Opinión Nacional

La sal es como un buen muchacho, que hemos convertido en malandro por los excesos

Las enfermedades Cardiovasculares siguen diezmando a la población mundial, las instituciones sanitarias internacionales siguen en alerta roja, han profundizado la lucha contra el tabaquismo, elaborado campañas importantes contra la obesidad, los científicos han desarrollado distintas vías para atacar a la Hipertensión Arterial como primera causa de muerte y principal factor de riesgo de las enfermedades cardiovasculares, de la cual forma parte, se le han colocados restricciones a las multinacionales de comidas rápidas; pero se sigue muriendo la gente de lo mismo, algo no estamos haciendo bien; a lo mejor no estamos utilizando las estrategias adecuadas y no estamos llegando al plano de concienciación de la población. Pero de algo si estoy convencido los señalamientos, las advertencias sobre el consumo exagerado de sal no han tenido el mismo tenor,  intensidad, ni profundidad que las otras campañas preventivas; han sido muy tímidas, incluso los médicos, la mayoría nos limitamos a decir solo un, debe bajar la ingesta de sal, pero no decimos como; creo, que entre otras cosas por allí vienen los tiros.

 

Muchos de los lectores se preguntarán; ¿pero es tan mala la sal?, ¿realmente es un veneno que no debemos consumir?. La sal es un nutriente esencial, que el cuerpo humano no puede fabricar, por lo cual es necesario su ingesta en los alimentos, y tiene funciones importantes en el organismo; el Cloruro de Sodio que es la composición química de la sal que comúnmente consumimos, regula el equilibrio acido base del cuerpo, mantiene la presión osmótica y el equilibrio de los líquidos, conserva la excitabilidad muscular y la permeabilidad de las células para que los nutriente puedan entrar en ella, pero el organismo necesita para eso cantidades muy pequeñas; muy inferior a lo que habitualmente ingerimos; en una dieta normal, lo máximo en una persona sana debería estar por el orden de los 2400 miligramos diarios, sin embargo excedemos en gran medida estos requerimientos, y la sal en exceso actúa como estimulante de las glándulas suprarrenales y favorece la hipertensión, la arterioesclerosis y la retención de agua de los tejidos grasos. También daña a los riñones y trastorna el equilibrio hormonal.

 

El hombre es el único animal vertebrado que le añade sal a sus alimentos, ingiriendo 10 a 35 veces más que lo que el organismo necesita, y es necesario que sepamos que esta ingesta de sal no solo proviene del salero; cerca del 80% del cloruro de sodio que consumimos diariamente proviene de nuestra dieta. La lista de los alimentos con elevado contenido de sodio es elevada, y entre ellos tenemos: lo quesos en sus distintas variantes, la margarina, la mantequilla, la mostaza, la salsa de soya, el jamón y otros embutidos, las aceitunas los pepinillos, todos los alimentos enlatados tanto dulces como salados, las conservas en general, los cubitos, las galletas, las sodas los refrescos y pare usted de contar, solo revise las etiquetas y se dará cuenta del contenido de sodio de lo que pretende comprar; y lo cual debe moderar;  es importante interiorizar que un alimento con alto contenido de sal , no necesariamente lo percibimos como salado.

 

Reducir la ingesta del consumo de sal es una necesidad de vida, muchos estudios lo han demostrado una investigación publicada en el 2010 en el prestigioso semanario New England Journal of Medicine, evidenció, que una reducción moderada en el consumo de sal podría asociarse con la reducción de la incidencia de afecciones cardiovasculares graves, como el infarto de miocardio y los accidentes cerebrovasculares;  Al reducir la ingesta  de la población general a solo 3 grs al día, los científicos han estimado por modelos computarizados de salud pública  que se podrían evitar más de 60.000 Casos de enfermedad coronaria y cerca de 66.000 episodios de enfermedad cerebro vascular solo en los Estados Unidos, lo cual potenciaría las otras estrategias preventivas como el dejar de fumar y una rutina de ejercicios.

 

PILDORAS DE TU MEDICO

  • Eliminar esta cultura de la ingesta excesiva de sal no es fácil, ya que no es solamente dejar de echarle sal a los alimentos, sino también conocer la composición de los que consumimos; sin embargo comience por quitar el salero de la mesa para eliminar el hábito del salado adicional. y disminuya la sal con que condimenta sus comidas
  • Consuma menos alimentos procesados y congelados; cuida el consumo de salsa inglesa, de soya, cubitos, sopas de sobres y otras salsas saborizantes.
  • No excedas el consumo de quesos, sobre todos los quesos blancos duros y las harinas preparadas para hacer pasteles y galletas.
  • No sustituyas la sal común por sal marina para reducir la ingesta de sodio; tienen la misma cantidad del mineral
  • La sal Light tiene una cantidad menor de sodio, pero es complementada por potasio, lo cual es peligrosos en personas con trastornos renales.
  • Utiliza hierbas, jugo de limón y otras variables para condimentar. Trata de ir reeducando gradualmente al paladar; no llevamos el exceso de sal en nuestros genes.
  • Los Gobiernos están obligados a legislar sobre esta materia.

 

 

VACUNA CONTRA EL ESTRÉS

 

En el consultorio

–       Sr José. Si usted continúa fumando y comiendo tan salado, le tendré que mandar a hacer una placa

–       De tórax doctor?

–       No, de Mármol

 

Un caníbal le pregunta a otro

.    –    Que tal te cayó mi hermana?

–       Le faltó Sal

 

Hasta nuestro próximo contacto.

*Medico. Magíster en Salud Pública.

www.drcarlosbasanta.es.tl

Twitter: @drcarlosbasanta

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