La oposición no existe
Cada día que pasa se nota que los venezolanos no saben hacer oposición. Confunden oposición con criticar todo lo que haga el gobierno. Creen además que hacer oposición es darle rienda suelta al egocentrismo. Por eso vemos el patético espectáculo de aquellos que se auto califican como la oposición al presidente (%=Link(«http://analitica.com/bitblioteca/hchavez/»,»Hugo Chávez»)%), disputándose entre si las migajas del voto popular para decidir quien tiene más méritos para ser el líder que se enfrentará al Comandante en las próximas mega elecciones del mes de mayo.
Esa oposición así concebida va a hacer un gran ridículo y va a recibir su quinta derrota consecutiva. Al ritmo que va Chávez le va a pintar nueve arepas. La oposición es necesaria, pero una oposición inteligente que sepa dialogar con el gobierno, que no crea que demonizando a Chávez va a lograr su identidad y mucho menos su éxito.
Chávez es una realidad ineludible en Venezuela, no sé si estudio el (%=Link(«/bitblioteca/lvallenilla/gendarme.asp»,»gendarme necesario de Laureano Vallenilla Lanz»)%), pero si no lo ha hecho debiera. Para sacar adelante a este país se requiere mano firme, no aceptar compromisos con aquellos que desean perpetuar sus privilegios en desmedro de un pueblo cada vez más alienado y desamparado.
La democracia es un hermoso concepto pero para llegar a ella es necesario alimentar y educar al pueblo. Un pueblo ignorante no puede ser otra cosa que un instrumento de los auto proclamados dirigentes políticos que lo usaron para satisfacer su sed insaciable de poder y dinero. Con todo lo que pueda decirse de Chávez, este es más democrático- en el buen sentido de la palabra- que los dirigentes del puntofijismo. Porque su preocupación fundamental es como mejorar las condiciones de vida de los desheredados, abriéndole a estos oportunidades que nunca tuvieron,
Es obvio, que en ese camino hacia la verdadera democracia, se cometerán errores, pero es de sabios rectificar y no cometerlos dos veces. Es allí donde se requiere una nueva oposición que le diga patrióticamente y de buena fe al gobierno donde y por qué erró. Un buen ejemplo de esa nueva manera de ser oposición es la actitud de Hermann Escarrá quien, al considerar que la Constituyente y el Presidente se equivocaron al quererle cambiar el nombre a Venezuela y haber restringido en demasía la representación de los estados en la Asamblea Nacional, propone someter al soberano, convocándolo a un nuevo referéndum, unas enmiendas a la recién aprobada Constitución.
En cierta medida y dentro del espíritu de la revolución es aceptable la oposición de William Izarra y la más matizada de Arias Cárdenas. Esa forma de hacer oposición es legítima ya que no está basada en la mera ambición personal , sino en el verdadero deseo de construir una Venezuela más libre y más justa en la que la participación ciudadana no sea un recurso retórico.
La vieja oposición afortunadamente no cala más. Los adecos cómo dice el diario El Nacional del domingo se convirtieron de partido del pueblo en una agencia inmobiliaria, por eso escogieron a Morales Bello para presidir esa nueva empresa encargada de liquidar los suntuosos locales que le servían de sede al partido en todo el país. Copei ni siquiera eso. Y la llamada sociedad civil ,un verdadero saco de gallos en el que todos compiten por obtener un liderazgo que no reposa en la voluntad de la mayoría.
Chávez logró el cambio político en Venezuela derrotando a las cúpulas corruptas del pasado, ahora quien sabe le tocará crear la oposición a si mismo para deslastrarse de tanta sanguijuela que se le ha adherido, haciéndose pasar por revolucionarios convencidos. Por eso al igual que Mao un día de estos inicia su revolución cultural.