La Patria soy yo
Este gobernante no conoce a Venezuela y esa falsa división ha servido para levantar barreras de odio que se complementan con aquello de una lucha del «Robin Hood» de los pobres, contra los ricos. Un país dividido de esa manera por los oficialistas está condenado al atraso.
La lucha está planteada después de 14 años de desgobierno entre democracia, libertad y justicia social, versus, autocracia militarista. Es evidente que una camarilla militar-civil se ha apoderado del país. En esos términos el 7 de octubre del presente año pasa a ser un momento de inflexión: se determinará cuál va a ser el rumbo que asumirá Venezuela.
Hay una propuesta de paz, constitucional democrática llena de tolerancia, de respeto hacia la opinión ajena, que busca la reconciliación de los venezolanos, poner cese a esa falsa división. Chávez declaró que el reconocerá la victoria de las fuerzas demócratas; pero al mismo tiempo nombra al frente del Comando Operacional y Ministro de la Defensa, a un general que ha llamado al desconocimiento de los resultados.
Alertas de Rocío San Miguel, Teodoro Petkoff, El Nacional, entre otros, sobre los peligros que eso encierra para un proceso normal, donde el Presidente no está dando ninguna gracia, al decir que reconoce la voluntad popular. Todos los signos indican que existe la posibilidad de derrotar electoral, democrática y pacíficamente a esta autocracia militarista y que hay fuerzas suficiente basadas en la unidad de la mayoría del país y en los militares institucionalistas para hacer respetar esos resultados.
Pinochet era mas fuerte que Chávez en las fuerzas armadas chilenas y fue derrotado y obligado a reconocer su derrota y abrirle a Chile el camino de la democracia y de la paz. Los venezolanos, 14 años después de gobierno militar, volverán a derrotar a quienes detentan el poder, como ayer un 23 de enero de 1958, la acción mancomunada de la unidad y de los militares institucionalistas pusieron fin a una década de dictadura militar.
