Opinión Nacional

Indigestión ideológica y diarrea socio política

No hubiera sido mi deseo que esta primera columna del año hubiera de dedicarla al San Benito de la “politicastreria”, si no, por el contrario, propiciar la paz y felicidad para este nuevo año, pero la verdad es que el farisaísmo de lo gobierneros y su gobernante supremo lo llevan a uno a tal estado de frustración, que no tenemos mas caminos que manifestar los errores y dislates que se cometen en el día a día, mas cuando de aquellos pueden derivar nefastos resultados para la patria, y por tanto asumir que es obligado decir lo que es y como debe ser y no tolerar la sarta de pamplinadas políticas y engaña tumultos que usan los señores que ostentan el poder.

La última versión del disparate sofisticado ha sido el celebre Decreto del Gobernador Yánez en Cojedes, en el que se insta e incita al «lumpen» para que por sus propias manos haga justicia sarracena agraria, acabando con lo poco que produce en el campo nuestro país, y en el que se califica, sin competencia alguna para ello, ni previo estudio, lo que cumple y no cumple con los principios agroalimentarios, ahora bajo la excusa satánica de que estamos proveyendo a las necesidades agro productivas de cada uno de los Estados que componen la geografía nacional.

A dicha declaratoria de guerra fatua, pero si incitadora de invasiones populacheras, y queriendo quitarse de encima con ello los Gobernadores que suscribieron tan destartalado manifiesto, toda responsabilidad de no poder contener las turbas que ellos mismos han instado para invadir tierras públicas y privadas, no puede menos que responderse seria y categóricamente, tildándola de suprema irresponsabilidad, desacato al orden legitimo ( pseudo constituido) y de un serio delito contemplado en el ordenamiento jurídico nacional, pre y post «chavista», pues actuar de tal manera en buena lexicología penal se lo debe llamar como acción de instigación a delinquir por la autoridad legítimamente constituida.

El hecho que el autor sea precisamente autoridad legítima, como también resultan serlo los demás integrantes del novenario tenebroso que lo aupa, por el contrario de ser atenuante, es para mí un serio agravante no solo en lo penal, sino en lo ético, político y moral.

Se trata de unos infelices funcionarios, que muy alejados de sus deberes para con la patria y el cargo que desempeñan, quizás para congraciarse con quien sustenta toda esta opereta que denominamos gobierno, optan por instar a las turbas a desacatar la Ley y cometer flagrante delito.

Yo no se en verdad, luego de tantas mentiras, si existe o no presión campesina, o si se la crea a hurtadillas, quien sabe con cuales negros fines, por parte de los politicastros de turno, en este y en otros gobiernos, no muy bienvenidos a la historia, ni si el Estado venezolano es o no el mayor terrateniente latifundista de estos lares, pero ciertamente, lo que si se sabe, es que en todo este cuento de las tierras con vocación agraria, de la producción agroalimentaria y de la siempre institución presta a justificar todo en esta materia, esto es , la historia de la Reforma Agraria, todos ellos resultan instrumentos de bastarda lucha política, y de una irresponsable actitud para con lo poco que se hace ordenadamente en este país con relación a las tierras.

No tenemos que hacer mucho esfuerzo para recordar cuales fueron los lamentables y deplorables resultados de la reforma agraria de las viejas etapas democráticas de Venezuela, la de Rómulo Betancourt, la del tal Giménez Landinez, paradigma agrario del gran mito de lo que no se hizo queriendo hacerlo por parte de Copey y sus acólitos técnicos en Reforma Agraria y paremos de contar, para no caer en los nefastos Presidentes y Directorios del tristemente recordado Instituto Agrario Nacional.

Pero la cosa no termina allí, pues ya este gobierno y su gente tienen su cola de paja con lo de la Junta Liquidadora del “IAN” y las ejecutorias cumplidas en los años del Adán Agrario (-no precisamente el del Paraíso terrenal-), o con lo de las huestes invasoras de fincas en Zulia y Barinas, con el apoyo de eso que se ha dado en llamar el “ejercito libertador”.

A todas estas uno se pregunta ¿ Y donde están los efectos de nueva versión de la revolución agroalimentaria ¿ ¿ En donde y en cuanto hemos disminuido la dependencia exterior en la productividad agro alimentaria ¿ ¿ De que tanto cacarea el hombre del “Alo dominical” cuando cuenta las maravillas que hemos logrado en lo Agrario, si nadie ni ninguno puede enseñarnos en que consiste toda esa historia? La mejor y mas reciente muestra del fracaso y despelote fue que ni marrano tuvimos en las pasadas pascuas, y eso que Mercal, Indecu y sus adláteres hicieron caída y mesa limpia con lo ajeno, disponiendo inclusive de cochino adquirido mucho antes de los Decretos Pascueros, sin respeto alguno por la Ley.

