La pregunta
Desde muy joven descubrí que las preguntas no poseen fin y mas cuando uno busca muchas respuestas; también es, que mucha gente viven sin preguntas, tan sólo van por la vida como un velero azotado por el viento, encallando en los arenales o desintegrándose sobre sus propios peñascos; otros naufragan a la mitad de la travesía; un pequeño grupo con mas suerte zozobran a la orilla del fin de sus propios viajes; pero la gran mayoría se hunden sin aun haber partido, sin sentir la brisa de libertad, sin luchar por la satisfacción de aprender a tomar el timón de su destino y mirar las estrellas que le indican el mejor rumbo.
Desde muy joven aprendí que los sueños, solo sueños son; cuando uno no quiere soñar y sueña, me enseño a correr quedando inmóvil y me quedaba inmóvil corriendo con lo único que no me pueden quitar, ni ayer, ni hoy los políticos de la cuarta, de la quinta, o la que venga, ya que los sueños suelen ser mas que sueños, son el verdadero ejercicio de la libertad y el instrumento que guía la brújula de nuestro destino.
A mis sueños hoy los perturban las mismas preguntas de mi juventud, por la misma actitud de nuestros dirigentes al pensar que la capacidad de nuestra nación en flotar sociocultural y hasta económicamente, estriba en la agilidad que debemos tener los venezolanos en hundirnos.
Las preguntas son ¿Cuál es el límite entre la solidaridad con una tercera nación y el entreguismo a esta? ¿Cuál será la diferencia entre la colonización neoliberal y la neocolonización ideológica? Estoy convencido que ningún presidente de Venezuela llega con malas intenciones al poder, pero a la vez, no hay uno que no haya tenido que ceder desde territorio o intereses estratégicos a los llamados países hermanos a cambio de nada.
Esta maldición que a veces párese estructural o especifica que genera nuestra ineficiencia desde que creíamos que éramos una mediocre Capitanía General, cuyo primer padre de la patria se llamaba Carlos III y que lo olvidamos, igual que al Bolívar de Santa Marta con su cuerpo de edecanes, su ejercito y un barco lleno de enseres personales; o a la generación del 28 que lucho para tomar el poder pero a la larga tan solo para ellos, castrando a los mejores talentos que ellos mismos engendraron.
La pregunta que suele perturbar mi sueño tiene una respuesta∑ y es todo lo que encierra ¡PATRIA!