La fuga de; y los descerebrados
Acá en los E.U. me he encontrado con un centenar de compatriotas que no son precisamente cerebros en fuga, pero, sí, gente pensante que se están rompiendo el coco y el coco para sobrevivir en este país en donde al menos se respetan los derechos hasta de los ilegales que marchan por las calles mostrando consignas como: «América es nuestra» y «Nosotros llegamos primero».
Los auto exiliados venezolanos más afortunados son aquellos profesionales universitarios bilingües que, al igual que el resto de los menos ilustres, salieron aterrorizados unos meses después de la masacre del 11 de abril y de los otros asesinatos que sistemáticamente se han ido sumando. Algunos de ellos han logrado colocarse bien, por lo que han conservado y mejorado su status socioeconómico. Otros cerebritos han tenido que aprender el arte de la humildad y ponerse a vender celulares y Herbalife. Pero, la gran mayoría de nuestra gente de la clase «media arruinada» que salió a probar suerte, le están «echando pichón» a lo que salga con la esperanza de recuperar el sueño perdido y no regresar con la manos vacías cuando baje la marea.
«No imaginé encontrarme por estos lares con tanta gente nuestra» – me dice un compatriota que se ha paseado por varias ciudades buscando chamba – «Creí que yo era el único Robinson (no de la Misión) que se lanzó a esta aventura». Es que, los «balseros del aire» alzaron vuelo y aterrizaron en Miami y New York que era donde tenían algún pariente o amigo; pero dada la ley de la oferta y la demanda, se han tenido que desplazar hacia otros estados en donde pueden trabajar y «comprar por menos».
Lo cierto de todo este asunto es que el actual régimen con el mayor número de descerebrados, es el que más éxodo de cerebros en tiempo record ha acusado en la historia patria. Los que en mala hora rigen actualmente el destino del país más rico de Latinoamérica, lo están empobreciendo material y espiritualmente para manipularlo a su antojo. Están regalando sus riquezas a diestra y siniestra, y exacerbando el odio entre el pueblo contra nuestra clase profesional y empresarial para ir abonándole el terreno a los nuevos ricos de la robolución bolivarista.
Los inmigrantes venezolanos, esperan que a Bush lo invada un sentimiento de solidaridad y que, Rice, se condoleezza para que les otorguen el status legal de refugiados. Todos esos venezolanos que en la IV no pudieron salir a estudiar al extranjero con las becas Mariscal de Ayacucho, ahora en la V les ha tocado que salir a trabajar gracias a la vaca enzapatada del [Mariscal] General de los Cuatro Soles que escondió la carta (no la que le envió Caldera a Lusinchi que, entre palos extravió} para reponer a Aguila Uno en el poder con el apoyo de la artillería del brujo Baduel.
