Gobierno-Oposición: margen de maniobra
Todo sistema político genera un doble movimiento circulatorio, ya que por un lado la sociedad transmite satisfacción y/o reclamo hacia el régimen político de turno y éste genera, a través de sus políticas públicas, un proceso de aceptación o rechazo a las demandas de la población, que en definitiva conforman un proceso de retroalimentación capaz de reforzar la gobernabilidad o imponer la ingobernabilidad. Estamos viviendo en Venezuela una apretada síntesis de espectáculo de circo y anarquía, que destruye y no beneficia a nadie.
En la medida en que el PSUV logre entender e implementar las aspiraciones de las mayorías refuerza su legitimidad; de lo contrario surge un escenario de incertidumbre que reduce su capacidad de maniobra. La tragedia del país se resume en un embudo cuya parte ancha está apoyada sobre la realidad, lo que hace imposible remontarlo. Eso es lo que ocurre cuando el régimen trabaja sobre dos principios limitantes, que son militarismo y radicalismo.
El socialismo radical rechaza, por supuesto, cualquier debate que se centre en la devaluación, el monopolio de las divisas por las autoridades y su pretensión de asumir la distribución de bienes. Nos explicamos: los economistas nos dicen que es imperativo proceder a una devaluación, cuando resulta que ya se ejecutó a 11,36 a través del Sicad, pero dejando el 6,30 para las importaciones de alimentos y medicinas. La devaluación es una realidad.
El monopolio de las divisas será cada vez mas exclusivo del gobierno, que simplemente saca los dólares de un bolsillo y se los otorga asimismo de forma discrecional, declarando territorio prohibido a quien se las suministra; el final es de película de terror, ante la pretensión de asumir la totalidad de las importaciones y de la distribución, aplastando al sector privado. A pesar de lo anterior el margen de maniobra del socialismo radical es precario, porque no es fácil subir las paredes del embudo y la sola radicalización no resuelve nada y crece ad infinitum el monto de los escombros.
En cambio el margen de maniobra de la oposición es inmenso, al disponer de los jóvenes, las amas de casa y los obreros, aparte de la bandera de la descentralización, la lucha contra la inseguridad y la creación de empleo. Sin embargo para ello hay que transformar la MUD de un organismo electoral a un ente capaz de discutir las ideas, con una estrategia flexible que lo acerque a todos los sectores sociales, a pesar del dominio casi absoluto que tiene el régimen sobre los medios de comunicación social.
Si tomamos una foto al día de hoy, el socialismo radical se esconde detrás de medidas drásticas que son un parasuicidio y nos coloca en un estado de conmoción social, lo cual obliga a la Mesa de la Unidad a conectarse con las movilizaciones sociales, para crecer y articularse sobre el agotamiento de la dinámica autoritaria y la ingobernabilidad, donde crece la violencia y se palpa la inevitabilidad del cambio. El reto es convencer a las mayorías sobre las bondades de una democracia con los pies en tierra, y disposición para resolver las expectativas de los venezolanos.
