Opinión Nacional

La renuncia de Benedicto XVI

Pelé estuvo en cuatro mundiales de fútbol:

1958 en Suecia, 1962 en Chile, 1966 en Inglaterra, y 1970 en México.

En esos 4 mundiales, su equipo Brasil, ganó en tres de ellos: 1958, 1962 y 1970. Brasil fue el primer equipo en ser tricampeón mundial. Por eso, luego de ganarla en el mundial de México 70, Brasil se quedó para siempre con la primera copa mundial de fútbol, la Jules Rimet. Copa que fue robada en Londres, esto se hizo poco antes del campeonato mundial de 1966 y gracias un perro adiestrado fue encontrada antes de dicho mundial.

Luego del mundial de México 70, Pelé todavía estaba en excelentes condiciones físicas para jugar en lo que sería el mundial de fútbol de 1974 en Alemania. Pelé había sido uno de los héroes de México 70. 

Pues bien, al poco tiempo de dicho mundial, al igual que Benedicto XVI, de una manera muy sorpresiva, Pelé anuncia su retiro definitivo del fútbol. Como consecuencia, se formó una campaña en Brasil donde todos le pedían que fuera al venidero mundial de Alemania del para ese momento era el año 1974. Que se retirara luego del mundial Alemania 74.

Más que un clamor nacional en Brasil, era un ruego, una imploración del 100 % de los brasileros. En eso no hubo en Brasil ni una sola voz disonante.  Pero Pelé contestó de esta manera:   

«Prefiero retirarme ahora que todos me piden que me quede a tener que retirarme cuando todos me pidan que me vaya».                     

Y así lo hizo. Pelé no solo fue grande en la cancha sino también fuera de ella, por algo fue denominado “el Rey Pelé”  

Quisiéramos extrapolar el retiro del futbol de Pelé a la actual renuncia de Su Santidad Benedicto XVI y también a otros aspectos la vida del ser humano. Nótese que lo que hizo Pelé fue un retiro, que más tarde o más temprano por leyes de la naturaleza física, iba a tener que hacer, mientras que Su Santidad Benedicto XVI lo que hizo fue una renuncia libre y a conciencia a la que no estaba obligado, ya que el nombramiento  de los papas es de carácter vitalicio.

Entre el retiro de Pelé y la renuncia de Benedicto XVI obviamente que hay diferencias pero también hay semejanzas. De ambos casos se pueden extraer lecciones y aprendizajes muy positivos.

Pelé es el típico caso de la persona que se supo retirar a tiempo y con sabiduría. En muchas actividades de los seres humanos se dan verdaderas tragedias cuando se aferran a algo y no se retiran a tiempo. Hemos visto el caso de boxeadores que llegan a campeones mundiales y les va muy bien pero que no entienden cuando les llega la hora del retiro e insisten en seguir boxeando. Es muy lamentable como los noquean y los tristes papelones que hacen para que al final se tengan que retirar forzados por las circunstancias.

Lo mismo también puede pasar en el campo político, por ejemplo, los hermanos Fidel y Raúl Castro tienen 54 años detentando el más férreo, omnímodo e ilimitado poder en Cuba. Si de verdad amaran a su país, hace tiempo que hubieran dejado el poder y no habrían causado tanto sufrimiento y dolor como el que han causado. En Cuba no hay ninguna democracia, lo que hay es una dictadura que viola todo tipo de derechos humanos.

Algo parecido pasó con la familia Somoza en Nicaragua. Anastasio Somoza padre e hijo estuvieron 40 años en Nicaragua. Anastasio hijo heredó el poder de su padre y el no haber abandonado el poder a tiempo causó una guerra civil en Nicaragua.

La diferencia entre los hermanos Castro y lo que fue la dinastía de los  Somoza en Nicaragua es simplemente de semántica. A los Castro los consideran de “izquierda” y a los Somoza de “derecha”. Los extremos se tocan. No hay dictaduras malas y dictaduras buenas. Todas son malas. No puede haber una doble moral. Si los Somoza son malos, también lo son los Castro.

