Opinión Nacional

Exposición de motivos

Antecedentes históricos

El mundo inició el siglo XX con una estructura predominantemente colonial, dominada por las grandes potencias de entonces, y la cual fue consolidándose hasta el advenimiento de las dos grandes guerras mundiales, que fueron motivadas por el deseo hegemónico de las naciones beligerantes y que, gracias a su gran intensidad, terminó con la desaparición de los imperios de los derrotados y con el poder debilitado de los victoriosos, excepto Estados Unidos y la Unión Soviética, que a partir de entonces, lideraron el mundo en forma antagónica
Esa confrontación no llegó a mayores debido al terror que imponía el enorme arsenal atómico que acumularon ambas naciones y que impusieron, de hecho, un armisticio virtual. Situación esta que aprovecharon todos los países coloniales para conquistar su independencia, y acompañar, con variada fortuna, a los otros países subdesarrollados en la senda de un desarrollo social y económico.

Nace el plan de dominación neo-colonial

El fin de la guerra fría truncó las esperanzas que nuestras naciones iban materializando, ya que algunas de las burocracias de las naciones más poderosas vieron esa situación como una oportunidad de reeditar la estructura de dominación de la preguerra, y pusieron en funcionamiento un plan a tal fin que abarca las siguientes esferas:
1) En lo ideológico, una concepción que bajo el calificativo de “pensamiento único” lubricara las estructuras sociales de los países pobres para alcanzar sus planes hegemónicos.

2) En lo económico, imponiendo bajo engaño un conjunto de medidas, que bautizadas como neoliberales, buscan instaurar una nueva división internacional del trabajo, en la cual los países del Tercer Mundo se limiten a actividades económicas que como la agricultura, la minería y el turismo no coloquen en peligro la hegemonía tecnológica de las grandes naciones, a la vez de hipotecarlos económicamente, obligándolos a convertirse en Repúblicas neo-bananeras, que dependan para su subsistencia de la exportación a las grandes potencias de sus productos mineros y agrícolas, como ya lo vemos en algunos países de la América Central y del Sur.

3) En lo funcional, creando una trama de relaciones internacionales, a través de organismos como el FMI, el Banco Mundial, la OECD, etc., y cuyo corolario sería la actual propuesta de reorganización del Consejo de Seguridad de la ONU.

Esta visión decimonónica del mundo ha generado desde el final de la guerra fría un estado de convulsión universal, con guerras, asesinatos, invasiones, actos de terrorismos como el recién ejecutado en Londres, etc., que precisan un cambio urgente del liderazgo mundial y de la forma de apreciar al mundo, cambio que claman los pueblos de todo el planeta.

Es que ya es imposible seguir viendo la Democracia como un simple argumento para invadir y dominar. Sobre todo cuando los que se arropan en su nombre adolecen de enormes aberraciones antidemocráticas.

Véase el caso de Estados Unidos, en donde se impide de hecho la existencia de partidos minoritarios, (es como sí aquí sólo existiesen AD y el MVR); en donde no hay un organismo similar al Consejo Nacional Electoral, y el control electoral queda en manos de aparatos regionales, acusados de tramposos en numerosas oportunidades; y en donde los miembros vitalicios de la Corte Suprema son propuestos a dedo por el Presidente de turno, por mencionar sólo algunos ejemplos puntuales.

Llegó la hora de la democracia

Es hora de darle a la palabra Democracia su verdadero significado a nivel global, y derrotar el proyecto antidemocrático elaborado por un grupo de grandes potencias, para perpetuarse en el dominio del Consejo de Seguridad de la ONU y despreciando la opinión y voluntad de los países del Tercer Mundo.

Precisamente, con el fin de ayudar a impulsar esos cambios, es que nace nuestra ONG “POR UNA DEMOCRACIA GLOBAL”, abierta a todos lo hombres y mujeres de buena voluntad, sin importar credo político o religioso, exceptuando, claro está, a quienes militan en organizaciones o partidos que hayan recibido fondos de instituciones de, o vinculadas a, gobiernos que apoyen el nuevo plan de dominación neo-colonial. Esto por existir un clarísimo conflicto de intereses.

La conquista de la soberanía plena es imprescindible para que avancemos por la vía del desarrollo económico y social, independientemente del camino que se escoja, sea Capitalista, Socialista, Liberal etc.

En ese aspecto consideramos vigente lo expresado en el estudio Inter y multidisciplinario que, acerca de la Dependencia de Venezuela, realizó a mediados de los años 70 un importante grupo de destacados profesionales de la Universidad Central de Venezuela, coordinados por el Dr. Rodolfo Quintero, y que expresaba en su diagnóstico que la única vía para alcanzar nuestro desarrollo, es cambiando la estructura económica, sólo posible disfrutando una soberanía plena.

Se afirmaba, además, que si estos dos factores no se daban concatenadamente, soberanía y cambio económico, cualquier logro humanístico que se alcance en la superestructura social, sea educativo, formativo, reivindicativo, etc., no es sustentable y corre el riesgo de desaparecer.

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