Las declaraciones en torno al comentado asunto por parte de Yánez, de su Secretario de Gobierno y del novenario de Gobernadores que lo apoyan y arengan, lo que dan es pena y ponen de manifiesto la incuria jurídica y el desafuero político en que han incurrido dichos sacrosantos politicastros.

En primer lugar, se pone de manifiesto, luego de seis años de gobierno, que la gestión Agraria del país de nada ha servido ( dixit: Hemos fallado al tratar de ordenar las tierras. No se puede saber como resolver el problema de las tierras, ni si el dueño de los latifundios es el Gobierno o los Particulares); en segundo lugar, arteramente se reconoce que en vista de que el INTI ( nuevo nombre del IAN, que quizás debió haber sido el de TITI, como el de los micos burlones ) nada ha podido hacer para el reordenamiento de la tierras, ellos, los flamantes, pero incompetentes Gobernadores ( ojo me refiero a incompetencia jurídica, si bien admito que de la otra también sobra) se dedicarán, USURPANDO FUNCIONES, ha resolver ese problema, precisamente arengando con y por Decreto cuales tierras tienen que reputarse latifundios o no ( ojo, no se está usando la terminología “invasión de fincas” pero con ello se logra lo mismo); en Tercer lugar, y es allí donde verdaderamente terminan de poner la torta ( para no decir lo otro por aquello de la Ley Resorte, y dado que esta columna la leen desde los imberbes hasta los mayorcitos), para arreglar la cosa, le explicaron al » no José Gregorio», que se creará un nuevo ente “ La Comisión Especial” para que resuelva y decida y por vía “alterna” proponiendo soluciones especiales, por lo visto llamada a sustituir los órganos nacionales regulares de la Reforma Agro Alimentaria.

Lo triste de todo esto es que el desleído señor que ostenta el mando del país, siempre en las nubes cuando le conviene o balbuceando febriles soluciones de teniente trasnochado en su día de permiso, vocifera ante el pueblo chino que la causa del problema es otra. Que lo que ocurre es que en Venezuela no se lee ni lo que él llama “la bicha” ni las demàs leyes que aquella fundamenta.

Yo termino por creer que quien no lee las leyes es él, o definitivamente será que se las explican mal, porqué lo que parece es que tampoco las comprende, a pesar de que sostiene que sí las conoce.

En otras palabras y para variar, lo que ocurre en el país es que también lo relacionado con el campo, con la producción agroalimentaria, y sus colaterales, esta coloreado por un tremendo e incontrolable despelote.

No se ha hecho siquiera en el país el catastro cabal de las propiedades, ni de las clases de tierras que tiene nuestro territorio, ni tampoco se han cumplido con los requerimientos para la determinación de si las fincas son o no productivas, ni bajo cuales principios se lo juzgara y de buenas y a primeras, y porque les da la gana a unos irresponsables representantes del Gobierno, lo señores Gobernadores, se lanza a la calle la imputación de que todas o algunas tierras dentro del ámbito estadal, sean publicas o privadas, nacionales o hasta de otros países, son o no latifundios, cumplen o no función productiva, y que viva el despelote.

A estos deslustrados y mal llamados funcionarios públicos, señor Chávez, Ud. que tan ejecutivo resulta manifestarse en algunas de sus acciones, y ahora tan auto calificado de Maoísta de primera, debe comenzar por aplicar en su entorno las reglas de una buena política de gobierno, debiendo pedir por tanto a quienes tan irresponsablemente pretenden estar cumpliendo sus gestiones, su inmediata dimisión del cargo, o ejecutivamente destituirlos, y pasarlos al enjuiciamiento por los delitos cometidos, en especial, el de contribuir al desorden público, al desacato de las leyes, e irrumpir contra el desorden legitimo constituido ( perdón, al orden legítimamente no constituido) y por instigar a Juan Pueblo, el siempre tan recurrido responsable irresponsable, para que tome las cosas por sus manos y a su estilo y resuelva lo que no han podido resolver ni los políticos, ni los Diputados, ni el gobierno .

Que vergüenza de gobernadores, y que gobierno tan lleno de gobernadores incapaces e insólitos.

Juan Pueblo debía preguntarse seriamente quien manda en el país, si los Gobernadores alzados o el representante de un Poder Ejecutivo cuando menos con vociferante voz que aturde, si bien no con fuerza política. Si estuvo en China, deben haberle contado el cuentito de la Plaza de Tianamen y de cómo se impuso el orden político ante el desorden social.

Carp Opinión/ Indigestión ideológica 020105
1551

OPINION CIUDADANA.

