Opinión Nacional

Hacer oposición

La conclusión más frecuente de toda reunión de amigos desafectos al «chavismo» es constatar la dramática inexistencia de una oposición y la enorme dificultad que ello representa para desembarazarse rápidamente de Chávez y los suyos.Quienes así discurren no contemplan que hacer oposición no se limita a descalificar al adversario, condenar su proyecto, identificar los errores que comete y esperar a que una política de denuncias y opiniones adversas pueda producir el efecto automático de minar la fortaleza y popularidad del régimen.

Lamentablemente ni la historia ni la política transcurren así. Derrotar un régimen y sustituirlo por otro constituye un esfuerzo político trabajoso, de logros y reveses, de enorme creatividad y de perseverante dedicación.

Rómulo Betancourt, por ejemplo, empezó a hacer oposición en 1928, se unió a los caudillos, pasó por el comunismo, regresó a Venezuela y participó en las luchas políticas del año 36, fue expulsado del país y en el camino logró diferenciarse de los comunistas y de los antigomecistas de viejo cuño. A su regreso fundó Acción Democrática, no se plegó al medinismo y a través de AD se empeñó en una campaña irrestricta por la democratización y la modernización de Venezuela.

Compartió con los militares el golpe del 18 de octubre, tres años más tarde otra vez va al exilio. Nuevas rectificaciones lo llevan en 1958 a propiciar el Pacto de Punto Fijo y a consolidar a AD como factor fundamental del sistema político venezolano durante cuatro décadas.

Una labor ininterrumpida de treinta años fue lo que le permitió a Betancourt hacerse del poder y convencer al país de las bondades y pertinencia de su proyecto.

Hacer oposición, por lo visto, no es materia en la cual los resultados se obtengan de manera instantánea, ni recurriendo a la improvisación. Se trata de un trabajo que exige perseverancia, creatividad y audacia para que pueda convencer y convertirse en opción para amplios sectores de la sociedad.

A la luz de las elecciones venideras y de sus previsibles resultados, no parece contar con mayor éxito la oferta de una oposición fraccionada y sin rumbos que no contempla nada diferente a machacarnos día a día los horrores e inconsistencias del chavismo.

Mayores consecuencias para el futuro tendrá una oposición que logre construir una oferta política original, audaz y deslastrada de los vicios que comparten por igual «chavistas» y «puntofijistas» y que esté dispuesta a adelantar un trabajo constante y constructivo capaz de sostenerse y obtener logros políticos reales después de las megaelecciones.

Fundado hace 28 años, Analitica.com es el primer medio digital creado en Venezuela. Tu aporte voluntario es fundamental para que continuemos creciendo e informando. ¡Contamos contigo!
Contribuir

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba