La gestión ambiental en una lenteja

La tragedia ambiental que vive estos momentos el Lago de Maracaibo, es manifestación de la incapacidad gubernamental para hacer frente a los problemas que aquejan a nuestra golpeada patria. Una gran alga de color verde comenzó a aparecer hace más de un mes en la superficie del Lago, a lo cual, pese a los llamados de alerta que hicieron los especialistas, el Ministerio del Ambiente y de los Recursos Naturales no le prestó la
atención adecuada, se negó a declarar la emergencia y hoy, gracias a la negligencia de estas autoridades, la lenteja ha crecido en proporciones desmedidas, causando severos
daños al ecosistema, pero sobre todo, a los humildes pescadores, cuyo sustento depende de la escasa pesca que todavía pueden obtener en estas aguas.

Es justo reconocer que no son nuevos los problemas
ambientales, tanto en el Lago de Maracaibo, como en el
resto del país, pero la falta de capacidad y de interés
para hacerle frente por las autoridades del gobierno, nos
ha llevado a una situación crítica, cuyas consecuencias
hoy no estamos en condiciones de determinar. La lenteja de
agua, como comunmente se conoce a esta alga, cuyo nombre
científico es lemna sp, son producto de altos niveles de
contaminación de las aguas, causada principalmente por
descargas de aguas contaminadas por agroquímicos, además
de los efectos de la actividad petrolera y de la
desalinización producida por las lluvias al interior del
lago. Y cuidado, que hay algunas evidencias de que puede
haber cultivos organopónicos, de esos que importamos de
Cuba, que pudieran tener que ver con ello.

Lo antes dicho no libera de responsabilidad a las
autoridades ambientales, que si tuvieran verdadero interés
en ejercer las funciones de control, a las cuales están
facultados por la ley, en lugar de estar defendiendo esta
caricatura de revolución, hoy no estuviéramos escribiendo
sobre esto. El Ministerio del Ambiente tiene que
asegurarse que las descargas a los cuerpos de agua estén
adecuadamente tratadas, de acuerdo a los parámetros que
fijan las normas técnicas que regulan la materia. Este
organismo puede además tomar las medidas que sean
pertinentes, a fin de impedir el daño ambiental, así como
exigir su reparación, a través de la Fiscalía, una vez
determinados los responsables del daño.

La gestión ambiental en Venezuela, ha quedado finalmente
en evidencia. Las premisas del Desarrollo Sustentable a
las que se refiere la Constitución vigente, que implica
aprovechar los recursos naturales en nuestro beneficio,
sin menoscabo de que puedan también hacerlo las
generaciones futuras, no tiene ningún valor para un
gobierno para el cual el ambiente, como ya hemos dicho,
solo sirve para hacer discursos a sectores de izquierda,
que ya no tienen más espacios de actuación, que aquellos
que encuentran en el ecologismo radical. Este tendrá que
ser un aspecto fundamental que tendremos que abordar,
cuando nos toque la reconstrucción institucional del país,
una vez que termine esta pesadilla, a la cual ya le que da
menos tiempo.