Huida hacia el último fracaso
La Constitución que el presidente esta obligado a desarrollar; ahora es un estorbo. Su texto, es el desarrollo político pleno de la Idea misma de un Estado social de derecho. La realidad nos enseña que su desarrollo interno dejo de ser motivo existencial del poder. Ahora tiene otra idea. La constitución efectiva de estos tiempos es la cubana de 1976. Solo decirlo, es acusarlo de traidor a la Patria.
Al caer la URSS, el comunismo fue abandonado en el mundo excepto en Cuba; y en los 90 diseñaron el último fracaso. El socialismo en Cuba será arrasado en estos años de crisis mundial. Estamos en una época donde claramente el castrismo mata de hambre a los cubanos; mientras que el Imperio es quien les mata el hambre. Todos los ítems de la libreta de racionamiento exhiben “made in USA”. Los presidentes de UNASUR hacen cola para visitar y acolchar el derrumbe del socialismo del s. XX en Cuba. En el palo abajo en la caída, algunos cayeron en el pecado de siempre – al comer el manjar prohibido- o las mieles del poder. Hablaron de una Cuba con dos presidentes. De su disposición a ceder soberanía para integrarse a VeneCuba. El último visitante antes de la purga confirmó la disposición de Raúl Castro a dirigir el cambio y abordar una agenda abierta. En Puerto España reintegraran a Cuba al hemisferio y en el ínterin algunos se habrían ido de bruces. En esos términos eso conspira contra Chávez.
La isla de los Castro tiene una agricultura de puertos donde persiste el hambre, la escasez y el racionamiento. Una industria postrada por deficiencias de energía, de bienes intermedios y de productividad. Ese descalabro del socialismo centralista y sus odiosas asimetrías ya las reconoce hasta el último cubano. Es la realidad que hace posible “la batalla de las ideas” y “los cambios estructurales y de concepto” cuyos resultados no acaban de aparecer. El deterioro omnisectorial de la economía cubana es producto de los últimos cambios estructurales del socialismo real. Toda esa palabrería comunal, socialista que hoy colma el discurso oficial del autócrata. El salvavidas ha sido el chorro de dólares de Chávez en el pago de servicios y bienes para la revolución bolivariana. Dólares para el enriquecimiento de la nomenclatura cubana y para paliar la importación de alimentos desde el Imperio para esa gran comuna cubana de asalariados y sometidos a una revolución para la educación y salud gratuita de unos seres famélicos, sometidos durante toda la vida. Eso no puede ser opción frente a la libertad y las oportunidades durante la vida plena que ofrece la democracia. Hasta los Castro comienzan a entenderlo por la vía del arrepentimiento ante el mal que han causado. Saben que el centralismo socialista postrado no puede ser punto de partida para el desarrollo. Su única esperanza pasa por la adopción de la descentralización, la propiedad privada y la presencia intensa del mercado y de la disminución del Estado hacia un ente meramente regulador. Es lo que Chávez vio que se le viene encima con Raúl. Intentó el complot y ahora huye hacia el último fracaso.
Cuando el debate se acerca a su fin. Aparece Chávez con allegados en la nomenclatura que intentan impedir la aceptación del último fracaso. Estas reflexiones calzan en la lucubración de Jorge Castañeda y explican la decisión de:¡La Constitución de 1999 al carajo! El desconocimiento de la voluntad popular, la criminalización de la política, la embestida centralista, la postración de la FAN y las instituciones publicas y los amplios márgenes de maniobra fiscal que posee convencieron a todos que enfrentamos a un régimen autocrático, militarista y aferrado al poder. La oposición sigue aturdida sin razón política a que apelar. Al menos ahora el G2 que le cuida le puede devolver la traición. Lo alcanzo la inseguridad.
Ni modo, ¡Es como el escorpión! Es su naturaleza de golpista y traidor. ¡Madre Santa!, Maisanta tu en eso. Como es mandante indefinido le debemos suponer inmortal. “Si llegase a morir” con solo lo hecho hasta ahora será sin media madre y sin media patria. La otra mitad cambiara su opinión cuando el desastre les alcance. Ha labrado su triste destino.
