La realidad
Viendo, escuchando y sintiendo nuestra realidad política, social, cultural y económica, me pregunto: ¿Cuál es la verdadera realidad que hace confundir a un hombre la palabra pene, por peces?
Y es que la realidad, algunos la entienden como aquello que existe de por si e independiente del individuo. De ahí que las estructuras del sujeto, que le permiten conocerla son dos: sus sentidos y los juicios de la razón, juicios que son siempre a priori.
¿Cuales serian la naturaleza, estructura, componentes y principios fundamentales de la realidad? De esa realidad que a la vez incide en el ser en cuanto a él, sus atributos y sus causas.
¿Cuales serian esos fundamentos de la estructura de la realidad, el sentido y finalidad última de todos los seres humanos? Ya que la realidad se sustenta en el llamado principio de no contradicción, razonamiento que establece la imposibilidad de que algo sea y no sea al mismo tiempo.
Muchos piensan que el estudio de la realidad como causa última, es Dios. Pero si fuera así, tendríamos que dejar la realidad a la filosofía teología y todo lo cierto, y sus ideas serian del mundo inteligible
Pero si la realidad parte de cerebro, entonces toda la realidad estaría en el cerebro del humano y este no es sólo el órgano instalado dentro del cráneo, sino que alcanza a la mente como un subproducto del cerebro y al medio ambiente como un producto de la mente.
Nuestro cerebro no solo está dentro del cráneo, sino que se encuentra delimitado por lo que han llamado horizontes y parece que el horizonte interno, es decir lo propiamente biológico opera más como frontera de lo posible que como causa principal o inicial de la patología mental o del hecho psicológico. De ahí ¿Qué tipo de cerebro puede confundir penes por peces?, ¿Qué hay en un cerebro que mezcla y pone genero donde no hay genero, donde la espacialidad no existe y donde los héroes suelen ser gusanos?.
Sabemos que nuestro cerebro está para adaptarse al entorno en el que vivimos y en ese nivel de definición que llamamos realidad sensible, y esta realidad sensible nos hacer actuar en una realidad esencialmente conservadora de nuestra propia vida y destino. Aunque muchos seres humanos sometidos a sufrimientos prolongados, confunden sus realidad como los judíos en la segunda guerra mundial, que creían que la cámara de gas eran simples duchas.