Opinión Nacional

La ruptura

En el país que no existe. “Esto no tiene salida”, así me saluda un vecino. El apoyaba “el proceso”, mas no el comunismo tipo cubano, ni la entrega del país a cuba, ni el militarismo. Esperaba mucho. La realidad lo zarandeo, sobre todo la escasez de lo vital y el robo descarado y la impunidad y la inseguridad. “Y, peor”, continua. “La situación ira de mal en peor, de seguir así no hay porvenir”. “Este gobierno fracasó, hay que cambiarlo”. “Hay que eliminar la reelección”. Aceleró el paso y se alejo. No dio chance al intercambio.

¿De repente tomo conciencia? ¿Qué hará para cambiar el gobierno? ¿Tal vez tanto los de la resistencia, oposición y los rojos rojitos desengañados, sienten ahora, aprecian una especie de vacío interior y se muevan? ¿Comparten algo?

¿Quienes fanáticamente se aferran al voto y desean que todos lo hagan como única vía de cambio, al votar no están, igualmente, protestando contra el voto controlado por la dictadura? ¿Para que les sirvió el voto a los rojos rojitos hace unos días? ¿Y en el futuro? A Honduras le funciono.

Parece que, por ahora, nada de esto, nada de la oferta que viene del gobierno, responde a las carencias y necesidades actuales. Gran silencio, quietud y sumisión por parte de los supuestos líderes, movimientos y actores de la sociedad. Y la población en la actitud natural: primero subsistir –incluso bajo el ala roja rojita-, luego lo demás, luchar. Tendrá, por fuerza mayor, que invertir sus prioridades una vez más. Mucho aguajero pretendiendo ser alternativa de poder, sin tener y mostrar con qué. Si, hay que tener y mostrar con qué.

Observamos como “los de la tercera edad”, en sus palabras, envían mensajes de gran contenido, superiores a la de los burócratas del gobierno y algunos supuestos aspirantes y/o dirigentes oposicionistas actuales. Quedan en el aire.

Las protestas generalizadas, por todo el país que no existe, deberían golpear las conciencias de todos los habitantes y, en especial, de la gente en el gobierno. Es la protesta por las promesas no cumplidas. Es la protesta contra el gobierno, no contra el estado. Es la falta de eficiencia, es la falta de objetividad, es la falta de compromiso. Es el reclamo a la dignidad humana.

Las protestas han sido metódicamente calladas, inconstitucional e ilegalmente reprimidas y para eso se han prestado los altos mandas de las FA, los jueces y tribunales y fuerza pública y la inmovilidad y el silencio cómplice de otros sectores de la sociedad. Pero, a su pesar, el país sigue en protestas. Sus habitantes, sus ciudadanos, sus barrios, si sienten lo que pasa y ya no van a parar.

Entre quienes protestan se encuentran todo tipo de personas y de estratos, todos los colores incluyendo a los rojos rojitos, los unifica ahora su rechazo al presente gobierno y llama la atención el hecho de que hace unos meses atrás decían, los mismos, que apoyaban al gobierno. Y eso es la ruptura con la imposición a la fuerza bruta. La ruptura con el engaño y el cinismo. La ruptura con la permisibilidad para el hampa. La ruptura con la fuerza publica. La ruptura con lo rojo rojito. La ruptura con el “comandante y su gente y sus cubanos”.

Los asaltantes y matones y etc., permisados por el gobierno, ya no recogen velas. Ya no le hacen caso al gobierno, actúan de acuerdo a sus propios intereses. Están, por sus recientes actuaciones, formando sus propias organizaciones criminales. En la Guaira están ofertando dinero efectivo, las propias autoridades a sus policías, por sus capturas. Imagínense hasta donde hemos llegado a ese reconocimiento público de incapacidad y complicidad.

