Opinión Nacional

La policía política en Venezuela

Ken Follett en sus historias cerca de la II guerra mundial y la revolución rusa muestra que en Europa, los Estados y regímenes totalitarios sustentaron su poder gracias a la primacía de una policía política.

Afirma que ésta se originó en dichos Estados y al calor de esa revolución. La historia recién se repite:

Cuba sigue engulléndose a Venezuela a expensas de su policía política, gracias al beneplácito del difunto y a las promesas de un chofer. ¿Quién pone hoy en el horno de la duda que en la eficiencia de esa policía está una raíz de la permanencia de los Castro en el poder? – Allá, ha sido el logro máximo del comunismo. Hacia acá y durante este febrero venezolano es la orden a seguir.

Entonces sólo los Estados totalitarios y los gobiernos dictatoriales requieren y mantienen una policía política. Veamos tres hechos adosados y actualizados. Uno, esa policía no se dirige ni maneja mediante consultas, reuniones, investigaciones, discusiones, negociaciones, acuerdos, pactos, intercambios, asambleas o diálogos. Este febrero no es para esas florituras o linduras (trasmite el cable submarino de La Habana a Caracas). En cambio, aquéllas son vías para mantener la vida ciudadana de los Estados democráticos, vías que dan vida, vida que gravita en torno a la LIBERTAD. Claro está, sólo puede imperar una de las dos: la libertad democrática o una policía política. Que en realidad son dos, la cubana y la venezolana. Una más entrenada, codiciosa y cruel; la otra, anda en eso… Invito a cualquier intelectual izquierdoso a discutir ideas y pruebas acerca del trágico despliegue de ambas fuerzas en este febrero venezolano. Porque desde aquí y en veintidós ciudades de Venezuela en estos días corren por el mundo, fotos, testimonios y mensajes que demuestran la atroz y feroz intervención de la policía política, la locura, impunidad e irracionalidad con que actúan los organismos del Estado y la violencia desatada contra los individuos y la sociedad civil.

Dos, la policía política tiene por única y diaria tarea, controlar, perseguir y reprimir a los ciudadanos. O cambiando el acento, lograr dos pájaros de un tiro: la supremacía del Estado y la supresión del ciudadano libre. Basta seguir el blog de Joani Sánchez cuando describe día a día detalles desde La Habana. Se tiene que tener un alma y un espíritu muy libres para poder sortear tanta persecución y represión.

En esta orilla, la policía política nucleada en Caracas está poniendo a prueba el aprendizaje, desde las salas de batalla social, adquirido al cruzar el mar de la felicidad años atrás. Y he aquí lo novedoso: esa policía se reviste con varios uniformes, ropajes, máscaras, capuchas y anda en motocicletas. Así, camuflada e infiltrada se enfrenta a la masa de estudiantes y ciudadanos para llevarlos a niveles no vitales…

Mientras aquéllos no cejarán en su empeño por recuperar la libertad y la justicia en Venezuela.

Además es una policía política variopinta que representa, armada hasta los dientes y fauces, el agonizante esfuerzo del Caribe comunista. Esa policía política, es evidente para muchos, está compuesta por colectivos armados, G2 cubanos, francotiradores, hampones armados, agentes de inteligencia, paramilitares, policías, milicias bolivarianas o chavistas, agentes uniformados, delincuentes motorizados, guerrilleros, guardias pretorianas, uniformados tarifados, ex presidiarios armados, brigadas y raleas de choque. Este es el mayor, el mejor logro de la revolución en razón al sometimiento y conjunción de todos los poderes públicos bajo el puño populista y la bota militar durante quince años.

Tercer hecho, suprimidas gradualmente, es decir, después de cada elección, todas las vías democráticas de expresión, ambas policías políticas, la cubana y la venezolana, se encumbran a nivel internacional y se empoderan a nivel local, respectivamente, bajo la égida del partido comunista aunque esta vez sin el finado. Es la suprema conjunción y la más amplia desfiguración política: estado, gobierno, partido.

Todo bajo un único principio: mandar, obedeciendo. No hay comunismo ni dictadura sin policía política. Estimo que los Castros en mucho se han mantenido en el poder gracias a una eficiente y feroz policía política. Pero sigamos examinando los días del chofer en Miraflores.

Sólo han pasado dos meses desde las últimas elecciones cuando los jóvenes y universitarios desde el 12 febrero salen a la calle y se enfrentan a la policía política; en seguida la protesta involucraba a otras masas ciudadanas. En estos días en que Venezuela vive una inmensa y gravísima tragedia, además del armamento sofisticado ¿cuál es la otra ventaja de la policía política al ocupar las calles? – Esa delantera está vinculada a la verticalidad de su manejo y control ejercido desde la cúspide del poder que incluye al ejecutivo, ministros, diputados, jueces, fiscales, generales y pranes.

Hecho social señero, estudio de caso singular ¿se trata de una policía política con tonos y visos criminales?

Se trata de un hecho sin precedentes respecto a los marcos políticos de la civilidad universal?

La juntura de esos factores y esas dinámicas sociales es única en la historia reciente de América Latina.

Por ello es un problema político muy complejo. Son numerosos los periodistas y voceros extranjeros que llegan aquí y quedan desconcertados; con mirada cuasi inocente echan un vistazo a la realidad nacional. Así como son tibias y tímidas las frases que sueltan ciertos representantes de países y agencias internacionales. Sostengo que conviene profundizar la reflexión (no teorizar) en torno a esa singular y oscura fuerza, a esas dos palabras policía política. Así muchos podrán discernir mejor y acaso mantener en pie sus principios, aquellos relativos a los derechos humanos universales.

Conviene también reconsiderar si el control político de Venezuela, engrasado con el oro negro, será el bocado más apetitoso en el Caribe. ¿Logrará Cuba engullir los otros dos bocados que viene cocinando, mientras se sigue amamantando de Venezuela? – Para nadie es un secreto que sube y baja el fuego en sus ollas: la apertura hacia USA y los tratados con la Unión Europea. Urge también seguir a ambas regiones por si emiten a tiempo alguna voz sobre los derechos humanos en Venezuela.

Porque en estos días en Venezuela hay dos fuerzas enfrentadas: las masas ciudadanas de la sociedad civil vs la policía política del Estado. A éste, los jóvenes en muchas ciudades del país le arrancaron de cuajo la máscara mostrando al mundo cuan totalitario y terrorista es. La lucha en la calle se encendió y va a persistir pese a los daños, lágrimas y dolores de cada amanecer. Somos mayoría quienes defendemos la libertad y la justicia. Luce mucho más limitada la capacidad del chofer para levantar manifestaciones y aplausos pues eso supone carretear gente en camiones y buses de una ciudad a otra y eso da crédito sólo en épocas electorales. En conclusión, su fuerza proviene más de la policía política que de las fuerzas militares (institucionales).

La lucha de las masas ciudadanas hoy en Venezuela por recuperar el ejercicio pleno de la libertad y la propiedad, por comprar alimentos y medicinas, por lograr la salud, la educación, la seguridad e integridad física de nuestros hijos y nietos y por recuperar todos los derechos humanos, todo, todo forma parte de aquella riqueza y cultura que antaño tuvimos y que hogaño nos arrebataron al canjear soberanía por ideología, trocar petróleo por espejitos.

 

18 febrero, 2014

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