La elección que no elegimos

Cuando pensamos en el tipo de gobierno por el que optamos los venezolanos, tanto a nivel nacional como regional como local, pensamos que este proviene de nuestra libre elección con o sin máquinas que cuenten los votos. Pensamos, creemos, que algo tendrá que ver eso con la forma en que se nos gobierna. Creemos, que la acción pública tendrá por fin, algo que ver con la forma como se tratan los servicios públicos. Que estos funcionarán, porque todos votamos para que funcionen. Que los funcionarios que ganan porque los hicimos ganar ya que no creo que ganen solos a menos que alguno de nosotros que sepa mas informática que todos los ponga a ganar sin votos, lo cual pudiera ser posible hasta que no se demuestre lo contrario, ya que la electrónica da para todo, finalmente hagan honor a nuestro deseo de que ganan para que los servicios públicos funcionen.Que no ganan porque sean bonitos, o locuaces habladores, o modelos, o cómicos o simpáticos, de la primera, la cuarta , la quinta o la enésima, sino porque arreglan las cosas, solucionan los problemas, son gerentes y no jarrones chinos o payasos de utilería.Que esos 80 o 90 dólares por barril lleguen para tapar los huecos, sacar a los indigentes de las calles, recuperar a los niños de la intemperie, pagarle a tiempo y no retrasado a los docentes y los médicos que aunque sean suplentes o pasantes también comen y se visten diariamente. Que el venezolano viva, que tenga calidad de vida, que se acaben los viajes de los funcionarios públicos y los obsequios a todos los países del mundo en tanto haya tanta miseria en Venezuela. Pero esto no es de ahora, esto ha sido siempre.

Lo que pasa es que ahora es más grosero, porque antes se podía argumentar que el Estado era pobre y no podía atender al país indigente. Luego el Estado fue rico y el país continuaba con su indigencia. Nos endeudamos con todo el mundo y las calles rotas, y los niños en la calle tiritando del hambre. Ahora, cuando el Estado es mega rico y cuenta en bolívares fuertes lo que antes se contaba en bolívares sencillos, aumentan los indigentes, los niños de la calle, los delincuentes y las siete plagas humanas que se desbordan por doquier. Y me pregunto:¿ Cuando elegimos tener este tipo de vida pública? ¿En que momento votamos porque las cosas fueran así?. ¿En que momento decidimos cargar a nuestros hijos este tipo de Sociedad que les estamos dejando? ¿No se debería estar debatiendo en la Asamblea Nacional por qué hay tantos huecos en las calles, porque hay tantos mendigos en los semáforos, porque el país huele a indigencia y descuido por todos lados, mientras que los políticos viajan y derrochan el dinero del pueblo, en una conducta claramente anticonstitucional?!
Es ese mismo pueblo que todos dicen representar pero que cuesta tanto dignificar, porque en su pobreza abrumadora y cándida ignorancia parece no tener fuerza para pedir un derecho de palabra!. Es ese pueblo que no sabe cuando eligió tener las calles llenas de huecos, los indigentes en los semáforos, los hospitales sin medicinas, el seguro sin protección, las paradas sin policías, la delincuencia rampante, el político turista, la inseguridad reinante, la violencia verbal y física endiosada como valor humano mientras la escasez debilita a una Sociedad rendida a los pies del político ostentoso que se sabe ganador sin votos, que se sabe triunfante en su riqueza soez, porque su dinero llega del no tapar los huecos, de no atender la indigencia, de no enfrentar la delincuencia y de no darle sus medicinas al hospital para que el pueblo no muera de mengua. Allí descubrimos que su negocio realmente es que los problemas nunca se resuelvan porque su riqueza y todo su ostentoso poder provienen de la indigencia y la ignorancia del pueblo, el cual confunde el hambre redoblante en su estómago con la marcha triunfal que vocifera el líder. Que bueno sería que el pueblo al menos una vez ejerciera su mandato por una mejor calidad de vida y no le dejara al político el camino libre para que derrochara la suya.