Igual pasó con Gadafi. No dejó el poder cuando debía dejarlo y en consecuencia, dejó una estela de sangre en su país, muriendo el mismo de una manera trágica.

Igual pasa con la dictadura de los Al-Assad en Siria.   Hafez Al-Assad gobernó a Siria desde el año 1971 hasta el 2000. Desde ese año hasta nuestros días gobierna su hijo Bashar Al-Assad. Al igual que los Somoza en Nicaragua, son más de 40 años los que actualmente tiene dictadura Siria.

Hoy en día hay una guerra civil en Siria, que de acuerdo a la ONU ya lleva más de 70 mil muertos y todo comenzó por una protesta pacífica hace 2 años por parte de ciudadanos pidiendo libertades, siendo la protesta salvaje y brutalmente reprimida por parte de Bashar Al-Assad. 

Los dictadores antes dichos tienden a no dejar el poder por estar aferrados al mismo.

Frente a esto hay dos posturas muy sabias y aleccionadoras para algunos países y gobernantes: la de México, que no tiene reelección. El presidente permanece 6 años en su cargo, luego de 6 años se va y no hay más nunca reelección. Y la de Los Estados Unidos de América, que tiene la enmienda número 22, que dice que el presidente de USA solo podrá ser reelecto por una sola vez.

Es decir, cuatro años de presidencia, y si se es reelecto, 4 años más, pero no más de ahí. Por eso, Bill Clinton solo pudo haber sido electo en dos elecciones (1992 y 1996) y George Bush Jr solo pudo haber sido electo en dos elecciones (2000-2004).

En  consecuencia,  Obama ya no más nunca podrá ser reelecto porque fue electo por primera vez en el año 2008 y fue reelecto el pasado año 2012. En USA habrá elecciones presidenciales en el año 2016, pero no podrá contar con una nueva candidatura de Obama porque la enmienda 22 se lo prohíbe.

Es muy cierto lo que dijera Simón Bolívar en el discurso ante el Congreso de Angostura, el día 15 de febrero de 1819:

“Nada es tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo en un mismo ciudadano el poder. El pueblo se acostumbra a obedecerle y él se acostumbra a mandarlo; de donde se originan la usurpación y la tiranía”.

Por otra parte, una de las tres tentaciones que le puso el diablo a Nuestro Señor Jesucristo fue la del poder.

El poder en el sentido cristiano es un servicio. Es decir, el poder es para servir y no para servirse.

Jesucristo lo dijo:

“No he venido a ser servido sino a servir” (Mateo, 20,28).

También al lavarle los pies a los pies a los apóstoles, Jesucristo nos enseñó cómo se debe ejercer el poder, sea este civil o moral como el del Papa, pero poder al fin y al cabo:

“Cuando acabó de lavarles los pies, tomó el manto, se lo puso otra vez y les dijo:

-«¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis «el Maestro» y «el Señor», y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Maestro y el Señor, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros; os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis» (Juan 13, 12-15)

Por otra parte, en el año 1970, el Dr Rafael Caldera era presidente de Venezuela. Estamos hablando de su primer gobierno. En Junio de 1970 fue de visita oficial a Washington. El presidente de los Estados Unidos de América para ese momento era Richard Nixon. El ex presidente Caldera dio un discurso en la OEA y otro en el Congreso de los Estados Unidos. En ambos casos dijo que el hecho de tener más poder no implica mayores derechos sino mayores deberes y responsabilidades.   

Y este es el concepto de poder que tiene Benedicto XVI, tanto en el sentido que es un servicio como también que implica mayores responsabilidades. La institución eclesiástica del Papado es un servicio, es para servir al pueblo de Dios, no para servirse a sí mismo.

