Opinión Nacional

La dignidad

Lo más importante en la vida, la dignidad, o «cualidad de digno», deriva del latino dignus y se traduce «valioso». Se refiere al valor inherente al ser humano como ser racional, dotado de libertad y poder creador. Porque las personas pueden modelar y mejorar sus vidas mediante la toma de decisiones en libertad. El ser humano posee una dignidad inalienable desde su nacimiento. Algo es digno cuando es valioso, y porque tiene valor debe ser respetado y bien tratado.

La dignidad de las personas está relacionada a la excelencia, al decoro y a un comportamiento de elevada moral y acciones honrosas. Por ejemplo: «No ganamos pero hicimos el esfuerzo y perdimos con dignidad». «Le ofrecieron dinero pero su dignidad le impidió aceptarlo». «Mentir no es digno de ti».

La dignidad del ser humano reside en el hecho de que es un ser único, creado por el Creador con un Espíritu Divino y Sagrado, nombre propio, dueño de una intimidad que sólo él conoce, carácter único y personal, y capaz de soñar, concebir y vivir una vida propia. Un ser extraordinario dotado de inteligencia y de crear infinidad de ciencias, artes, técnicas, símbolos y narraciones. Un ser insustituible, dotado de voluntad, capacidad de amar, reír y socializar.

En otro sentido, la dignidad es una cualidad humana que depende de la racionalidad. El ser humano está capacitado para mejorar su vida gracias al ejercicio de su libertad individual. Porque la dignidad está vinculada a la autonomía del hombre que se gobierna a sí mismo con rectitud y honradez. Pero la libertad solo es posible mediante a una educación libre y universal, básica o avanzada, que permita tomar decisiones gracias a un conocimiento amplio dentro de las circunstancias culturales del individuo.

Hay aspectos materiales que ayudan a una persona a vivir con dignidad: vivienda, trabajo digno, servicios básicos, etc. Si alguien es despojado de estos derechos se dice que su dignidad ha sido violada porque no puede funcionar con libertad. La dignidad implica reconocimiento y respeto a la condición humana y sus necesidades.

La preocupación por la dignidad de la persona humana es hoy universal. Las declaraciones de los derechos humanos la reconocen como esencial, la valoran especialmente y la protegen. Todo ser humano es digno y debe ser reconocido como tal. El ordenamiento jurídico y la organización económica, política y social, deben garantizar ese reconocimiento que solo puede darse en una verdadera democracia donde todos participen y se respeten.

Pierden dignidad los que insultan e irrespetan, sobornan, manipulan, abusan y mienten, los que corrompen y los corrompidos, los que se venden. Nuestra dignidad es lo más importante… ¿Vivimos con dignidad?

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