Opinión Nacional

Guerrilla Comunicacional, cambio y fuera

El comandante de las guerrillas comunicacionales y milicias revolucionarias esperaba, desde la sala situacional, en algún lugar de la ciudad, la orden superior para dar inicio al despliegue de las unidades de combatientes que, en plena lucha contra el enemigo imperial y mediático, iban a demostrar que todas las críticas al gobierno son una mentira, y que todo el pueblo mesmo está con el proceso.   

Varios monitores con imágenes de calles y avenidas estratégicas ocupaban los escritorios y mesas de la oficina, además de equipos de comunicación, radios, teléfonos celulares y un Nintendo Wii, por si el fastidio apremiaba. Un grueso libro con el título “1000 Discursos del Líder Máximo” reposaba sobre una sopa de letras y debajo de una laptop. Una foto de Fidel abrazado con el Comandante-Presidente, sobresalía de la franela roja tapada con la chaqueta verde olivo del responsable del ejercicio táctico-heróico. Todos estaban en sus posiciones, hasta que una llamada, dio la señal para empezar el operativo.

-Guerrilla comunicacional 1, a todas las unidades desplegadas, atención,  damos inicio al ejercicio, damos inicio al ejercicio, procedan según lo acordado, cambio. Unidad 2, repórtese, cambio.

-Aquí unidad  2 Beto el recluta reportando, cambio.

-Procedan a bajar por la explanada, cambio.

-¿Qué si ya comimos empanadas? Si control, Pedro, Juan y Francisco nos metimos tres de caraota cada uno, y la camarada Juana dos de queso, porque las caraotas le caen mal al estómago, cambio.

-No, no, no, escuche bien camarada, agarre la pintura, agarre la pintura para hacer el mural en pared seleccionada, pintura, pintura, cambio.

-Copiado control. ¿Qué le agarre la cintura, la cintura? Orden peligrosa, repito, orden peligrosa. La camarada Juana no le gusta que le agarren la cintura, además no tiene, porque está como goldita, cambio.

 El comandante empezaba a inquietarse por las dificultades de la guerrilla comunicacional y miliciana para comunicarse y entender las ordenes. Quitándose la chaqueta verde, se sentó en la silla y prosiguió el ejercicio, con incipientes gotas de sudor en su frente.

Adelante, unidad 4, Negro Primero-Catire después, reporte. Indique ubicación, cambio.

-Estamos en Abasto “La limpia feliz”, del chino William, full gente control, cambio, estamos ubicados en todo el frente, con toldo y afiches de la unidad para entrevistar al pueblo mesmo, cambio.

-Inicie operación encuesta, cambio.

-Aquí hay una señora que pregunta si somos de Mercal, y que si hay margarina, cambio.

-Explíquele su misión, camarada, y cuidado porque a veces se infiltran los burgueses, oligarcas o golpistas por ahí…aproveche y entréguele foto autografiada de Fidel, y franela del Che, cambio.

-Copiado control. La señora está algo molesta. Aquí tienen una semana sin agua. Me tiró afiche por la cara. Insiste en pedir margarina. Hay dos señoras más que preguntan por harina y aceite, y llega más gente…no parecen muy contentos…ca-cambio.

-Eh…eh…b-bueno, cerramos contacto.

-Adelante unidad-decena-centena, reporte situación, cambio.

-Aquí unidad 6, Sargento García y Zorroviejo, cambio.

-Reporte resultado de acciones de contrainformación, cambio.

-Copiado. Nos montamos en Buseta llena de gente con volantes y afiches control, según lo previsto, pero la gente empezó a pitarnos. Para completar, se montaron unos choros, y nos robaron a todos, nos quitaron las gorras, las chaquetas, los celulares, la plata, creo que la cosa no salió muy buena control. De hecho, este radio  se salvó  porque me lo metí en el pantalón, entre las b…

-¡Yaaa! N-no siga camarada…entendido…vuelva al punto de partida, cambio.

-Copiado.

-Adelante Unidad 4, volvemos con Uds., reporten novedad- dijo el comandante, ya en franca y preocupada postura de contrariedad emboinada.

-Aquí unidad 4 Negro Primero-Catire después (Con voz de terror). Control. ¡Llegó un gentío! Pidiendo margarina, aceite, harina, tomate, quejándose de la inseguridad. Una señora pedía que le diéramos una nevera, que se le quemó en uno de los bajones de luz. Tratamos de explicarles nuestra misión patriótica, pero creo que no nos entendieron, porque n-nos tumbaron el toldo, y nos cayeron a piedras, cambio.

-Comuníqueme con el camarada Angulo, cambio.

-Sí control. Era tanto el bululú que entre los empujones y la carrera, sentí que alguien me agarró el…

-¡Camaradaaaa! ¿No me entiende? ¿No me escuchó? Que me pase al camarada Angulo, cambio…Aló….Aló…me copia?

En ese momento, la comunicación se cortó en la Sala Comunicacional. Los monitores se apagaron, el aire acondicionado dejó de funcionar haciendo un ruido extraño, y la penumbra ocupó los rincones de aquella oficina, escondida en algún lugar de la ciudad. El calor se hizo presente, y todos se miraban las caras con desconcierto, mientras el comandante de la operación le daba golpes al escritorio y tumbaba una montaña de papeles que forraban la cubierta de un archivador vacío. Un apagón había interrumpido la épica acción contrainformativa.

Saturado de tanta realidad, el instante de la lúdica evasión militar llegó a su fin, agujereando su orgullo miliciano-revolucionario, y pensando en las batallas por venir, lejos de enemigos imaginarios y cerca de contrariedades y urgencias reales y populares, sólo una frase salió de su boca, dando así por concluida aquel valeroso pero accidentado operativo:

-Guerrilla comunicacional, cambio y fuera.

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