Opinión Nacional

Horno de leña: El Presidente cruzó el Rubicón

Alea jacta est

El encendido y agresivo discurso del líder máximo del MVR y del MBR200, Hugo Chávez, este lunes 17 de diciembre, no dejó lugar a dudas: ratificó los planteamientos, cerrazones y amenazas de los tres discursos igualmente encendidos y agresivos del Presidente Hugo Chávez el lunes 10 de diciembre. El mismo mensaje acusador, incendiario y extremista que está difundiendo en los cuarteles y bases militares.

La suerte está echada desde el punto de vista de Chávez, y lo está diciendo y repitiendo alto, claro y duro para que no quede la menor duda: no va a retroceder, no va a transigir, no va a negociar.

La diferencia con Julio César es que cuando éste cruzó el Rubicón, lo hizo respaldado por el mayor ejército romano, cargado de victorias y prestigio y en medio de una república en crisis. Chávez se tardó el cruzar su propio Rubicón, pero ya salió del agua y ya está del otro lado de un país dividido, empobrecido, económicamente paralizado y avanzando en un camino peligroso de consolidarse como un paria económico.

Si resulta cierta la información de que al diputado chavista moderado Alejandro Armas el MVR lo sacará de la comisión especial de entendimiento de la Asamblea Nacional, es decir, la comisión con la cual dialogarían Fedecámaras y otras instituciones para la revisión y eventual rediseño de las leyes habilitadas más controversiales, no sería más que la ratificación de que el proceso, la revolución y el gobierno seguirán siendo manejados por Hugo Chávez y sus extremistas. A Armas lo estarían excluyendo por no querer plegarse precisamente a la posición del Presidente de total intransigencia ante los reclamos del empresariado y de la sociedad civil en su más amplia mayoría.

Todo esto significa, al mismo tiempo, que a la sociedad civil también le está llegando el tiempo de proclamar su “alea jacta est”, no se puede dialogar con quien de entrada se niega a dialogar. Y esa radicalización civil podría iniciarse en enero mismo, con las posibilidades de conflictos laborales del magisterio, por una parte, y de la misma CTV por la otra.

El sindicalismo magisterial ha visto con buenos ojos –pero sin mayores esperanzas- el nombramiento de Aristóbulo Istúriz como Ministro de Educación Cultura y Deportes, sobre la base de que Istúriz es un maestro de carrera y conoce por sí mismo la realidad de la infraestructura de escuelas y liceos, y de la vida, las frustraciones, las expectativas y las posibilidades del personal docente. Por encima de su actitud agresiva y algunas veces desencajadas durante el proceso electoral de la CTV, Istúriz tiende a ser hombre de diálogo, dispuesto a escuchar y discutir. Habrá que ver si el Presidente lo deja ser y actuar así en su cargo de Ministro.

El problema no está tanto en que los sindicatos de la docencia puedan o no dialogar con el Ministro, sino en el cúmulo de problemas que han azotado ya tradicionalmente al sector, y que son de muy difícil solución.

La CTV, por su parte, ya demostró no sólo que conserva la fuerza y la eficiencia que Chávez y los chavistas no le reconocían –torpeza que pagaron muy cara- sino que de hecho podrían haber aumentado. No hay que pensar en la CTV con la simpleza de ser un grupo de dirigentes corrompidos e integrantes de las “cúpulas podridas”. En la Confederación de Trabajadores de Venezuela confluyen las fuerzas más masivas, poderosas y organizadas del sindicalismo venezolano, ninguna de las cuales es controlada por el chavismo y que podrían, si actúan unidas, paralizar el país: el sindicalismo magisterial, el de los empleados públicos, el sector salud y el petrolero.

La CTV tiene banderas importantes, además de haber tomado como suya la de la reconsideración de las leyes habilitadas: sueldos atrasados, bonificaciones no pagadas, contratos colectivos vencidos, la ley que afecta a los empleados públicos, etc., etc. La CTV podría darle al gobierno un susto mayor incluso que el del 10 de diciembre. En enero, como pronto; en el primer trimestre de 2002, como tarde.

