Opinión Nacional

La hora menguada

Hoy, 14 de abril de 2002, la situación en Venezuela es de inmensa confusión. A las 6 de la tarde del sábado 13, teníamos a dos presidentes, uno sin renunciar, y el otro juramentado y amenazado; en el ejército, dos bandos enfrentados, porque cada uno aduce ser leal al gobierno y a la institución; una Asamblea Legislativa negada y luego retomada, junto a un Consejo Consultivo. Y lo más triste: una población dividida y embaucada en una mentira institucionalizada.

Se escuchó en la Televisora del Estado, la voz de una mujer que dice ser la primera dama. Así, en minúscula, sencillamente porque fue una farsa. Una voz que no es la de la Sra Marisabel de Chávez, conocida por lo dulce y armonioso de su comunicación.

Un fax enviado por Hugo Chávez desde Turiamo (en el estado Aragua), mientras que lo esperan desde La Orchila. Un juramento al Vicepresidente Cabello, mientras se espera la llegada inminente del Presidente. Mentiras y más mentiras.

¿Cómo podremos caminar en la democracia mientras se conversa con la mentira y de una forma tan descarada?

En las manos de todos los venezolanos, el estandarte nacional; en la boca de todos, la libertad; en el rostro de todos, la alegría de un régimen soñado; en el corazón de todos, el amor a la patria. Y, lo más lamentable, todos divididos.

Uno de los “logros” de este régimen ha sido el dividir. Ha logrado la división en el empresariado, en los obreros, en los sindicatos, en las familias, en el ejército y, tristemente, en la misma Iglesia: sea en el laicado sencillo, como en los ministros ordenados. Así, de esa forma, todas las instituciones divididas, se presentan más débiles frente a la represión y a la revolución bonita, como la llama Chávez.

Los hechos, que se solaparon con demasiada velocidad, están sombreados y torcidos a causa de los intereses ideológicos de varios centros de poder: el político, el económico, el militar y el mediático. Y el mayor de los focos está en el resentimiento del pueblo. Un pueblo herido en la esperanza y que hace tres años puso su confianza en un gobierno que parecía ofrecer nuevos rumbos a una democracia debilitada. Un pueblo que somos todos, pero que lamentablemente hoy nos vemos divididos. Un joven saqueador, reporta CNN en español, lleva un equipo de sonido sobre sus hombros, robado de un centro comercial, en “justa” retaliación por el apoyo dado de Fedecámaras a la intentona de revuelta.

El jueves pasado 11 de abril, casi dos millones de personas entre Caracas y otras ciudades, mostrando un parecer de civismo y de libertad, llevaron a una supuesta renuncia oral del presidente Chávez. El sábado, casi dos millones de otros venezolanos, mostraron su rabia y su inconformidad por lo violento de unas intervenciones, quizá poco pensadas, de parte de la nueva Junta de Gobierno provisional.

En el transcurso de los últimos tres años, se fueron manifestando las maneras dictatoriales y soberbias de un gobierno sin diálogo. Un conflicto laboral en la empresa clave de la economía nacional, como lo es PDVSA, recogió la fuerza de un sentimiento generalizado de repudio a las formas populistas y sin gerencia del gobierno, amén del rechazo a las simpatías peligrosas del gobierno chavista con algunos proyectos terroristas y guerrilleros conocidos en el mundo. El resultado de una huelga laboral compacta en contra del gobierno, hace apenas 48 horas, se vivió de forma muy veloz, junto con unos momentos de recuperación democrática y de esperanza de que esta pesadilla chavista terminara.

El Sr. Pedro Estanga conformó una nueva Junta de Gobierno. Sus primeras intervenciones, con las que se presentó ante el foro nacional y el internacional, se mostraron de una forma imprudente. Seguramente la inexperiencia en el ramo político y la manipulación de intereses ocultos, hicieron que la mejor buena voluntad de un venezolano honesto, se usara para confundir más la situación nacional y las expectativas internacionales.

Una mezcla de mentiras, de violencia arropada y de inexperiencia, han hecho de estas noches, unas de las más tristes y confusas que haya vivido el país en toda su historia.

Cuando mañana amanezca el sol, seguirán muchas sombras en el corazón del país y los problemas simplemente habrán empeorado: guerrilla urbana, retaliaciones, choque civil, sangre, apagones, saqueos y todas las cosas inhumanas que se viven en estas situaciones. Lo más asombroso es que en la boca de todos, sin excepción, se menciona la defensa de los derechos humanos.

Chávez ha retornado al poder en olor de multitudes. Merece su victoria pues la parte del pueblo que le apoya tuvo la decisión y la capacidad de acción para traerlo de vuelta. Ellos tendrán el Gobierno y el País que desean y que, sin duda, merecen. La otra parte -engañada y traicionada por quienes simularon asumir su representación, y que actuaron con torpeza e incapacidad cometiendo los mismos excesos que se le criticaban al gobierno- queda hoy sumida en una inmensa frustración y, por ahora, con una inmensa desesperanza.

Una teoría posible

Se impone la lógica fría y el corazón calmado, y ambos dicen que esto tiene todas las características de un autogolpe.

La tesis no es descabellada. Esta idea no habría tenido otro objetivo que el de descubrir de una buena vez a quienes adversaban a Chávez en las fuerzas armadas, en el gobierno y en la sociedad, y quiénes estaban a su lado.

¿Por qué un tipo tan irascible y tan violento como Hugo Rafael Chávez Frías se va de Miraflores de manera tan pacífica la madrugada del viernes 12 de abril? ¿Por que los asesinos del Puente de Carmelitas (centro de Caracas) salen a la calle a disparar como locos sin importarles las consecuencias, a pesar de estar siendo grabados por varias cámaras de TV? ¿Acaso no fue el general Lucas Rincón quien dijo por TV que Chávez había renunciado? ¿Cómo puede aparecer ahora a su lado como si no hubiera pasado nada? A Chávez nadie lo vio renunciar, nunca mostraron la famosa carta que «firmó», y los torpes militares que tomaron por inocente a Carmona Estanga no previeron las consecuencias de esconder a Chávez y dejar correr los rumores. AL día siguiente aparece el Fiscal Rodríguez diciendo que tal carta nunca existió. El viernes llega un fax desde Turiamo diciendo que Chávez nunca renunció y, además, firmado por él. ¿Cómo es eso posible estando en La Orchila? La voz en off que presentaron como de Marisabel de Chávez resultó no ser la de ella. Su hija exacerba los sentimientos de los partidarios de Chávez afirmando que había sido torturado, para que Chávez luego lo negara hoy.

Ahora bien: ¿qué ganaba Chávez en todo esto, de ser un autogolpe? Veamos.

* Neutralizar la huelga general indefinida que sabía que no podía contrarrestar dada la capacidad de convocatoria de Fedecámaras y la CTV unidas. Chávez y sus adláteres sabían que no podrían actuar de manera pacífica para evitar que la huelga general continuara y socavara las bases de su gobierno a nivel nacional e internacional.

* Neutralizar a los medios, pues habían escapado de su control.

* Recuperar el espacio de popularidad perdido, y que se venía mermando a velocidad exponencial. Esta payasada de gobierno tiene su fundamento en un apoyo supuestamente popular que se ha venido a menos cada día, y que se alimenta con la cháchara de cada domingo en «Aló, Presidente». Al colocar a un empresario, de apellidos aristócratas, que esquía en los Alpes, en la presidencia interina, se exacerbó en los humildes que le siguen el sentimiento de clase, y de que «los ricos» le habían escamoteado nuevamente a su héroe y sus esperanzas de redención. Aquellos partidarios que estuviesen vacilantes o que estuviesen ya del lado opositor serían traídos por el sentimiento revanchista de nuevo al «redil».

• Neutralizar al único líder de la oposición, que no tenía plomo en el ala: el Dr. Pedro Carmona Estanga. Una celada perfecta, en la que el Dr. Carmona, por su inexperiencia e ingenuidad, cayó sin darse cuenta. El adeco Carlos Ortega tiene poder de convocatoria, pero tiene rabo de paja. A diferencia de la CTV, el paro del 10 de Diciembre convocado por Fedecámaras demostró el poder de esta institución para detener el país económico y demostró también la capacidad de convocatoria de Pedro Carmona (después del 10 de Diciembre se convirtió en un «presidenciable»). Ahora, está fuera de combate, detenido en una celda. Jugada maestra.

• Lograr la atención favorable del escenario internacional, que le venía siendo adverso por sus constantes torpezas Si había dudas sobre el rumbo democrático que el gobierno chavista pudiera tomar dadas sus relaciones con Castro, Gadaffi y Sadam Husein, ahora es visto a nivel internacional como un mártir de la democracia.

• Descubrir de una vez por todas, y no por cuenta-gotas, a quienes estaban de su lado y a quienes estaban en contra dentro de las Fuerzas Armadas.

• Justificar la represión que se viene y que antes le era difícil de desencadenar, so pena de que lo tildaran de dictador. Amparándose en la impunidad que ha caracterizado las acciones de su des-gobierno, Chávez utilizará a sus secuaces para aplicar las venganzas a las que haya lugar sin que su nombre aparezca de por medio, como han sido su actuación en momentos críticos durante estos tres años.

No quiero aparecer como obcecado, pero yo no puedo creer en los mensajes reconciliatorios del Presidente. Esa es otra charada. Otra payasada. Otra mentira. Los enemigos de la «revolución» (o robolución, como la llaman algunos) están descubiertos. Si yo soy chavista en mi barrio o urbanización, sé, por lo ocurrido entre jueves y viernes, quiénes salieron a festejar la «caída» de Chávez. Los antichavistas escuálidos que dimos la cara somos ahora objetivos de guerra. De eso no cabe duda.

Pienso que la oposición perdió una batalla importante, la batalla internacional, por dos razones:

1.- La ingenuidad llevó a Carmona-Estanga a participar en una junta cívico-militar en la que desde el primer momento se evidenció que no era más que un títere (actuando de buena fe) cuando leyó el acta constitutiva (la cual revertió al día siguiente). La anulación de los poderes públicos fue un acto violatorio del orden constitucional, y fue otra parte del guión de esta bien montada obra de teatro. Los militares que habían «pedido» y «recibido» la renuncia de Chávez se mostraron vacilantes y dudosos al segundo día después del show de la salida.

2.- La oposición dejó que los chavistas tomaran en sus manos la bandera de la institucionalidad y del respeto a la Constitución. Eso nos ganó enemigos a nivel continental y mundial. Viéndolo en retrospectiva, los líderes civiles de la protesta (Carmona Estanga, Guaicaipuro Lameda, etc.) debieron astutamente mantenerse al margen de la llamada a formar gobierno (como inteligentemente lo hicieron Teodoro Petkoff, Alberto Federico Ravell, etc.) y exigir a los militares que nombraran a Diosdado Cabello Vicepresidente como lo exige la Constitución. Con eso, la oposición habría respetado las leyes del juego y desenmascarado el juego maquiavélico del gobierno.

Está de más decir que yo no creo en las palabras de arrepentimiento de Hugo Chávez. Durante tres años se ha burlado constantemente de todos los venezolanos. Ha vejado y humillado a todos los venezolanos. ¿La corrupción en el ámbito militar continuará? ¿La belicosidad con EEUU continuará? ¿El apoyo a la guerrilla colombiana continuará? ¿El regalo de nuestro petróleo a Cuba continuará? Podrá crear cincuenta Consejos Consultivos y no es muy difícil concluir que un hombre que no entiende lo que es diálogo y consenso, y que sólo conoce de autoritarismo y jerarquías, no va a hacer ningún caso de sus recomendaciones.

La oposición perdió un gran parte de su fuerza. Este round lo ganó Chávez. Sin embargo, no nos dejemos embaucar y creer que el retorno de Chávez se debió al apoyo popular. Se debió al apoyo de militares, igual que su «renuncia» se debió a los militares. El resto de los venezolanos sólo fueron parte de la comparsa y carne de cañón.

Siguiendo con los mismos principios que he planteado, tenemos que reconocer que las reglas del juego democrático nos exigen que abramos un compás de espera para esperar sus actuaciones. No se puede juzgar a nadie por lo que NO ha hecho, y por tanto, debemos esperar.

Como lo ha demostrado hasta ahora, la cabra tira pa’l monte, y ésa es la esperanza que debemos mantener viva. Lo que sí debemos hacer es estar alertas, pues Chávez demostró que es capaz de cualquier cosa. Hora triste, la de Venezuela. Pero ahora es cuando soy optimista. Chávez no podrá contra la masa que acudió a Miraflores a pedir su renuncia. Es sólo cuestión de tiempo. Esperemos que no se pierdan más vidas, pero la batalla tiene que continuar.

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