contratado para supervisar un estudio de campo, cuyo único objetivo era diagnosticar la percepción de los ciudadanos de esa ciudad con respecto al desempeño e imagen del Gobernador José Gregorio Briceño, después de su expulsión del PSUV, antes de su acto de entrega de Memoria y Cuenta, y al día siguiente de esa alocución pública que sirvió de marco para los hechos políticos de los próximos días, incluyendo el acto del PSUV del día viernes por la noche.
 
El estudio recoge la realidad que los burócratas del partido de gobierno no desean reconocer, y que constituye el primer hito de desestabilización interna en la dinámica política nacional.
 
Era necesario entender que el Gato Briceño, como el se autodenomina, el hijo de la maestra de Caicara y un hombre de la tierra, se formó como líder de la juventud adeca, y desde un pueblo desafió la autoridad del otrora dueño del feudo oriental, el caudillo Guillermo Call, en su afán de ser gobernador, montando tienda aparte. Fue necesario un segundo intento y una alianza contra natura con el chavismo pragmático y dispuesto a todo para obtener esta gobernación, ícono del adequismo nacional, y enclave del proceso de transformación política que anunciaba el dominio territorial de los rojos en la Venezuela de comienzos del siglo XXI.
 
Hago esta introducción para dejar clara la posición política de este personaje, quien ha ejercido dos períodos al frente del segundo estado petrolero de Venezuela y que pareciera que no tiene rival alguno en los sondeos de opinión de su tierra. Y es que a través de estos años de matrimonio inestable, él mismo, con más astucia que inteligencia, se encargó de despachar de su camino a los posibles enemigos que le aparecieron y consiguió que fueran inhabilitados por hechos de corrupción, colocándose él como denunciante y a la vez toreando las denuncias que en su contra se iban acumulando en las instancias correspondientes.
 
En un hecho imprevisto ocurre un derrame petrolero en el principal afluente de agua del estado Monagas, el río Guarapiche, y el evidente desastre ecológico es manejado torpemente por la empresa responsable de responder al pueblo monaguense. El tinte político que caracteriza a todo lo que sucede en este gobierno, y que pretende siempre ignorar las consecuencias de sus errores convirtiendo a quienes denuncian en criminales colocó al gobernador entre la salud de su pueblo y la militancia partidista. Y de nuevo, la miopía gobiernera no se percató de la oportunidad de oro que le brindaron a quien tenía rato buscando una puerta digna para salir del enrarecido ambiente de un contubernio incómodo y asfixiante, y “se la puso de bombita”. El Gobernador Briceño con la intuición de un felino se negó a permitir que el pueblo de Maturín consumiera agua en estado de sospecha de contaminación por químicos derivados del petróleo y su acción de desobediencia racional mereció su expulsión del PSUV.
 
Hoy en Maturín, principal ciudad de Monagas, que representa el 60% de los electores del estado, luego de su expulsión del PSUV, el 55% manifiesta que si las elecciones para gobernador fueran hoy lo harían por Briceño, muy por encima de la suma de cualquier combinación de otros candidatos chavistas u opositores. Esto ha llevado al líder legendario del territorio, Guillermo Call, a reconocer que él se sentaría con quien sea (en alusión a Briceño) para conseguirle votos a Capriles como esfuerzo necesario para derrotar al presidente Chávez el 7 de Octubre venidero.
 
Presencié la reacción del PSUV cuando llevaron entonces a una suerte de “Red AllStar” a Maturín el día viernes y en vez de realizarlo en la Avenida Juncal, espacio tradicional para la demostración de fuerza, lo hicieron en la Avenida Bolívar, y en el sentido contrario al acostumbrado, es decir de Tejidos Fernández para arriba en forma de embudo, y la concentración no pasó de una tienda de cosméticos donde me detuve a sacar unas fotografías, llamada Génesis, que queda a dos cuadras de la tarima. Esto sin mencionar los autobuses de diferentes orígenes que se estacionaron alrededor del sitio, evidenciando que de los presentes, un buen grupo fueron remolcados.
 
Los discursos de los “líderes” del chavismo fueron atorrantes y destructivos hacia quien no le interesó permanecer a su lado, y en ningún momento plantearon la solución a los problemas del pueblo monaguense. En ese momento, parado en una esquina de ese sitio, entendí que en Venezuela se estaba manifestando un movimiento telúrico de alta intensidad derivado de un hiperliderazgo ausente sin una generación de relevo que se conecte con las masas.
 
La ausencia física del candidato Chávez, quien se dedica a recuperar su salud como prioridad única, he desnudado a un régimen que no puede alimentar los sueños de su pueblo porque no poseen legitimidad de origen ni de desempeño. La conexión emotiva que ha logrado el Presidente Chávez no se endosa ni se transmite con videos en pantallas gigantes. El chavismo está desnudo y huérfano, y los líderes regionales se verán reflejados en el espejo de Briceño para no permitir imposiciones políticas de los burócratas subalternos del presidente comandante convaleciente. Se agota el clientelismo y su discurso en boca de terceros suena desafinado y poco convincente.
 
Ahora, tratarán de acelerar procesos judiciales para señalar e inhabilitar al disidente, pero es muy tarde para eso. Sería otra torpe maniobra ante el mundo, a la que se le verían las costuras, no porque Briceño sea un virginal serafín sino porque mientras les fue útil nunca lo procesaron, pero ahora que “sacó las uñas” le demostrarán al resto que ese sería su destino. El cuero seco comienza a manifestarse y ya se especula de los próximos “traidores” quienes defenderían su liderazgo regional de la vorágine de un régimen desmantelado cuando el director de la orquesta se ausenta. Alcaldes, concejales y diputados se manifestaron en rebeldía contra la línea oficialista, y de ellos, tal vez cedan algunos alcaldes y concejales por la asfixia de recursos económicos y las presiones acostumbradas, pero los diputados regionales y nacionales, formados por Briceño, han desafiado hasta al mamotreto legal que impide que un parlamentario cambie de parecer, como si la curul fuera una condena de conciencia eterna al oficialismo.
 
Este terremoto no puede cegar a la oposición. Es necesario activar suficiente sensibilidad e inteligencia política para convertirse en una fuerza receptora de las voluntades regionales y no imponer figuras que generen más ruido del que ya hay. Nuestro objetivo es claro. Recuperar la democracia por la vía electoral el próximo 7 de Octubre. Para alcanzarlo debemos madurar aceleradamente, evitando que la egocracia obstaculice el regreso esperado de la democracia en Venezuela.

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