Goebbelianismo bolivariano
Fue el conocido criminal Joseph Goebbels, ministro de propaganda del régimen de Hitler quien se encargó de diseñar los principios de manipulación social ensalzando sentimientos de orgullo, promoviendo odios y convenciendo a las masas alemanas de hechos muy alejados de la realidad.
Siguiendo los pasos de su mentor Goebbels, el régimen actual ha institucionalizado la mentira y la manipulación, a fin de llenar su gran vacío de verdades. El tte coronel y su grupete han hecho suyos la máxima de Goebbels de que “Si una mentira se repite suficientes veces, acaba convirtiéndose en la verdad«.
Muestra del Goebbelianismo bolivariano es afirmar que los niveles de pobreza en el país han disminuido, cuando en realidad tales índices se han incrementado a partir del año 2002. Es afirmar de que los derechos humanos se respetan cuando los cuerpos policiales siguen practicando la tortura y las ejecuciones extrajudiciales como normas institucionales, y no se respeta el debido proceso de los detenidos.
Falsean la realidad cuando reivindican la humanización del sistema carcelario y vemos tragedias como las del Rodeo y más recientemente la de Uribana. Mienten cuando hablan del empoderamiento del pueblo en el ejercicio del poder, cuando paradójicamente lo han conculcado en función de un grotesco culto a la personalidad del tte coronel.
Engañan cuando reivindican haber creado el mejor sistema de salud del continente Americano (Barrio Adentro), pero los índices de salud reflejan todo lo contrario. Se nos habla de soberanía alimentaria y el país importa toda clase de alimentos como consecuencia de la destrucción del aparato productivo. Se publicita una supuesta independencia energética, pero nuestros recursos fósiles han sido entregados al capital transnacional (empresas mixtas). Hablan de pulcritud administrativa pero las arcas del Estado siguen siendo depredadas por una logia cívico-militar.
Se autoproclaman como un gobierno obrerista pero han hecho suya la perversa precarización laboral, como modelo explotador en tiempos de globalización. Además, han conculcado conquistas laborales (derecho a la huelga, a la discusión de las contrataciones colectivas, etc.) y reprimido policial y militarmente a los trabajadores en sus justas luchas reivindicativas.
Nos hablan de socialismo, pero se consolida un modelo de Capitalismo de Estado-militarizado, maquillado con una retórica “anti-imperialista» para seguir despertando esperanzas entre los explotados.
Proclaman una soberanía nacional pero han hipotecado, sin mayores disimulos, política y económicamente al país a potencias extrajeras.
El fachochavismo con sus desvergonzadas y falaces afirmaciones ha actualizado las políticas goebbelianas pertenecientes a ese oscuro pasado del siglo XX.
