Opinión Nacional

Falsa eficiencia

La semana pasada llevé a cenar a unos amigos a un restaurante famoso y noté que el mozo que nos atendía llevaba una cuchara en el bolsillo de su camisa. Lo tomé como algo casual, pero me sorprendió descubrir que todos los mozos llevaban una cuchara en sus bolsillos. Cuando el tipo regresó a tomar el pedido le pregunté: ¿Por qué la cuchara? – Bueno… los dueños del restaurante contrataron a la prestigiosa firma de Consultoría Andersen Consulting, expertos en eficiencia, con el objeto de revisar todos nuestros procesos. Después de muchos meses de análisis estadísticos, ellos concluyeron que a los clientes se les caía la cuchara un 73,5% más frecuentemente que los otros cubiertos. Eso representa una frecuencia de caídas de tres cucharas por hora, por mesa. Si nuestro personal se prepara para cubrir esa contingencia, se reduce el número de viajes a la cocina y podemos ahorrar así 1,5 horas hombre por turno. En el momento en que terminaba de explicarme, un sonido metálico se escuchó en la mesa de atrás. Rápidamente, el mozo reemplazó la cuchara caída por la que llevaba en el bolsillo. De pronto observé que todos los mozos llevaban una cuerdita negra colgando de sus braguetas. Entonces le pregunté: Disculpe, pero ¿Por qué tiene usted una cuerda justo AHÍ? La firma consultora encontró que nosotros también podíamos ahorrar tiempo al ir al baño. ¿Cómo es eso? – Atando este hilo fino a la punta del… usted ya sabe, podemos sacarlo sobre el orinal sin tocarnos y de esa forma eliminar la necesidad de lavarnos las manos, acortando el tiempo gastado en el baño en un 82% – ¡Qué bien! Pero… si la cuerdita ayuda a sacarlo, ¿Cómo lo vuelve a meter en el pantalón? Bueno, yo no sé cómo hacen los otros, pero yo uso la cuchara.

Este largo chiste pone de evidencia que en muchos casos lo que se hace con la cabeza se deshace con los pies. Muchos hablan de la eficiencia (Capacidad de alcanzar los objetivos y metas programadas con el mínimo de recursos disponibles y tiempo, logrando su optimización) en nuestros gobiernos; pero los resultados en la gestión pública no distan mucho del chiste antes comentado. Con la excusa de alcanzar la eficiencia se ha militarizado el país y vemos que la corrupción sube como la espuma, se han creado docenas de nuevos ministerios populares y la burocracia e incompetencia se desborda, se gastan millardos en armas y el hampa nos mata como moscas, se construyen módulos de barrio adentro y el 75% están cerrados, se decreta el crecimiento endógeno y no producimos ni las caraotas que nos comemos, se decreta la igualdad social y solo surge una nueva clase de ricos, se hace un referéndum a la reforma de la constitución y el perdedor quiere meter de contrabando su proyecto irrespetando el NO que le gritaron en la cara, se habla de poder para el pueblo y se elimina la descentralización.

Se ha gastado mucho dinero y tiempo, sin optimizarlos, sin buenos resultados, sin eficiencia, parece que al final también usan la cuchara.

Lic. Gilberto Román
Economista
Web: www.dialogandoanzoategui.com

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