Opinión Nacional

La Navidad que aproxima

La Navidad es tiempo de proximidad de agradecimiento y acercamiento. Con ella, arriba renovada  la esperanza siempre viva del nacimiento del Creador entre los hombres. Es el momento fértil para los buenos deseos, el instante para compartir y para disfrutar con los seres queridos, con nuestros más allegados, con aquellos con los cuales compartimos todo un año de esfuerzos y actividad creadora.Tambien es tiempo de reflexionar sobre la nación en que vivimos, sobre el planeta que compartimos y pedir de corazón con mucha fe que los problemas que confrontamos se resuelvan .Que el interés de uno sea el interés de todos, que ya nadie hable de guerra y destrucción, sino que hablemos todos de paz y prosperidad, que la guerra no es el negocio de la alegría, sino de la muerte, la violencia y la irracionalidad suicida de la humanidad sin conciencia.

       La Navidad es justamente lo contrario de eso .Es armonía, fraternidad, amor compartido y buenos deseos brindados por doquier.

       En Navidad se deja atrás el ocaso y se asume con fortaleza el renacer. Las ofensas se quedan en el camino, deben morir para que renazca la esperanza, la venganza no tiene lugar, porque el niño que viene no viene a juzgar ni a condenar, viene a perdonar, a unir, a confraternizar las diferencias  y fortalecer el vínculo de la amistad

      .El nacimiento del Hijo de Dios es  una gran oportunidad para el cambio personal, sin culpas y sin complejos, sin revanchas de pasiones encontradas.La mirada al pesebre de la Tierra es también la contemplación bendita del espacio  humilde despojado de vanidad donde ora la familia, donde irradia  su calor el amor al prójimo, al próximo, al que se encuentra al lado nuestro sin que le cuestionemos creencia, religión, ideología, género o color de piel.

      La Navidad es un tiempo apropiado para el encuentro con el ocaso del pasado y el nacimiento del futuro. Un ciclo vital se cierra y otro se abre. Nuestra embarcación estelar se dispone a iniciar una vuelta más del circuito anual donde corremos en medio de nuestras urgencias y avatares.Pero un momento antes de iniciar de nuevo el recorrido, nos invita a que admiremos el advenimiento de una vida que no ha dejado de nacer en el corazón que se disponga a recibir la buena nueva.   Que aprendamos a respetarnos más.Que aprendamos que la gloria  y el reconocimiento son efímeros. Que nos vale más ser útiles y no importantes.Que debemos brindar conocimientos  y apoyo solidario para el que los busca. Que podemos colocarlos al alcance del que los necesita. Que podemos siempre mantener un diálogo constructivo sin descalificaciones, mantener la comunicación  sin imponer ni subyugar.Brindar amor y afecto, cariño y estima, obsequiar buenos deseos y voluntad para construir .Pensar que en nuestro pesebre, tambien esté el niño de la calle, excluido hoy como estuvo el niño de Belén en el pasado. Pero, que al igual que el niño de Belén, merece unos padres amorosos que velen por él y le brinden el cariño, el afecto, la palabra y acción  necesarias para desarrollar un proyecto de vida.

       La Navidad es el momento propicio para el encuentro  de la mejor espiritualidad.Para renovar votos y para comenzar otros nuevos. Para agradecer a la Divina Providencia lo que nos ha dado y lo que nos dará en base a nuestra fe, constancia, estudio, trabajo, dedicación y esfuerzo. Agradecer antes de recibir, es el mejor consejo de pensamiento positivo que podemos dar. Porque quien agradece antes de recibir, prepara su mente para la incidencia deseada, estando más cerca de obtener lo que procura que aquél que lo niega de antemano. De hecho, el propio ejercicio de creación  del arquitecto del Universo, es un profundo acto de fe divina en el ser humano.

          Estas fechas navideñas son propicias para las buenas nuevas. Y en particular reconforta en lo íntimo de nuestra humanidad, encontrarnos con personas tan queridas que su sola presencia ya encarna un aplauso del alma cuando el espíritu de la fraternidad nos enlaza con el quehacer bienhechor de un artífice de iniciativas laudables. Esas experiencias con seres humanos excepcionales, no solo por su talento y espiritualidad, sino por su don de gente, son ocasiones que se celebran y recuerdan con especial reminiscencia, en particular porque son capaces de transformar la cotidianidad en un suceso de vida. Ud. seguramente recordará, amigo lector,  particularmente en Navidad,  a esos amigos especiales   de los que se tienen uno por vez, capaces de reconfortarnos  con la celebración del espíritu cuando lo recibimos en nuestros hogares.  Una suerte de calidez afectiva embriaga de buenos deseos nuestro corazón, como si una luz  de maravillosa  brillantez poblara el espacio cuando salimos a su encuentro. Son los seres de buena voluntad, portadores de un mensaje de amistad sincera y desbordante, militante y entusiasta, verdaderos promotores de la alegría  y de la renovación del bienestar.

     Paz en la Tierra a los hombres de buena voluntad, es el mensaje  navideño que debemos difundir en todos esos hogares donde permitan a nuestros corazones posar su visión de afectos y esperanzas. Pedir en especial por la mejoría de los enfermos, de los que padecen y brindarles una sonrisa de sincero acompañamiento, que es el bálsamo que todos tenemos por la gracia concedida por el Dios en quien creemos. Pedir por la paz interior del anciano, por el florecimiento de su sabiduría, por su salud, bienestar y confort rodeado de la simiente que crece a su alrededor festejando todos sus días.

     Paz y alegría para los niños, que representan lo mas amado y querido, la luz que ilumina con su candor y travesura el tiempo que se nos llena con sus anécdotas y aventuras, y que recordamos como ayer, aún cuando nuestros niños ya hayan crecido y nos brinden los propios haciéndolos tambien nuestros. Paz, armonía y felicidad para nuestros amigos editores, jefes de prensa y de información, así como todo el equipo de trabajo que hace posible que nuestras notas lleguen con espléndida ilustración y magnífica diagramación en Venezuela Analítica.

    Paz para su hogar, estimado lector y para la familia de este portal que ha contado con su dilecta lectura durante todo el año, recogiendo tambien vicisitudes en el cotidiano trajinar, pero siempre con la convicción de acompañarlo haciendo guardia  ante las noticias y los sucesos, encontrando  la palabra amiga para plenarlo de información,  cultura, ciencia y entretenimiento, conjugados todos en un gran abrazo en el cual se funden  con Ud. directivos, periodistas, fotógrafos, columnistas , personal administrativo y obrero, cuyo trabajo  conjunto permite que Venezuela Analítica llegue a sus hogares y oficinas con las luces encendidas del afecto en cada edición que ha hecho suya. ¡Feliz Navidad, que se multiplique la prosperidad en su hogar y la disfrute en medio de la unión familiar plena de bienestar!

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