Porque hay que pensar que a estas alturas del partido ya la oposición no está en manos de los medios, la Iglesia y ese vago y desorganizado ente llamado sociedad civil; la oposición la liderizan dos estructuras muy bien organizadas y revitalizadas que han demostrado su fuerza: Fedecámaras y la Confederación de Trabajadores de Venezuela.

El partido militar: escape hacia delante… y una pregunta clave

Enfrentado a todos los poderes e instituciones civiles, demostrada la capacidad de convocatoria de la sociedad civil a través de Fedecámaras y la CTV, incapaz el MVR de darle el necesario soporte político, a Chávez sólo le queda una ruta de avance, y la está usando: la Fuerza Armada Nacional.

No en balde acudió a los tres eventos del 10 de diciembre uniformado; no en balde incita, en sus visitas navideñas a las guarniciones, a que los oficiales y sub-oficiales tengan reuniones incluso diarias con los subalternos a su mando para explicarles los pasos, razones y elementos de la revolución; no en balde mantiene, frente a las tropas, el mismo mensaje de enfrentamiento entre los pobres que lo merecen todo, y los oligarcas que sólo merecen el rechazo del pueblo soberano; no en balde dio su mitin de relanzamiento del MBR 200, uniformado.

Chávez está demostrando al país que la suya es una revolución efectivamente armada, no con armas clandestinas, sino con los aviones, barcos, rifles de asalto, lanzamissiles y personal de la Fuerza Armada Nacional. Si a los militares les gusta o no, si están de acuerdo o no, si están divididos o no, son problemas distintos e internos, los militares no lo dicen, ellos se limitan a obedecer las órdenes y a rodear al Presidente de la República como siempre lo han hecho.

La posición de los militares es difícil, desobedecer o criticar al Comandante en Jefe puede costarles la carrera; no pueden desmentir al Presidente y deben aparecer, serios y circunspectos, a su lado.

Ellos no van a dar un golpe de estado masivo –que salga algún loco es otra cuestión, ya lo hemos hablado en nuestro Horno de Leña anterior. El resultado que sea, permanencia o caída del Presidente Chávez, tendrá que salir de la sociedad civil, y la Fuerza Armada la respaldará. En enero próximo, o en las elecciones dentro de cinco años.

Pero entretanto, tal vez los militares deberían preguntarse si están seguros de querer seguir siendo, cada día más, gobierno y partido de gobierno. Porque si Chávez al final triunfa, todos dirán “qué bien lo hizo Chávez”, pero si fracasa, si el país sigue por el despeñadero social y económico, se le echará la culpa al “gobierno militar” de Chávez.

Es difícil quitarle los depósitos a la banca, es fácil quitárselos a un banco

Vemos cuesta arriba que el Presidente ejecute la amenaza de retirar los depósitos oficiales a toda la banca privada del país. Sería complicado, riesgoso, generaría más problemas que los que buscaría resolver, armaría un revuelo internacional, etc., etc. No decimos que no pueda o no se atreva a hacerlo, decimos que es el camino más difícil y erizado que podría tomar el Presidente Chávez para demostrarle a los banqueros que no pueden negarse a hacer lo que él y sus leyes exijan, para intentar meterles el susto en el cuerpo. Mucho más fácil sería retirarle los fondos a un banco en particular como para decirle a los otros que si lo hizo con uno puede hacerlo con otro.

Ahora bien, ¿a cuál banco?

No, casi sin duda, a los cuatro bancos extranjeros, los dos españoles, el chileno ni el norteamericano, eso traería complicaciones internacionales de difícil manejo. ¿A un banco chiquito? Eso no impresionaría a nadie. Hay algún banco muy sólido, financieramente blindado, que es al mismo tiempo de los que menos fondos oficiales tienen, luego quitarle esos fondos tampoco causaría mayor impacto, y si el Presidente se decide a dar ese paso, es justamente para causar una gran y muy fuerte impresión.

