Opinión Nacional

Ha muerto el Rey Viva el Rey

Sin Censura

*** Los herederos Maduro, Jaua y Cabello saben que la Constitución sirve para todo y la usan para continuar en el poder, dándole la interpretación revolucionaria que le da el TSJ y el CNE. Mientras tanto, los opositores nos distraemos tratando de tapar sus huecos y contradicciones.

Titulamos con la indolora frase que se pronunciaba en las monarquías cuando fallecía el rey, porque es aplicable cuando muere un Jefe de Estado y se abre la sucesión. Podríamos decir: Ha muerto el Presidente, viva el Presidente. En nuestro caso, antes de que se apaguen los sahumerios, se sequen las lágrimas del novenario y se olviden los ditirambos derramados para nimbar con un halo de divinidad la memoria del difunto, los herederos completarán los arreglos que exige el chavismo sin Chávez. Eso existe y funciona, como vimos en las elecciones de gobernadores del 16D. Así que nadie se haga ilusiones creyendo que vamos a disputar con tullidos, que los votos no se endosan o que Chávez después de muerto no puede defenderse. Los

sucesores no reproducirán a Caín y Abel sino que se comportarán como socios civilizados de cualquier empresa mercantil capitalista, en la que cada cual hace valer el peso de sus acciones: Maduro es el cubano, Jaua el doctrinario y Cabello el militar. Como albaceas que son, saben que el testamento depende de ellos y no de sentimentalismos: son

prácticos y avispados y han hiperdesarrollado el instinto de los que quieren mantener el disfrute del poder.

 

Mientras tanto, los opositores filosofamos. Están reproduciéndose

las discusiones profesorales para descifrar los arcanos de la hermenéutica constitucional sobre el 233 y otros artículos de una constitución que es un manadero de huecos, disparates,contradicciones y contrasentidos pero es la vigente. Mientras nuestros eruditos andan sobando hipótesis, los chavistas tienen muy presente la «sabia» reflexión que hizo José Tadeo Monagas el 24 de enero de 1848 cuando asaltó el congreso y acabó a plomo y cuchillo las exigencias de juristas y parlamentarios: el muy bellaco dijo que la Constitución sirve para todo. No se cuándo comprenderemos que la constitución vigente sirve indiferentemente como mandarria o papel tualé según exija la fisiología del gobierno.

Si usted lee la partecita de arriba del 233 el Presidente por treinta días debe ser Diosdado, pero si lee la partecita de abajo debe ser Maduro. Si lee el 229 el vicepresidente no puede ser candidato, pero según la «continuidad administrativa» Maduro si puede serlo porque ya no es vicepresidente sino Presidente y éste puede ser candidato sin renunciar. Por si algunos lo han olvidado, recuérdese que quien lee todas las partecitas de todos los artículos constitucionales es el TSJ y esa es la misma lectura que lee el CNE.

En cuanto al difunto, ha debido padecer días terribles cuando tuvo certeza que no siempre se puede dominar la naturaleza y que fue ésta con ayuda de la chapuza cubana, la que decidió un destino que pensó para una eternidad y apenas duró catorce años. Fiel a su creencia, ignoró que la salud es asunto de la ciencia y no de la política y fue a buscar cura y secreto al lugar equivocado. Al final, ninguna de las dos. Inicialmente concibió su revolución como mero instrumento para quedarse en el poder y después creyó que su fantasiosa ocurrencia servía para cambiar el mundo, ignorando que todas las revoluciones lo que hacen es construir castas de privilegiados y rapaces que arruinan a los pueblos y describen un proceso circular para concluir exactamente en el punto de partida. Que lo digan los franceses, los rusos, los chinos y los países de Europa del Este que hicieron revoluciones y terminaron zambullidos en lo mejor y lo peor del

capitalismo. La era de Chávez está siendo apenas narrada porque los hechos aún no concluyen, pero la historia imparcial a la que tienen derecho los pueblos y los protagonistas, habrá de escribirse cuando transcurra el tiempo y se apaguen los furores del momento. Chávez tendrá la evaluación histórica que se merece.

En cuanto a la Oposición, no llamarse a engaño creyendo que como el candidato no es Chávez las próximas elecciones serán para nosotros un paseo triunfal. Si tenemos en cuenta que quien derrota a Chávez no es la Oposición sino la naturaleza, pensemos también que esto no es un forfait, que el chavismo sin Chávez existe como se demostró en las elecciones de gobernadores, y que presentará un candidato que concurrirá a las elecciones con un cuadro de ventajismo superior al de las presidenciales del 7-10-12.

La manipulación aún torpe que hicieron con la enfermedad y el espectáculo sentimentalista de las exequias son parte de su campaña electoral. Veinte gobernadores, once de ellos militares, serán jefes feroces de campaña del candidato presidencial chavista. Y en la Oposición tenemos muchas dificultades que superar en brevísimo plazo. Venimos de dos derrotas y eso, más nuestro comportamiento, pueden influir en el ánimo de los potenciales electores traduciéndose en apatía o abstención. Como nos enseñó la Santa Madre Iglesia, hemos confesado nuestros pecados, pero están pendientes la contrición de corazón y el propósito de enmienda.

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