Opinión Nacional

Ese obscuro objeto del deseo

¡Que falta hace el diablo! ¡Que terrible que ya no huela a azufre! ¡Qué desgracia para el socialismo del siglo XXI que en vez de ganar John McCain, republicano y blanquito como Bush, haya triunfado ese negrito que se mete a la gente en un bolsillo! Hasta yo que pensaba sabotear la Cumbre de Trinidad, caí rendido a sus pies, mejor dicho, ante su simpatía y su carisma. Venezolana de Televisión y todos los canales oficialistas tenían la orden de reportar el encuentro con Obama como si fuera él quien me pedía ser su amigo, se acercaba para darme la mano y luego me rogaba que conversara con él. Pero hay algo que se llama el lenguaje corporal y está también el facial y en todas las tomas se me veía aquella expresión embelesada, casi agradeciéndole al moreno que se hubiese fijado en mí y me hubiese estrechado la mano. Cuando después Hillary me habló y me tocó el brazo, fue lo máximo.

Menos mal que los muchachos de Venezolana de Televisión se pusieron las pilas y le quitaron el audio al regaño que me metió Obama. Tampoco fue un regaaaaaño porque yo no se lo habría permitido, pero me empezó a decir cosas un poco fuertes y me quedé callado como cuando el rey de España me gritó por qué no te callas ¡Que vaina no saber inglés como Correa o Uribe! La expresión de la intérprete era demasiado elocuente, casi se podía adivinar el aguacerito gringo que yo me estaba calando. Cuando me levanté a punto de empezar la reunión para regalarle a Obama el libro de las venas abiertas de Galeano (de Galeano es el libro no las venas) me dije ¡por fin Chávez, te llegó el momento esperado, el de lucirte! Pero en vez de poner la nota discordante quedé como el muchachito que le lleva una manzana a la maestra para que le mejore las notas.

¡Ayyy que nostalgia siento de la cuarta! Cuarta Cumbre, se entiende. Aquel noviembre de 2005 llegué a Mar del Plata como un héroe. Claro que me costó un billete movilizar a tanta gente importante para que vinieran desde Buenos Aires en el Tren del Alba. Venían Dieguito Maradona, el serbio Emir Kusturica y otros cineastas que se unieron a la marcha contra el imperialismo. Allí estaban el Nóbel de la Paz Pérez Esquivel y la madre de mayo Hebe Bonafini, que no se pelan una, y otras figuras de los movimientos sociales, indígenas y campesinos. La marcha llegó al estadio de fútbol donde los esperaba y me aplaudieron tanto, sobre todo cuando dije: «Mar del Plata es la tumba del ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas) y el gobierno de Estados Unidos, al querer instalar este proyecto, pretende darle oxígeno a un muerto”. Reconozco que eso me quedó muy bien. Hablé más de dos horas allí en la Tercera Cumbre de los Pueblos y de pronto se me prendió el bombillo de la inspiración, entonces grité: “ALCA, ALCA, al carajo”. Casi se viene abajo el estadio. Tuve que pegar una carrera para llegar a la inauguración de la Cuarta Cumbre de las Américas y apenas llegué repetí lo que ya había dicho en todas las reuniones anteriores: que todas esas cumbres son una inutilidad, solo para oír discursos sin llegar a nada concreto. Allí la cosa ya no fue tan fácil porque estaba Vicente Fox que se puso duro por los insultos a Bush. Entonces dije: “de ese México de donde vino el ejemplo de aquella revolución de principios del siglo XX, ahora llegó la estocada miserable para América Latina en la voz del presidente Fox, pero sabemos que el pueblo mexicano no piensa lo mismo”. Ahora tampoco está ese cachorro del Imperio sino un tal Felipe Calderón que ni se voltea para verme.

Veo y reveo las fotos de Trinidad, tan elegante Barack a pesar del colorcito. No sé, ahora lo pienso ¿por qué me puse ese injerto de liqui-liqui con uniforme chino de cuando Mao Zedong, si yo también tengo mis trajes finos y mis camisas y corbatas de marca? Creo que por eso Obama se atrevió al regaño.

Ayyy Barack si tú supieras la broma que me has echado. Yo iba de lo mejor, diez años construyendo mi imagen de sucesor de Fidel Castro. Si él fue (y sigue siendo) el rey del anti-imperialismo, yo era el príncipe heredero. Pero el mundo entero vio esas fotos mías contigo y empezaron a aparecer en la prensa golpista de aquí y de todos los países golpistas de Europa y del golpista mayor que es el Imperio, unas caricaturas pintándome como un arrastrado ante el primer presidente de color oscuro que hay en los USA y unos artículos por el estilo. Y lo peor, que quien se robó el show fuiste tú Barack y eso sin necesidad de hablar cuatro horas ni decir que las cumbres no sirven para nada ni hacer payasadas.

Y para colmo de los colmos: hice reuniones, cabildeos, la cumbrecita del ALBA en Cumaná, cuadré a todo el mundo con el saboteo a la declaración final para que cesara el bloqueo de EEUU contra Cuba y para que mi patria querida (Cuba) sea admitida de nuevo en la OEA, y sale papá Fidel a dejarnos en ridículo a todos, especialmente a mí, cuando se burla de nuestra euforia por el éxito de la Cumbre y dice que Cuba (es decir él y ahora un poco Raúl) no quieren pertenecer a ese organismo. Total que me siento como el que pierde el chivo y el mecate.

Lo peor de lo peor: Barack espera que yo cambie ¡Que Alá me ilumine!

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