Este gobierno quiso acabar con la política, los políticos, principalmente de la resistencia y de la oposición, para instaurar su política y sus políticos: entregarle el país a los cubanos y a la barbarie. Casi lo logra. Afortunadamente este ciudadano, este pueblo, esta sociedad no esta ciega y se ha dado cuenta de todo lo que hay de político en ese empeño de negar y acabar con la política.

Este gobierno no tiene soluciones para la presente situación. Por varias razones:

  1. Porque todo ese enjambre de instituciones, organizaciones, etc., que ha decretado y pretendido “imponer” no tienen consistencia, no tienen raíces idiosincrásicas y atenta contra la propiedad y el ser humano;
  2. Porque “sus pocos seguidores” no tienen en común ni la comunicación, ni la experiencia, ni los medios, ni la idoneidad, ni la finalidad, ni el lenguaje, solo el pillaje y el totalitarismo primitivo;
  3. Porque no tienen en cuenta la historia. Para que ocurriera la revolución francesa la precedió la ilustración medio siglo antes. Y un siglo después para establecer, a medias, el estado de bienestar. ¿Este “mesiánico” pretende hacer una revolución sin teoría ni tesis, ni nada, a sangre y fuego, en el tiempo que el decida y/o le ordenen desde Cuba? ¿Una ocurrencia? ¿Y hay quien le oiga, preste atención y lo siga?;
  4. Porque hay temas que ni siquiera contemplan: condiciones del continente, la vejez, la precariedad, la violencia sobre todo en los jóvenes, el hampa, la falta de educación y cultura. Quienes encontraron en la criminalidad la no humillación y rápidos beneficios con el menor esfuerzo en comparación con el trabajo duro y cotidiano no entregaran sus armas y la prisión no los regenerara;
  5. Porque ninguna dadiva desde el gobierno para acallar y/o comprar y/o controlar alguna protesta sienta bases para la paz y convivencia duradera, opera como efímero chantaje;
  6. Porque una nueva división político territorial no asegura al gobierno mayor control policial sobre la población y el territorio. Las carreteras y autopistas seguirán siendo deslindes que distancian a los pobladores. La gestión de las supuestas comunas, organismo extraño e impuesto a nuestra sociedad, seguirá siendo inoperante y los centros urbanos seguirán llevando mejor estilo de vida al ciudadano, al pueblo. Las policías, los ejércitos, las milicias, etc., se multiplicaran y serán beneficiarios, en buena parte, de la corrupción generalizada y de las cúpulas gubernamentales.

Todo lo anterior lo siente y presiente el ciudadano, el pueblo. El gobierno lo niega. Trae teóricos, escritores, literatos, psicólogos, sociólogos, etc., profesionales comunistas de todo tipo, según ellos, de todas partes del planeta, a cada momento, para tratar de darle respaldo a un pensamiento que esta enterrado por los hechos y la historia. No tiene futuro y no llega a una conclusión, a ninguna parte. Algunos de esos filotiránicos lo han dicho abiertamente. Otros, a la calladita, se gozan la estadía y el paseo y los dólares de regalo y regresan a “echar el cuento” con sorna y… a mandíbula batiente…

La población ya siente que esto acabara y los propios miembros del gobierno y del partido único también. Eso se percibe. “A Dios rogando y con el mazo dando”. “Cuando el río suena, piedras trae”. De no ser así la oposición tendrá que considerar recurrir a la clandestinidad y a otras formas de lucha para restablecer la libertad, la paz, la convivencia civilizada. Hasta aquí, por ahora.

¿Por qué las FA convalidan y participan con burócratas del gobierno, sin orden judicial, en las invasiones a unidades productoras, fincas, haciendas, predios, etc., y se hacen cómplices? ¿Cuándo le van a explicar eso al pueblo, al ciudadano, a los tribunales? ¿Quién sanciona a estos públicos infractores? ¿Están provocando una reacción armada para justificar lo injustificable?

“Aquel que no puede pensar es un tonto. El que no quiere es un intolerante. El que no se atreve es un esclavo”. Andrew Carnegie, 1835-1919.

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