La Santa Sede define el poder del Papa de esta manera:

“El Obispo de Roma también es conocido como el Siervo de los Siervos de Dios, puesto que, en imitación de Cristo, es llamado a servir al Pueblo de Dios. Como padre espiritual de todos los cristianos, es igualmente Papa o papá, y Santo Padre y Santidad, no porque él sea santo sino porque las cosas de Cristo que administra son santas”.

Otro de los titulo del Papa es el de sucesor de Pedro. El poder de Pedro y de los sucesores de Pedro viene dado del mismo Jesucristo:

“Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Infierno no prevalecerán contra ella. A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos” (Mateo 16, 18-20).

Nótese que Jesucristo no le puso límite de tiempo a su magisterio. Más bien en otro momento le profetizó su muerte pero dicha muerte iba a ser siendo Papa:

“De cierto, de cierto te digo: cuando eras más joven, te ceñías, e ibas a donde querías; mas cuando ya seas viejo, extenderás tus manos, y te ceñirá otro, y te llevará a donde no quieras. 
Esto dijo, dando a entender con qué muerte había de glorificar a Dios. Y dicho esto, añadió: Sígueme” (Juan 21, 18-19).

Por otra parte, el Padre Lombardi es el portavoz oficial de Benedicto XVI. El Padre Lombardi dijo que la renuncia del Papa es un acto que forma parte de su libertad pero para que se dé tiene que ser un acto libre y tiene que ser expresado públicamente. Una vez que se da esto, la renuncia no tiene por qué ser aceptada por nadie.

El mismo Benedicto XVI reconoció que había sido un acto libre:

“Por esta razón, y muy consciente de la gravedad de este acto, con plena libertad declaro que renuncio al ministerio de Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro, que me concedieron los cardenales el 19 de abril de 2005, de tal modo que a partir del 28 de febrero de 2013, a las 20:00 horas, la Sede de Roma, la Sede de San Pedro, estará vacante y se convocará un cónclave que elegirá al nuevo Pontífice Supremo”

 

Por lo tanto, Su Santidad Benedicto XVI decidió renunciar pero fue un acto libre, de cara a Dios, anteponiendo el bien de la Iglesia por encima de su bien personal. No estaba obligado a renunciar pero tampoco lo tenía prohibido.

 

La renuncia no fue por enfermedad mental tales como demencia senil,   alzhéimer o arteriosclerosis, o por alguna dolencia física. El Padre Lombardi aclaró que Su Santidad Benedicto XVI no está enfermo sino que renunció por lo que el mismo Benedicto XVI reconoció:

 

“Tras haber examinado repetidamente mi conciencia ante Dios, he llegado a la certeza de que mis fuerzas, dada mi avanzada edad, ya no se corresponden con las de un adecuado ejercicio del ministerio petrino. Soy consciente de que este ministerio, dada su naturaleza espiritual esencial, debe ser llevado a cabo no sólo con palabras y hechos, sino también con oración y sufrimiento. Sin embargo, en el mundo de hoy, sujeto a cambios tan rápidos y sacudido por cuestiones de profunda relevancia para la vida de la fe, de cara a gobernar la barca de San Pedro y difundir el Evangelio, son necesarias tanto la fortaleza de mente como la del cuerpo, fuerza que en los últimos meses se ha deteriorado hasta tal punto en mi que he tenido que reconocer mi incapacidad para cumplir adecuadamente el ministerio que se me confió”

 

El Papa ya había asomado la posibilidad de la renuncia, fue en el libro entrevista que fue publicado en el año 2010. La entrevista se la hizo el periodista alemán Peter Seewald, el libro se llama “luz del mundo”.

 

En dicho libro Peter Seewald le pregunta a Benedicto XVI:

 

«Por lo tanto, ¿puede pensarse en una situación en la que usted considere apropiada la renuncia de un papa?«

 

A lo que Benedicto XVI responde:

 

 «Sí, si un papa llega a reconocer con claridad que física, psíquica y mentalmente no puede ya con el encargo de su oficio, tiene el derecho y, en ciertas circunstancias también el deber de renunciar«.

