Opinión Nacional

Hacia un Estado de terror

Chávez acaba de visitar países dictatoriales, entre ellos la Rusia de Putin
y Medvedev, su títere, donde lo fundamental fue la compra de más armamento o
agresivo. Recordemos que Putin impulsó una etapa del capitalismo salvaje con
obvias características neo-soviéticas. Se formó una economía que es un
curioso híbrido de mercado libre, de dogma ideológico, control y represión;
sobresale la enorme cantidad de pobres e indigentes, por los cuales el
Kremlin se preocupa muy poco.

Además florece un viejo fenómeno: la nomenklatura o gran clase burocrática
soviética. Si el sistema económico cambió, aquella se adapto para seguir
enriqueciéndose.

El resultado ha sido que bajo la opulenta burocracia de Putin florece una
corrupción que supera con creces a la habida bajo el comunismo soviético.

Hoy devora a las PYMES y a la clase media.

Para recordar memoria: muerto Lenin, aunque no su ferocidad, su seguidor
Stalin impuso la industrialización forzada y la colectivización masiva de la
agricultura; esto fue el germen de un largo período de crímenes en masa.

Las matanzas de 1937-1938 prácticamente borraron del mapa a los viejos
bolcheviques. De sus filas surgieron los altos y privilegiados funcionarios
del partido y del gobierno, la llamada nomenklatura. Pertenecer a ella
garantizaba un alto estatus y llegó a ser de facto hereditaria. Al caer la
URSS la nomenklatura contaba con unos 750 mil miembros, que junto con sus
familias, sumaban alrededor de 3 millones de personas.

Las llamadas «purgas» de la década de 1930 fueron una campaña de terror que,
tanto por su ferocidad como por el número de víctimas, no han tenido
parangón en la historia.

Esa Gran Purga fue supervisada con lupa por Stalin, cuyas instrucciones
eran: golpear a las víctimas hasta que confesaran crímenes que no habían
cometido. Luego eran desterradas o fusiladas.

Según evidencias extraídas de los archivos secretos dados a conocer tras la
disolución de la URSS, durante los años 1937 y 38 cuando la Gran Purga se
hallaba en su apogeo, los órganos de seguridad detuvieron por supuestas
«actividades antisoviéticas» a 1.548.367 personas de las cuales 681.692
fueron fusiladas. La mayoría de los supervivientes acabaron en campos de
trabajos forzados.

En 1941, cuando Alemania invadió la URSS, los campos del Gulag contaban con
2.350.000 prisioneros. Los censos revelaron que entre 1932 y 1939m la
población de la URSS disminuyó en unos 9 ó 10 millones de personas. La
maquinaria del terror no perdonó ni al Ejército Rojo ni a sus propios
gestores. De los 5 mariscales, 3 fueron víctimas de la «liquidación»; de los
15 generales del ejército, 13 perecieron; de 9 almirantes, sólo quedó 1.

Asimismo, Nikolái Ezhov algo así como el Himmler de Stalin-, que dirigió los
asesinatos masivos como jefe de la NKVD entre 1936 y 1938; por un roce con
Koba, éste lo detuvo y lo arrojó a aquella sangrienta caldera.

Los costos de la utopía socialista fueron asombrosos (escucha, Venezuela);
se calcula el número global de víctimas del comunismo entre 80 y 100
millones de personas, 50% más que las muertes de las dos guerras mundiales.

Esto es lo que añora Chávez, al pie del enorme sepulcro. Revivir este horror
desafía la historia y revela locura, definida como el acto de repetir lo
mismo esperando otro resultado. Está a la vista un costoso fracaso. Nuestro
gran poeta Rafael Cadenas lo dijo: «Es éste un estado de locura».

Todos los pueblos del mundo que han lidiado por la libertad, han exterminado
al fin a sus TIRANOS”. Simón Bolívar…24 de marzo de 1814.

Fundado hace 28 años, Analitica.com es el primer medio digital creado en Venezuela. Tu aporte voluntario es fundamental para que continuemos creciendo e informando. ¡Contamos contigo!
Contribuir

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba