Opinión Nacional

La marcha que no hemos convocado

Ya está bueno de marchas de chavistas y antichavistas. A ver si organizamos una que vaya por el medio, que le diga no a los militares que quieren tutelarnos, que está bien, que muchas gracias, pero no necesitamos de sus servicios en nuestros asuntos cívicos, salvo que se metan en sus cuarteles y cumplan con sus funciones constitucionales. Una, que conjure golpes o “cuasigolpes” y decretos milagrosos, que le diga a los medios de comunicación que eviten caer en la tentación de convertirse en la comunicación de los medios. Que le diga a los magistrados del Tribunal Supremo que dejen de defender tanto al “proceso” y defiendan nuestra Constitución, nuestra legalidad. Que le manifieste su rechazo a los carmeños que nos insultan desde el Parlamento y proponga una escuela para educar a todos los diputados y diputadas, a quienes se enternecen con Chávez y a quienes son capaces de reírse con aquella sorna de gorila: “Si yo hago una planificación (de un golpe) usted no estuviese sentado en ese puesto señor diputado (Tarek) con todo respeto” (paréntesis nuestros). Y por cierto, que Tarek deje de estar recitando sus “poetrías”, e invite al Parlamento a Ramón Palomares si es que quieren escuchar poesía. En fin, una marcha que le proponga a los venezolanos un pare y reflexione, un atrevámonos a pensar a Venezuela…

Es difícil marchar por el medio, pues a veces provoca sugerir el “autosuicidio” del diputado Maduro y la clausura de algún periódico, pero quién dijo que ser racional y razonable es fácil. Quién dijo que gobernar con eficacia es fácil, lo fácil es desparecer 80 mil millones de dólares y hundir más al país, y no tener la vergüenza ni si quiera de pedirle perdón a un pueblo y someterse a los tribunales penales.

Pero también es fácil banazalizar, como se está haciendo, la violencia, la guerra civil, como medios de lucha política. Hechos que deberíamos, si pudiéramos, decretar como tabú: chito, que de esas cosas no se hablan, sino en voz baja y para conjurarlas para siempre.

¡Vaya insensibilidad de quienes pretenden erigirse como líderes políticos en Venezuela! Hablan de la guerra civil como una opción válida para sacar a Chávez. La guerra civil no es válida para nada. Y mejor lo grito: ¡La guerra civil está prohibida en Venezuela!

Señor Presidente no me diga que si la revolución fracasa iremos a una guerra civil, primero porque usted no está haciendo ninguna revolución, y si alguna vez tuvo la idea de revolucionar algo, ya esa revolución fracasó. Si alguna revolución usted está logrando, es satanizar los deseos de cambios en Venezuela, las ganas de luchar para superar la pobreza y convertir en guiñapos lo bolivariano que hay en el imaginario popular.

Señores de la oposición no me digan que si Chávez no se va, viene la guerra civil. Tal como están las cosas, si Chávez se va crearía un problema peor, pues no veo por ningún lado un programa de gobierno decente, un grupo decididamente organizado para llegar al poder y demostrar que se puede hacer un tremendo gobierno en Venezuela. ¿Por qué mejor no nos organizamos, estudiamos en profundidad nuestros problemas y le presentamos al país el gran programa de gobierno que tanto necesita tener el pueblo venezolano? Total, tenemos tiempo: con enmienda o con referendo revocatorio, tardaríamos más de un año para la liza presidencial.

Pero mientras tanto, sugiero dos pancartas para encabezar la marcha por el medio: “Sacar a Chávez: sólo con votos” y “Prohibida la guerra civil en Venezuela!

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