INDIGESTION IDEOLOGICA Y DIARREA SOCIO POLITICA.

Alberto Baumeister Toledo
Email: [email protected].

No hubiera sido mi deseo que esta primera columna del año hubiera de dedicarla al San Benito de la “politicastreria”, si no, por el contrario, propiciar la paz y felicidad para este nuevo año, pero la verdad es que el farisaísmo de lo gobierneros y su gobernante supremo lo llevan a uno a tal estado de frustración, que no tenemos mas caminos que manifestar los errores y dislates que se cometen en el día a día, mas cuando de aquellos pueden derivar nefastos resultados para la patria, y por tanto asumir que es obligado decir lo que es y como debe ser y no tolerar la sarta de pamplinadas políticas y engaña tumultos que usan los señores que ostentan el poder.

La última versión del disparate sofisticado ha sido el celebre Decreto del Gobernador Yánez en Cojedes, en el que se insta e incita al «lumpen» para que por sus propias manos haga justicia sarracena agraria, acabando con lo poco que produce en el campo nuestro país, y en el que se califica, sin competencia alguna para ello, ni previo estudio, lo que cumple y no cumple con los principios agroalimentarios, ahora bajo la excusa satánica de que estamos proveyendo a las necesidades agro productivas de cada uno de los Estados que componen la geografía nacional.

A dicha declaratoria de guerra fatua, pero si incitadora de invasiones populacheras, y queriendo quitarse de encima con ello los Gobernadores que suscribieron tan destartalado manifiesto, toda responsabilidad de no poder contener las turbas que ellos mismos han instado para invadir tierras públicas y privadas, no puede menos que responderse seria y categóricamente, tildándola de suprema irresponsabilidad, desacato al orden legitimo ( pseudo constituido) y de un serio delito contemplado en el ordenamiento jurídico nacional, pre y post «chavista», pues actuar de tal manera en buena lexicología penal se lo debe llamar como acción de instigación a delinquir por la autoridad legítimamente constituida.

El hecho que el autor sea precisamente autoridad legítima, como también resultan serlo los demás integrantes del novenario tenebroso que lo aupa, por el contrario de ser atenuante, es para mí un serio agravante no solo en lo penal, sino en lo ético, político y moral.

Se trata de unos infelices funcionarios, que muy alejados de sus deberes para con la patria y el cargo que desempeñan, quizás para congraciarse con quien sustenta toda esta opereta que denominamos gobierno, optan por instar a las turbas a desacatar la Ley y cometer flagrante delito.

Yo no se en verdad, luego de tantas mentiras, si existe o no presión campesina, o si se la crea a hurtadillas, quien sabe con cuales negros fines, por parte de los politicastros de turno, en este y en otros gobiernos, no muy bienvenidos a la historia, ni si el Estado venezolano es o no el mayor terrateniente latifundista de estos lares, pero ciertamente, lo que si se sabe, es que en todo este cuento de las tierras con vocación agraria, de la producción agroalimentaria y de la siempre institución presta a justificar todo en esta materia, esto es , la historia de la Reforma Agraria, todos ellos resultan instrumentos de bastarda lucha política, y de una irresponsable actitud para con lo poco que se hace ordenadamente en este país con relación a las tierras.

No tenemos que hacer mucho esfuerzo para recordar cuales fueron los lamentables y deplorables resultados de la reforma agraria de las viejas etapas democráticas de Venezuela, la de Rómulo Betancourt, la del tal Giménez Landinez, paradigma agrario del gran mito de lo que no se hizo queriendo hacerlo por parte de Copey y sus acólitos técnicos en Reforma Agraria y paremos de contar, para no caer en los nefastos Presidentes y Directorios del tristemente recordado Instituto Agrario Nacional.

Pero la cosa no termina allí, pues ya este gobierno y su gente tienen su cola de paja con lo de la Junta Liquidadora del “IAN” y las ejecutorias cumplidas en los años del Adán Agrario (-no precisamente el del Paraíso terrenal-), o con lo de las huestes invasoras de fincas en Zulia y Barinas, con el apoyo de eso que se ha dado en llamar el “ejercito libertador”.

A todas estas uno se pregunta ¿ Y donde están los efectos de nueva versión de la revolución agroalimentaria ¿ ¿ En donde y en cuanto hemos disminuido la dependencia exterior en la productividad agro alimentaria ¿ ¿ De que tanto cacarea el hombre del “Alo dominical” cuando cuenta las maravillas que hemos logrado en lo Agrario, si nadie ni ninguno puede enseñarnos en que consiste toda esa historia? La mejor y mas reciente muestra del fracaso y despelote fue que ni marrano tuvimos en las pasadas pascuas, y eso que Mercal, Indecu y sus adláteres hicieron caída y mesa limpia con lo ajeno, disponiendo inclusive de cochino adquirido mucho antes de los Decretos Pascueros, sin respeto alguno por la Ley.

