Huracanes y política
No creo se pueda escribir sin tener un cierto grado de angustia, necesidad de contar algo, de describir un lugar o un suceso. También de comentar o simplemente de crear una fantasía. Huracanes que se repiten sin cesar y políticos que hablan sin cesar.
Mientras escribo me gusta escuchar música. Hay momentos en que se encuentra la ideal para un estado de ánimo particular. En esos instantes se adquiere el ritmo. Es decir hay una rara combinación entre lo que se dice y lo que se escucha.
Hay sucesos que ocurren en el mismo instante, o tenemos de ellos información en el mismo momento. A esta hora el huracán wilma golpea la costa oeste de la península de Yucatán. Si vemos una imagen satelital, divisamos la descomunal tormenta que toca la América central, Cuba, y ya el sur de la Florida. Así imagina uno, las personas que están en el área, que saben lo que se avecina.
Al mismo tiempo, nos enteramos de una visita presidencial a Francia. Reuniones con la ultra izquierda francesa, lo que resta de ella. Discursos en los que se justifica la estrecha relación con el dictador de Cuba. Los cubanos reciben también el impacto del huracán. Ese dictador con decenas de años en el poder, aún hoy persigue y encarcela a cualquier disidente por el solo hecho de serlo. Ninguno de esos intelectuales de izquierda osa preguntar por esos presos.
Nos enteramos también que un alto cargo del gobierno francés almorzó y después invita al protector económico del tirano a una cena. Un aristócrata que vivió en Venezuela. Que sabe perfectamente lo que sucede en el país. Pero que probablemente antepone, con razón, su deseo de ser presidente de Francia.
Paris bien vale una misa, dicen que dijo Enrique IV, rey de Navarra, hugonote, quien casa con Margarita de Valois, conocida como reina Margot. Uno de los episodios más trágicos de la historia de Francia. Cuando Católicos y calvinistas se enfrentan por el poder en ese país. El poder tiene ese atractivo fatal, sensual. Son muchos lo que una vez que lo obtienen hacen lo imposible por retenerlo.
El presidente visitante, tiene siete años en el poder, lo detenta en forma absoluta, es el líder el jefe, el único. Lo ha dicho, lo repite. De su bando nadie se lo disputa pues lo execran. Monta asistido por el dictador cubano, un entramado que conducirá a la América latina a luchas intestinas, raciales prefieren ellos. Castro es gallego y Chávez un mestizo, no importa. Aúpan una nación originaria. Es decir con un componente indígena a la cabeza. Tienen los recursos económicos para ello. Tienen absoluta falta de escrúpulos para utilizarlos en eso.
El mundo lo sabe y calla. Total la sangre que se pueda derramar no es la de ellos. Tensar los conflictos llevarlos al borde es un estilo. El venezolano es un maestro en el arte de hablar, dentro de sus fronteras hace muy poco. La pobreza aumenta. Afuera otorga, ofrece.
La política en América Latina se torna como los huracanes, cambiante, rápida, agresiva y demoledora. Los intelectuales, una izquierda decimonónica y tarifada calla. Total como en el pasado, evocan glorias siempre de lo que pudo ser.
El huracán está más cerca de la costa de Yucatán, Enrique IV y la reina Margot no pudieron evitar la masacre de San Bartolomé. Es historia. Escucho a Bob Dylan.