Hay bancos que tienen fuertes depósitos oficiales y además amplia exposición pública por la variedad de su cartera de depósitos del público en general, tarjetas de crédito, etc. Bancos buenos, tradicionales, renovados, que harían bien en irse armando contra un retiro súbito de algunos miles de millones, como ya hizo una vez Petróleos de Venezuela en los complejos tiempos del señor Ciavaldini.

El otro aspecto de la cuestión es saber si el público en general está dispuesto a defender a algún banco en particular si el gobierno les garantiza sus propios depósitos. ¿Cuántos ahorristas saldrían a la calle a defender a su banco si se produce una intervención o una nacionalización a puertas abiertas, por ejemplo, o el simple retiro súbito de los fondos oficiales?

Con la única excepción del Banco Mercantil, los bancos privados en Venezuela se han cuidado poco de cultivar estratégicamente una imagen sólida, una imagen que los convierta en intocables. Los bancos no invierten dinero en eso, los banqueros no creen que sea rentable gastar publicidad en imagen en vez de en promover sus productos y servicios.

Es hora de que empiecen a pensar de manera diferente

Ya no existen aquellas populares y sólidas imágenes del Banco Unión, que pudo aguantar impertérrito varias feroces corridas, y pocos días después los depositantes volvían a depositar; ni la de aquél Banco de Venezuela que aguantó sin alarmas feroces batallas entre accionistas. El Unión ya no existe, el Venezuela es un banco español, el Caracas se esfuma absorbido por el Grupo Santander. Sólo el Mercantil mantiene su flujo comunicacional bien definido, sólo el Mercantil mantiene una coherencia publicitaria y corporativa estratégica y persistente.

Citamos estos bancos sólo a título de recordatorio de las que fueron las imágenes públicas más fuertes en la historia de la banca. Hoy en día, los banqueros deberían convencerse de que el escenario ha cambiado, de que los bancos y los banqueros han vuelto a ser un objetivo y un pretexto políticos apetecibles, y que el Presidente de la República tiene elementos sociopolíticos que defender mucho más importantes que la realidad de un banco. Los banqueros deberían empezar a pensar cuáles de ellos disfrutan –o padecen- de mayor exposición pública y, en consecuencia, cuáles de ellos podrían ser utilizados como ejemplos para asustar a los demás.

Esta es una decisión que el Presidente tomaría sólo en último extremo, que lo más probable es que nunca tome porque es una decisión radical. El problema está en que el Presidente se está radicalizando, y esa ruta claramente anunciada, debería ser la señal de alarma para que los banqueros y sus bancos se decidan a invertir en lo que ahora podría ser más importante que la publicidad de tasas, créditos y concursos: su propia imagen ante la sociedad venezolana, desde el Country Club, hasta Sabaneta.

Felicidades a todos… dentro de lo que cabe

El Horno de Leña se despide hasta mediados de enero de 2002, tras un año largo, pesado, conflictivo y angustiante durante el cual, lo reconocemos, aparecimos poco. 2002 será un año aún más duro, más conflictivo y con mayores dificultades económicas, políticas y sociales. El chavismo avanza inexorablemente por un largo canto del cisne que no será grandioso ni romántico, ni siquiera nos atrevemos a pensar en fechas, lo sociopolítico jamás ha sido exacto ni muy simple de prever.

Pero es tiempo de Navidad y hay que abrirle campo a las mejores esperanzas. Por eso formulamos deseos muy sinceros de que las cosas mejoren para todos. Aunque la razón trate de señalarnos lo contrario, preferimos cerrar el año como los niños pobres escriben sus cartas al Niño Jesús: cerrando los ojos y ligando que sea verdad el milagro.

Fundado hace 28 años, Analitica.com es el primer medio digital creado en Venezuela. Tu aporte voluntario es fundamental para que continuemos creciendo e informando. ¡Contamos contigo!
Contribuir

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba