Jugándose a Rosalinda
Hugo Chávez ya tomó la última curva que lo conduce a los comicios de 2010, donde se elegirán los diputados a la Asamblea Nacional, los concejales municipales y los representantes de las juntas parroquiales.
La importancia de estos comicios radica, muy especialmente, en que sus resultados determinarán cuál será la composición de los curules en la Asamblea Nacional: Si seguirá dominada por el chavismo y postrada ante Chávez o, si por el contrario, se logrará un equilibrio con la representación de todos los sectores políticos del país.
De esa composición dependerá no sólo el avance sino también la sobrevivencia del proyecto político que instaura Hugo Chávez en Venezuela. Si la alianza democrática lograra equilibrar el peso político en el Parlamento, se le pondría un freno a la promulgación de leyes que avalan y soportan su proyecto comunista e, incluso, muchas de las ya promulgadas podrían ser revertidas. También podría lograrse que el nombramiento de representantes del resto de los poderes públicos se realizara por credenciales y no por decisión del dedo presidencial.
Además, un Parlamento independiente y autónomo serviría para controlar el gasto desproporcionado y sin rendición de cuentas del Poder Ejecutivo, poniéndole riendas a tanta dádiva presidencial en el exterior. Es decir, se le cortarían tres de las patas que sustentan la hegemonía de Chávez, dentro y fuera del país.
A sabiendas que se está jugando a Rosalinda el próximo año, y que la aceptación de su propuesta política va en franca merma, es que Chávez ha venido tejiendo su red para blindar a su favor todo proceso electoral que se realice en el país. Entre otros «adelantos» ya ha logrado:
1) Promulgar sin muchos traumas políticos la Ley Orgánica de Procesos Electorales que puso varios anillos de seguridad para garantizar que los resultados electorales por venir le sean favorables al Gobierno. Entre ellos, el cambio inconstitucional del sistema electoral, de representación proporcional a uno de mayoría; las modificaciones a discreción de los circuitos electorales; y el pase de un sistema electoral automatizado a uno electrónico, incluyendo en ello la boleta electoral, el voto, los escrutinios y la auditoría del proceso.
2) Promulgar, también sin mayores aspavientos de la población, la Ley Orgánica de Registro Civil, que centralizará en el Consejo Nacional Electoral (CNE) toda la información de identificación y el movimiento poblacional, la cual no sólo viola derechos fundamentales como la privacidad y la confidencialidad, sino que impone mayor control del Gobierno sobre los venezolanos. Amén de que el Registro Civil ahora será una nueva caja negra al servicio del Gobierno para manipular y constreñir la voluntad popular en cualquier evento electoral.
No contento con ello, ahora el Gobierno busca blindar aún más, si eso es posible, la representación del chavismo en el CNE, con la confección del Comité que escogerá a los rectores del ente electoral, el cual quedó integrado sólo con representantes del oficialismo gracias a la Asamblea Nacional.
El Gobierno está dando señales de que en los tiempos por venir su atención estará concentrada en los comicios de 2010. En esa dirección van unas medidas económicas que se resumen en endeudamiento y gasto irresponsables, y cuyos objetivos son reversar la tendencia de deterioro que la imagen de Chávez y su Gobierno están reflejando en las encuestas; montarse en la ola ficticia de popularidad que le generaría el incremento del gasto público, la inyección de dinero en base a créditos y los esfuerzos en marcha para re-impulsar a Barrio Adentro; así como adelantar las elecciones para marzo de 2010, como ya se comienza a rumorear.
Neutralizar toda esta avanzada de Chávez requiere de unidad, unidad, más unidad de la dirigencia y de la población democrática, quienes también arriesgan su Rosalinda: La Libertad.
