La estrategia ofensiva
En el comedor de un modesto hotel en Washington coincido con un oficial de la armada de EE.UU. El hombre altísimo permite que comparta su mesa porque el área está repleta de comensales. Se da cuenta que luego del desayuno estoy revisando con extrema curiosidad las páginas de internet en mi laptop y observa que en todas aparece la imagen de Chávez. En ese momento, el noticiero local anuncia en TV el cierre por segunda vez de RCTV. El oficial me pregunta que es lo que pasa en el país y yo trato de explicarle lo que me he enterado desde la noche anterior. Al principio, le cuesta entender el cierre de una televisora y cuando le digo que en este mes ha habido además devaluación de un 100% de nuestra moneda, intervención de bancos y racionamiento de energía eléctrica, el hombre queda como noqueado. La charla se prolonga, nos servimos café y al preguntarme porque creo yo que el Presidente hace eso, le respondo que es por las proximidades de las elecciones parlamentarias de Septiembre de este año.
El oficial me comenta que los hombres verdaderamente hábiles en la guerra son los que someten al ejército enemigo sin batallar. Capturan las ciudades sin asaltarlas, y se apoderan del territorio enemigo sin campañas prolongadas. Su meta es tomar intacto todo cuanto hay bajo el cielo, mediante “consideraciones estratégicas”. Como resultado, sus tropas no se desgastarán, y las ganancias serán completas. Este es el arte de la “estrategia ofensiva”, me puntualiza. En sus palabras, identifico plenamente el contenido de “El Arte de la Guerra” de Sun Tzu y al mencionárselo el hombre agarra más confianza. “Pues eso es lo que está aplicando tu Presidente. Date cuenta de eso muchacho”
El oficial me explica que el arte de usar tropas es éste: “Si se es diez veces superior al enemigo, hay que rodearlo. Si se es cinco veces más fuerte, hay que atacarlo. Si se tiene el doble de fuerzas, hay que dividirlo. Si se está a la par como tú me dices, solamente lo puede superar mediante un buen plan y todo lo que tú me cometas que ha pasado este año, no puede ser otra cosa que un plan orquestado, muy orquestado para medirse y enfrentarlos antes de esas elecciones donde puede salir muy golpeado. Si Chávez sintiera una inferioridad numérica, fuese capaz de mantener abierta una vía de retirada. De manera pues que no tienes en tu país un enemigo pequeño. Tienes un enemigo estratega al que solo puedes vencer con sabia estrategia”.
El hombre toma su último sorbo de café, le avisan desde la puerta principal que lo están esperando. Se levanta y observo su descomunal figura de más de dos metros. Me da un golpe en el hombro y me dice: Trabajen amigo, trabajen muy duro y caminado remata: “Y léanse a Sun Tzu” ¡!
