Opinión Nacional

Estudiantes

En un sentido simbólico y práctico , los estudiantes mandaron a dirigentes y a políticos de vuelta a la escuela: con la mano abierta dijeron “ deténganse” a quienes pretendían dar clases de Historia y de Política sin haber pasado el examen, sin haber hecho la tarea.

Para hacerlo, debieron suspender las clases y salir al patio para recuperar, en un ejercicio colectivo de aritmética, la calma y la cordura que se requieren para que la casa de estudios funcione como debe funcionar y todos vuelven ahora a clases, porque la tarea de los estudiantes no es otra que estudiar, y a eso se debe abocar la comunidad entera en la que un altísimo porcentaje está compuesto de niños y jóvenes que encuentran en el estudio su actividad natural y productiva. Sin contar con que también los adultos y los graduados deben seguir estudiando si quieren mantenerse al día en un mundo en el que la búsqueda del conocimiento no cesa en su permanente exploración de nuevos significados, sentidos y posibilidades.

Hay que estudiar con cuidado el presente y el pasado; estudiar las asignaturas pendientes: la pobreza, los problemas de salud, de seguridad, de empleo y de generación de riqueza. Hay que estudiar los modelos de sociedad para encontrar uno que sirva de hipótesis para la sociedad modelo que se quiere construir.

Lo que se produjo a raíz de una propuesta que estaba mal estudiada y que se rechazó porque no cumplía con las mínimas exigencias académicas para ser aprobada, conduce necesariamente al estudio de mejores caminos, de ideas más sensatas y viables.

Pero hay que seguir estudiando: el tiempo del bochinche y del recreo, el tiempo de los oradores improvisados gritando de pie sobre los pupitres ha concluido: hay que estudiar.

Y cada miembro de esta comunidad escolar, de este pequeño gran país que nunca tuvo tiempo de aprobar su tesis porque siempre se interpuso una guerra, una revolución o un alboroto, por no hablar de los bonches y las parrandas, debe volver a los libros y a los cuadernos.

Libros y cuadernos de Historia y de Política, sí, pero también de Ciencias y de Artes, de Industria y de Comercio, de Turismo, de Servicios, de Filosofía, Psicología, Sociología y Religión.

Un país que vive del petróleo tiene poco interés o necesidad en los cultivos de toda índole y , por tanto, es un país poco “cultivado”.

A cultivar y a cultivarse llama el timbre que indica que terminó el recreo y comienza de nuevo el trabajo y el estudio: análisis, observación, lectura…las conclusiones apresuradas que se reprobaron indican a todas luces que ya no podremos seguir construyendo en base a conclusiones apresuradas. De hecho no hay ninguna conclusión que sacar todavía de lo que acaba de ocurrir porque no ha habido tiempo de estudiarlo con cuidado.

Volvamos al programa de estudio y sigamos estudiando, porque – como decía Gracián- “Mucho es el saber y poco es el vivir; y no se vive si no se sabe.”

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