Las declaraciones en torno al comentado asunto por parte de Yánez, de su Secretario de Gobierno y del novenario de Gobernadores que lo apoyan y arengan, lo que dan es pena y ponen de manifiesto la incuria jurídica y el desafuero político en que han incurrido dichos sacrosantos politicastros.

En primer lugar, se pone de manifiesto, luego de seis años de gobierno, que la gestión Agraria del país de nada ha servido ( dixit: Hemos fallado al tratar de ordenar las tierras. No se puede saber como resolver el problema de las tierras, ni si el dueño de los latifundios es el Gobierno o los Particulares); en segundo lugar, arteramente se reconoce que en vista de que el INTI ( nuevo nombre del IAN, que quizás debió haber sido el de TITI, como el de los micos burlones ) nada ha podido hacer para el reordenamiento de la tierras, ellos, los flamantes, pero incompetentes Gobernadores ( ojo me refiero a incompetencia jurídica, si bien admito que de la otra también sobra) se dedicarán, USURPANDO FUNCIONES, ha resolver ese problema, precisamente arengando con y por Decreto cuales tierras tienen que reputarse latifundios o no ( ojo, no se está usando la terminología “invasión de fincas” pero con ello se logra lo mismo); en Tercer lugar, y es allí donde verdaderamente terminan de poner la torta ( para no decir lo otro por aquello de la Ley Resorte, y dado que esta columna la leen desde los imberbes hasta los mayorcitos), para arreglar la cosa, le explicaron al » no José Gregorio», que se creará un nuevo ente “ La Comisión Especial” para que resuelva y decida y por vía “alterna” proponiendo soluciones especiales, por lo visto llamada a sustituir los órganos nacionales regulares de la Reforma Agro Alimentaria.

Lo triste de todo esto es que el desleído señor que ostenta el mando del país, siempre en las nubes cuando le conviene o balbuceando febriles soluciones de teniente trasnochado en su día de permiso, vocifera ante el pueblo chino que la causa del problema es otra. Que lo que ocurre es que en Venezuela no se lee ni lo que él llama “la bicha” ni las demàs leyes que aquella fundamenta.

Yo termino por creer que quien no lee las leyes es él, o definitivamente será que se las explican mal, porqué lo que parece es que tampoco las comprende, a pesar de que sostiene que sí las conoce.

En otras palabras y para variar, lo que ocurre en el país es que también lo relacionado con el campo, con la producción agroalimentaria, y sus colaterales, esta coloreado por un tremendo e incontrolable despelote.

No se ha hecho siquiera en el país el catastro cabal de las propiedades, ni de las clases de tierras que tiene nuestro territorio, ni tampoco se han cumplido con los requerimientos para la determinación de si las fincas son o no productivas, ni bajo cuales principios se lo juzgara y de buenas y a primeras, y porque les da la gana a unos irresponsables representantes del Gobierno, lo señores Gobernadores, se lanza a la calle la imputación de que todas o algunas tierras dentro del ámbito estadal, sean publicas o privadas, nacionales o hasta de otros países, son o no latifundios, cumplen o no función productiva, y que viva el despelote.

A estos deslustrados y mal llamados funcionarios públicos, señor Chávez, Ud. que tan ejecutivo resulta manifestarse en algunas de sus acciones, y ahora tan auto calificado de Maoísta de primera, debe comenzar por aplicar en su entorno las reglas de una buena política de gobierno, debiendo pedir por tanto a quienes tan irresponsablemente pretenden estar cumpliendo sus gestiones, su inmediata dimisión del cargo, o ejecutivamente destituirlos, y pasarlos al enjuiciamiento por los delitos cometidos, en especial, el de contribuir al desorden público, al desacato de las leyes, e irrumpir contra el desorden legitimo constituido ( perdón, al orden legítimamente no constituido) y por instigar a Juan Pueblo, el siempre tan recurrido responsable irresponsable, para que tome las cosas por sus manos y a su estilo y resuelva lo que no han podido resolver ni los políticos, ni los Diputados, ni el gobierno .

Que vergüenza de gobernadores, y que gobierno tan lleno de gobernadores incapaces e insólitos.

Juan Pueblo debía preguntarse seriamente quien manda en el país, si los Gobernadores alzados o el representante de un Poder Ejecutivo cuando menos con vociferante voz que aturde, si bien no con fuerza política. Si estuvo en China, deben haberle contado el cuentito de la Plaza de Tianamen y de cómo se impuso el orden político ante el desorden social.

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