Opinión Nacional

Insólito

El régimen tambalea, aunque todavía algunos fanáticos piensen que la imagen de Chávez se mantiene y que lo perdido se recupera. Algunas encuestas poco serias le dan incluso ciertas ventajas. Lo cierto es que su popularidad se acabó desde hace tiempo. La gravísima situación interna del PSUV, confirma el estado de destrucción del llamado proceso bolivariano.

Los insultos de Hugo Chávez a quienes de alguna manera intentan mantener su perfil o reclaman su participación como candidatos a una u otra posición, son realmente insólitos, tanto como lo es la actitud del sumiso Contralor Russian quien ahora, después del silencio que sostuvo ante los más graves y evidentes casos de corrupción en el país, se lanza al ruedo para solicitar la inhabilitación de los candidatos de la oposición. Una nueva lista Tascón, igual o más discriminatoria que las anteriores, incluida la Maisanta, que pone en peligro de manera muy grave, las relaciones democráticas en el país y la estabilidad de nuestra democracia.

Dentro de sus filas, algunos se van, en forma clara y sin miedo, mientras otros, sumisos y con rabo de paja, aceptan la bofetada de la monocúpula del partido socialista. Acosta Carlez es uno de esos ejemplos que aunque son pocos, asustan.

Algunos candidatos impuestos son rechazados hasta por los mismos chavistas. Tal es el caso de Mario Silva, el hojillero revolucionario, quien pretende ser Gobernador de Carabobo en Noviembre. La verdad es que los excesos y las desproporciones de los chavistas se exceden. Hay gente osada y grosera, pero los revolucionarios venezolanos abusan.

Y todavía no se ha tocado fondo. Las disidencias y las críticas aumentarán y es simplemente porque los venezolanos, de una u otra tendencia, demócratas o chavistas, no aceptan las imposiciones, el desprecio, la ofensa. La dignidad sigue estando en la base de nuestra condición nacional.

El mundo ve con enorme preocupación la que sucede ahora en el país. Los más cercanos se callan, los interesados igual. Los Lula, beneficiarios del régimen bolivariano y responsables en el futuro de haber jugado en contra del pueblo venezolano, se muestran discretos. Las declaraciones de apoyo han desaparecido, aunque siempre hay algunas manifestaciones que le permiten seguir recibiendo su tajada.

El Secretario de la OEA, Insulza, ineficiente declarado, no ha dicho nada de las inhabilitaciones. No le interesa. Sólo busca seguir cuadrando su candidatura para sustituir a la señora Bachelet que, de paso sea dicho, se ha separado del disparate bolivariano desde hace tiempo. Hay una gran diferencia entre el socialismo totalitario con rasgos militaristas y la social democracia. Los derechos humanos son irrespetados en el primer sistema, mientras en el segundo las reglas se respetan y los ciudadanos tienen garantías de disfrutar sus derechos fundamentales.

La OEA y los países de la OEA mantienen todavía, curiosamente, un silencio peligro ante la persecución del régimen bolivariano, similar a la de los dictadores de Irán y de Zimbabwe, ambos fanáticos revolucionarios bolivarianos, para acabar con la oposición y perpetuarse en el poder.

Desde luego, Venezuela es un país distinto. Los venezolanos no vamos a aguantar este disparate y la disposición de un grupo de aventureros de acabar con el país, con nuestros derechos y el futuro. En Noviembre, las cartas serán echadas y a partir de allí o recogen velas y preparan la transición y el retorno a la democracia plena, o corren el riesgo de crear espacios de conflictos difíciles de superar.

Es insólita la situación. Los revolucionarios insisten imponerse, en despreciar los derechos de los venezolanos. Ojalá entiendan con tiempo que las reglas deben respetarse.

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