¡Exijo respuestas, Sr. Fiscal!
En este momento estoy escuchando la presentación de Javier Elechiguerra, antiguamente Procurador General (defensor de los intereses de la Nación, léase régimen) y recientemente designado a dedo por su antiguo cliente, Hugo Chávez y su «congresillo», como Fiscal General de Venezuela.
Mucha gente habla de la integridad de Elechiguerra y por eso hemos estado esperando, con cierta esperanza, que la Fiscalía se pronuncie acerca de los numerosos expedientes de corrupción de este gobierno (o más bien desgobierno) presentados por el Sr. Jesús Urdaneta Hernández (antiguo comandante), por el anterior Contralor referentes al Plan Bolívar 2000 y por Jesús Fernández Cazorla (mejor conocido como Comandante Cazorla), amén de otros tantos menos conocidos
Pero resulta que la disertación del Fiscal parece una maniobra de distracción. La Fiscalía está presentando cuentas de su gestión (que no le hemos pedido, por cierto) y de una supuesta reorganización, sin hacer ningún pronunciamiento acerca de lo que estamos esperando: los innumerables expedientes de CORRUPCIÓN del régimen de Chávez y su «dedocracia».
¿Será que este régimen cree que somos idiotas? ¿Que se nos va a olvidar que existen esos expedientes? Este gobierno nos trata como imbéciles: hablan de la nueva constitución, nos conminan a respetarla mientras la violan reiteradamente (no pagan a los viejitos, no homologan sueldos, no atienden al «soberano», etc., etc., etc., etc.).
Existe algo que se llaman los Derechos Civiles de los ciudadanos. Y en este artículo y en el ejercicio de MIS DERECHOS CIVILES DE CIUDADANA, le exijo al Fiscal General que se pronuncie acerca de los expedientes de corrupción, no de los oponentes, no de aquéllos que ya se fueron con la cabuya en la pata, sino de los miembros del régimen (de Miquilena, de Quijada, de Carrero, de la familia Chávez, de los militares que manejan en Plan Bolívar 2000) y que supuestamente se están llenando HOY. Lo exijo como ciudadana pensante, no como la imbécil que usted parece creer que soy.
Exijo saber si todavía quedan en mi país vestigios de Estado de Derecho.
