La tragedia de la oposición
La historia de los errores de la oposición en estos casi diez años de tragedia política para el país, ha estado marcada por la obsesión de transitar como única meta de movilización de la población, las puras elecciones. Para una parte importante de la oposición, el evento electoral ha constituido el alfa y el omega de la trama política en está última década. De nada ha valido el fraude continuado que el régimen ha practicado desde el Referendo Revocatorio Presidencial del 15 de agosto del 2004. El CNE hasta la fecha de hoy (08-05-08) no ha entregado los resultados de las elecciones del 02 de Diciembre del año pasado (2007), sin embargo este sector de la oposición continúa apostando a las elecciones. Esta conducta ha llevado a un sector importante de venezolanos a caer en una “depresión política” que se ha traducido a su vez en una frialdad electoral (llámese abstención), y es que la acción política no puede agotarse exclusivamente en elecciones.
Una oposición partidista conciente del papel que juegan las Fuerzas Armadas en el mantenimiento de la paz y el funcionamiento de las instituciones democráticas, hubiese reaccionado de manera enérgica ante las declaraciones prusianas del Ministro de la Defensa y el Comandante del Ejército. Ante hechos como estos, una observa cómo el debate de la oposición partidista, no refleja la realidad de una Venezuela donde todas las instituciones están bajo el poder hegemónico del autócrata. Pero no importa, hay que continuar jugando a la “democracia”
Esta conducta de un sector de la oposición, obliga a otro sector no menos importante, a demandar un debate más profundo en el seno de los partidos, un debate que pueda mirar más allá de las elecciones, el cual pasa por presentar un programa claro y mínimo que contenga una propuesta de país creíble en el área de la política, de la economía, de lo social, de un modelo de las instituciones, es decir, un debate que trascienda lo puramente electoral. Esta falencia de la oposición partidista, hace que la gente no sepa qué hay después de las elecciones. No se trata de que pretendamos de idealizar ingenuamente la acción política del momento, se trata si, de que la política no puede descansar únicamente en el puro debate electoral y los nombres de los candidatos. Somos de la opinión que dentro de la expectativa electoral la oposición tiene que incluir respuestas alternativas al socialismo caudillista de Estado que ha venido llevando adelante el Presidente Chávez, concepción política que históricamente ha sido incapaz de resolver los problemas de la gente mayormente desfavorecida económicamente a quién dice representar y defender.
El griterío electoral no puede pasar por alto el debate sobre la institución de la reserva militar como un aparato armado al servicio de los intereses políticos del régimen, lo cual conspira contra las libertades políticas, la estatización de las empresas y los negocios, (lo que se traduce en una mayor concentración de poder económico), el secuestro de la formación de los niños y adolescentes a través de la pretendida reforma curricular, la creación de la Policía Nacional, es decir, mientras el autócrata continúa su camino de crear la estructura necesaria para consolidar su proyecto totalitario, la oposición se mantiene en la estrategia del juego democrático de las elecciones, sin enfrentar en la calle las políticas de creación de las estructura totalitaria del régimen. Tal parece que la oposición partidista no ha logrado en una década descifrar el fenómeno de la referencia totalitaria del régimen, vale decir, sus códigos, sus iconos, sus símbolos, por lo tanto, no ha sabido o no ha podido producir un efecto de rechazo colectivo a sus políticas. Será que tendremos que aceptar lo dicho por Nietszche, de que “cada uno actúa como puede y no le es posible actuar de otra manera”
