¡Epur se muove!

Mientras Chávez toca la flauta de SunTzu por casualidad, la oposición se limita a ejercitar a Dumas clamando venganza a lo Edmundo Dantés. La agresión programada suscita emociones desbordadas que obnubilan al opositor haciéndolo perder la iniciativa y la perspectiva en el combate. Por ello Sun Tzu recomienda insultarlo y provocarlo. Esa emocionalidad se manifiesta políticamente en los deseos de respuesta inmediata, atolondrada, impensada y atorada.

Hay quienes ya han asimilado positivamente las lecciones de los errores inmediatistas pasados y hay quienes siguen elaborando coartadas para persistir en el error: Que si no se contará, que si hará trucos e inventará embrollos de diverso calado y calaña, etc., etc.

Ciertamente, como lo ha hecho hasta ahora, Chávez inventará lo imposible para no contarse. Desde el nuevo CNE o desde el TSJ, leguleyará trapisondas de cualquier pelaje o ralea, movilizará sus patotas armadas, jugará con los plazos electorales, inscribirá chinos, sauditas o colombianos en el Registro Electoral Permanente o provocará un estado de sitio; por último, declarará paladinamente que la soberanía de este país no admite observadores extranjeros. Pero como decía el pana Galileo: “Epur se muove”.

Si, sin embargo se mueve porque la res esta encallejonada y no puede ya evitar ir al matadero, lo saben y lo temen, tanto así, que entre las argucias ya utilizadas y que delatan su certidumbre de derrota, están los cuestionamientos a las firmas del Firmazo y las pretensiones de recandidatear al autócrata para la elección posterior al revocatorio.

Lo de las firmas da risa porque igual que se recogieron en el Firmazo se las volvemos a recoger tantas veces como sea necesario, pero lo de la recandidatura es digno de mejor pensamiento, de mas reflexión, veamos.

Quienes sólo se conforman con la cabeza de Chávez frita en aceite, sacan a relucir incontestables argumentos jurídicos para explicar por que Chávez no puede ser candidato en la elección posterior al revocatorio. No seré yo quien intente negar la validez de tales razonamientos, pero no creo que el problema del país se limite a salir de Chávez; quienes así piensan no se dan cuenta como, de esa forma, no harian otra cosa que prolongar el mito de su popularidad .

Por otra parte, no es imprescindible ser vidente para darse cuenta que la circunstancia político económica de la transición será en tal forma inestable que requerirá de una inmensa solidaridad social y el más grande respaldo político organizado.

Estoy entre quienes cree que para derrotar definitivamente el mito del Chávez popular o populachero, deberíamos negociar su presencia como recandidato, de manera que en esa oportunidad electoral pudiéramos propinarles una nueva y aún más contundente paliza. Esa negociación podría ser la de aceptar la recandidatura a cambio de una enmienda constitucional que introdujese la figura de la doble vuelta.

De cualquier forma la gente de la Coordinadora Democrática debiera estar organizando ya unas jornadas tipo Firmazo para la eventualidad de una nueva recogida de firmas pero que también podría y debería incluir una elección primaria de la oposición en la cual participaran todos los que deseen ser candidatos, con el solo requisito de que cada candidato deberá firmar un documento público común y único de compromiso unitario y programático en el cual se obligue a respaldar para la elección posterior al revocatorio a aquel de ellos que obtenga la mayoría de votos y además lo adhiera a un programa mínimo y común durante el período de su mandato que le de sustentación y gobernabilidad a ese período de transición. Esto, por supuesto, si la fórmula de la enmienda para la segunda vuelta no fuese acordada o negociada.