Opinión Nacional

¿Es legítimo el gobierno de Hugo Chávez?

Es la pregunta que nos hacemos y que muchos nos hacen cuando observan el acontecer en Venezuela. Y todo depende de lo que se entiende por democracia y por autoridad.

Por democracia creo que entendemos un regimen político donde los poderes públicos están sometidos solamente a la voluntad mayoritaria de los ciudadanos. El gobierno representa entonces la voluntad popular y por ello decimos que el pueblo tiene el gobierno que se merece.

Por autoridad, en una democracia, creo que entendemos el poder reconocido como legítimo y no solamente el poder que puede otorgar una constitución o una ley. Legítima es la autoridad que el ciudadano obedece libremente. Legítima es la autoridad que inspira respeto y confianza. Legítima es la autoridad a la cual uno otorga el derecho de mandar porque estimamos que actúa para nuestro bien. Todo lo contrario es ilegítimo, como es ilegítima toda autoridad que no emplea el diálogo sino el uso perverso de la retórica, de la ideología y de la demagogia.

El poder ejercido contrariamente a la voluntad mayoritaria del pueblo es, por lo tanto, ilegítimo aunque fuera legítimo en su inicio. De nada sirve alegar la constitucionalidad de un gobierno ya que toda constitución que no respeta la voluntad popular es moralmente anticonstitucional.

La aplicación democrática de estos conceptos depende del tipo de regimen que empleamos. En una democracia parlamentaria, como la de España o Italia, el rey o el presidente son jefes de Estado pero no jefes de Gobierno. Los desaciertos de estos jefes de Estado no suelen ser trascendentales y pueden permanecer en sus cargos hasta la muerte, como es el caso de los monarcas. Es el parlamento, en representación del pueblo, que nombra el jefe del Gobierno (primer ministro) y que lo puede destituir en cualquier momento cuando pierde la legitimidad.

En una democracia republicana mixta, como la de Francia, donde las responsabilidades son divididas, tanto el presidente como el primer ministro pueden ser destituídos por el pueblo, directa o indirectamente, si pierden la legitimidad. Es el concepto de la co-habitación. El propio general De Gaulle, legendario presidente, tuvo que renunciar cuando el pueblo le dió la espalda en un referendum.

Pero en una democracia republicana como la de Venezuela, y la de Estados Unidos, donde el jefe del Estado es tambien el jefe del Gobierno, el presidente debe reivendicar su legitimidad sometiéndose a la voluntad mayoritaria de los ciudadanos. El pueblo no debe aceptar ser gobernado por un presidente que perdió la legitimidad. Asi fue como renunció Richard Nixon, y por poco Bill Clinton. Si el presidente persiste en permanecer en el poder contra la voluntad popular es sencillamente declarado ilegítimo, por las razones antes expuestas, y el pueblo tiene la obligación de removerlo.

Dados los conceptos aqui expresados, y universalmente aceptados por las democracias civilizadas, ¿es legítimo actualmente el gobierno de Hugo Chávez? Si lo es, hay que respetarlo y sus adversarios deben hacerle una oposición constructiva. Si no lo es, y habiendo recibido las oportunidades de rescatar su legitimidad, debe ser remplazado por la sociedad civil organizada en comunidad política…recordando que por política entendemos solamente el arte de saber vivir juntos para el logro de una vida feliz.

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