Esperanza Democrática
Escribo a escasas horas de finalizadas las primarias de la oposición del estado Táchira. Ha sido una hermosa jornada cívica, una fiesta democrática, una demostración del compromiso por la libertad de los tachirenses, que nunca olvidaremos. Agradezco a todos los que participaron en la consulta popular, sufragando por los candidatos de su preferencia. A los que depositaron mayoritariamente su voto a favor de la opción que represento, pero también de la que encarnaron los otros aspirantes a la gobernación. Hemos enviado una señal de confianza, de credibilidad y de seriedad a todo el pueblo del Táchira, pero también al país que ha estado tan pendiente del proceso de selección. Ahora nos toca a todos unificar definitivamente los esfuerzos, proyectar el sólido consenso que hemos construido con bastante paciencia y ganarle a Leonardo Salcedo, el dócil y obediente lugarteniente andino de Hugo Chávez. Nos corresponde salvar al Táchira, venciendo el centralismo sofocante y totalitario de Miraflores.
La victoria popular de la oposición, la hemos logrado con mucho tesón y – repetimos – paciencia. El gobierno nacional, a través de sus procónsules, intentó infructuosamente contaminarla y sabotearla. No pudo porque hay una creciente voluntad de cambio en un Táchira donde reina la inseguridad personal, el secuestro y la vacuna, la pobreza, el deterioro de la calidad de vida, la debacle de la vialidad, el olvido de los que trabajan el campo, el caos urbano, el desempleo. El chavismo que muy encarna Leonardo Salcedo, nuevamente fue derrotado por quienes no temieron en acudir a la consulta. Para las elecciones del 23 de noviembre, confiados en el secreto del voto, el pueblo tachirense votará por la opción de la libertad y del progreso, frente a la esclavitud y el retroceso. Incluso votarán por la libertad y el progreso aquellos que, aún siendo simpatizantes de Hugo Chávez, saben que Salcedo será garantía para una delincuencia que ataca a los propios chavistas que no tienen oportunidad de llevar el pan a la casa. Por consiguiente, esta consulta popular, la del domingo próximo pasado, meta-volante, se proyecta como el triunfo de toda la andinidad democrática, meta-final de la agotadora, pero desafiante jornada cívica hacia la libertad y la justicia plenas.
Valga el reconocimiento a la sociedad civil organizada que realizó sus mejores aportes para lograr el entendimiento. Le ha prestado un gran servicio a la causa diligenciando una unidad que pasó por la consulta popular. Una sociedad civil conciente del momento histórico que hoy tiene en su haber una cabal demostración de sincero desprendimiento. Porque es necesario decirlo: la consulta popular se hizo en oposición, no hubo, no hay ni habrá dádivas que entregar: solidaridad, desprendimiento, generosa entrega a un proyecto de cambio que día a día realizamos, sin pedir nada como contraprestación, es la nota característica y edificante de la experiencia que hemos vivido.
Adscrito al humanismo cristiano, convencido de un ideal histórico y político específico, agradecemos la oportunidad de representar a todas las corrientes ideológicas, a todos los movimientos políticos y a todos los sectores sociales de un Táchira democrático. El apoyo de todos los partidos políticos se traduce en la posibilidad real de conquistar y perfeccionar un consenso básico que sirve de ejemplo al resto del país para hacer viable la gobernabilidad de un estado de tan complejos y difíciles problemas. Por decisión mayoritaria de los tachirenses, somos abanderados de los sueños, de las aspiraciones y demandas de un pueblo que ha soportado la persecución sistemática y la desidia de Ronald Blanco La Cruz, tan extraño a nuestras tradiciones. Momento histórico, construimos una Esperanza Democrática sólida, confiable, seria y comprometida.
El Táchira ganará el 23 de noviembre con la opción que represento. Y toda Venezuela está convencida en que se convertirá en un eficaz dique de contención frente a un régimen de características totalitarias.
