Gracias, doctor Convit
El Premio Nobel no me quita el sueño, la lucha contra el cáncer, sí», dijo en una oportunidad el célebre científico venezolano Jacinto Convit, quien falleció a los 100 años en Caracas el pasado 12 de mayo. En estas líneas deseamos exaltar su obra como ejemplo de perseverancia, entrega, disciplina, un «Héroe de la Salud», tal y como lo reconoció la Organización Panamericana de la Salud en 2002.
El doctor Convit dedicó gran parte de su vida a la investigación. Hasta hace muy poco, trabajó en la investigación para desarrollar una vacuna contra el cáncer de mama, estómago y colon. «Siempre se puede hacer algo por el paciente», solía decir. Quienes lo conocieron y trabajaron con él dan fe de su sacrificio y empeño para lograr esa vacuna.
Nunca ejerció la medicina privada, en muchas oportunidades le ofrecieron el cargo de ministro de salud y siempre lo rechazó porque nunca quiso abandonar el centro de investigación. Fue objeto de muchos reconocimientos, entre los que destaca el Premio Príncipe de Asturias de España de Investigación Científica y Técnica. En 1988, fue nominado para el Premio Nobel de Medicina, por el descubrimiento de la vacuna de la lepra. Oficial de la Legión de Honor de Francia, Orden de Malta, premio «Ciencia y Tecnología 1990», Premio «Abraham Horwitz», otorgado por la Organización Mundial de la Salud. En los casos que recibía dinero por los premios, lo destinaba a la investigación.
En 2010, el doctor Convit dio a conocer públicamente una carta titulada «Creo en la Juventud», que cito a continuación, dada la vigencia de su punto de vista acerca de la realidad del país. «Hay mucha gente con un lenguaje depresivo, de que estamos mal. Y creo, que al contrario, tenemos que formar a los jóvenes con la capacidad de superar las situaciones, sin importar las dificultades que se encuentren. Debe haber un cambio de actitud: los venezolanos hemos sido por mucho tiempo espectadores y estoy seguro de que esa mentalidad está cambiando, hay un deseo de crecer y cultivar en su seno, mejores condiciones. No podemos seguir teniendo gobiernos que actúan como padres que lo dan todo: esto tiene que ser conscientemente descartado. Los seres humanos aman más el esfuerzo y la producción hecha por ellos mismos. No hay nada más destructivo que vivir del esfuerzo de los demás».
Esperemos que sus enseñanzas acompañen a las nuevas generaciones de médicos venezolanos, también que se destinen más recursos a la investigación para culminar los trabajos que dejó inconclusos y se materialice su sueño de encontrar una vacuna contra el cáncer. Gracias, doctor Convit.