 

Por otra parte, el Padre Lombardi comentó que Benedicto XVI había  tomado la decisión de renunciar luego de su viaje a México y Cuba. El Papa pudo cumplir sus compromisos en ambos países con mucha prestancia, responsabilidad y certeza, como todo lo que él hace, pero luego de ese viaje quedó físicamente agotado.

Últimamente hemos visto por la televisión que Benedicto XVI casi no puede caminar, que sostiene el báculo con suma dificultad, etc. Este año toca la jornada mundial de la juventud en Río de Janeiro, del 23 al 28 de julio. Benedicto XVI, físicamente hablando no iba a poder, no iba a aguantar el trote de los jóvenes de todo el mundo que van a asistir pero ya será con otro Papa. Fue realmente un acto de honestidad de Benedicto XVI el haber renunciado.

Seguramente el amigo lector se preguntará cómo queda el beato Juan Pablo II, quien decidió no renunciar, a pesar de haber estado muy enfermo los últimos años de su vida.

Lo primero que diremos es que como dijo el Padre Lombardi, la renuncia de un Papa es un acto de libertad del Sumo Pontífice. Es decir, en el ejercicio de su libertad, el beato Juan Pablo II decidió no renunciar, lo cual es una opción válida, pero también es otra opción válida la decisión de Benedicto XVI de renunciar.

Sin embargo, hay un hecho que narró por Globovision el experto vaticanista José Visconti:

En octubre de 1978, Karol Wojtyla es electo Papa, quien como sabemos tomó el nombre de Juan Pablo II. Como dato anecdótico diremos que antes de entrar al Cónclave le declaró a los periodistas:

“Es muy temprano para elegir a un Papa polaco”

Todas las apuestas y quinielas se cayeron. Dios siempre sabe más.

El primer ministro polaco era Wojciech Jaruzelski. Era un gobierno pro soviético, todavía existía “la guerra fría”.

En 1979, Juan Pablo II planea un viaje a su Polonia natal. Jaruzelski tenía una papa caliente. Dicha visita no era cómoda para el gobierno polaco, porque por un lado estaban los rusos que no veían con simpatía a Juan Pablo II como Papa pero por otra parte estaban los paisanos y compatriotas de Karol Wojtyla que añoraban verlo como Juan Pablo II.

En medio de aquella tensión apareció una fórmula que salvó el viaje antes dicho. Dios siempre abre caminos. El gobierno polaco  recibiría a Juan Pablo II como jefe de estado de El Vaticano. Y así fue.

Por otra parte, aumentaron las tensiones entre el movimiento Solidaridad que liderizaba Lech Walesa. Además, en 1980, Rusia invade Afganistán y amenaza con también invadir Polonia.

Pues bien, Juan Pablo II, a través del nuncio, le hace llegar una carta personal a Jaruzelski donde le advierte que si Rusia invadía Polonia, Juan Pablo II renunciaría al papado y se iría inmediatamente a Polonia a estar al lado de sus compatriotas.

Muchos historiadores opinan que eso fue lo que abortó la invasión Rusa a Polonia y además, muchos historiadores también señalan que eso enfureció tanto al Kremlin que la KGB inventó la llamada “Conexión Búlgara” que fue el atentado que hiciera al beato Juan Pablo II, el pistolero turco Ali Ağca, en la plaza San Pedro, el día 13 de mayo de 1981, día de la festividad litúrgica de la Virgen de Fátima

Por cierto, que dicho atentado fue parte del llamado “tercer secreto” de  Fátima. Juan Pablo II atribuyó su milagrosa salvación a que la Virgen María frenó la bala asesina y como agradecimiento mandó a incrustar dicha bala en la corona de la imagen de la advocación de la Virgen de Fátima que se encuentra en dicha ciudad.

Bien dijo el Libertador:

 “Los Sucesores de San Pedro siempre han sido nuestros Padres”. 

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