Esperanza en los líderes
Creo que Julio Borges nació para ser astronauta y Henry Ramos para minero. A uno le gustan las nebulosas y al otro las profundidades. Manuel Rosales es más difícil de precisar, es casi invisible. Estos mosqueteros son las cabezas de Primero Justicia, AD y UNT. Vendrían siendo como Athos, Phortos y Aramis. Claramente les falta un D´Artagnan que piense por ellos o que los aconseje debidamente en la gran responsabilidad que afrontan como cabezas del cogollo opositor.
Salas Römer es otro personaje duro de interpretar. Pocos son capaces de saber que piensa, cual es su idea del devenir del país y que sacrificios está dispuesto a hacer. Copey es hoy un saco de gatos, sin un liderazgo claro. Ismael García sabe bien a qué está jugando, sin embargo, no logra convencer al país opositor ni entusiasmar a los que están desesperados por abandonar el barco chavista.
Leopoldo López generó expectativas que parecieran haber disminuido mucho. Genera odio y envidias en el stablihsment partidista tradicional como simpatías entre el electorado. Así como él, hay un importante grupo de personalidades bien recibidas por la opinión pública contraria al gobierno
Que parecieran ocasionar alergias entre los grandes y medianos “cacaos” partidistas. Políticos capaces de admitir con modestia que puede haber en el mundo gente con cualidades superiores a las suyas parecen escasear en el escenario venezolano.
Hay un mal sabor en torno a la unidad. Con toda la maldad que hemos visto, con todas las mentiras, maniobras, pactos, traiciones y ruptura de promesas. Anhelamos que la dirigencia exhiba el carisma de saber escuchar los deseos de la gente, la desesperación por sacudirnos ésta pesadilla de desgobierno, y la esperanza de sentirnos orgullosos de ser satisfechos y comprendidos por quienes han asumido el liderazgo en ésta difícil coyuntura.
Debemos evitar que nuestras acciones contradigan lo que deseamos. Que buscando la unidad terminemos más desunidos y enemistados. Que demuestren madurez y compromiso con Venezuela, la democracia y la sensatez es la esperanza que tenemos en nuestros líderes.
