Las actrices cuarentonas se ponen a valer
Hubo un tiempo en el cine en que se prefería a las actrices entre 20 y 30 años, por tener los mejores atributos físicos. Esa época ya pasó, al constatarse que muchas de las mejor pagadas -y las más premiadas- actualmente superan los 40 años, edad que se ha dado en llamar “los nuevos 30”.
El grupo es numeroso
Así sucede con actrices cuarentonas como Halle Berry, Nicole Kidman y Jennifer Aniston, que nunca han tenido tantos contratos como ahora. En efecto, Berry es muy aplaudida en toda alfombra roja, siendo escogida como una de las damas más sensuales de Hollywood en publicaciones faranduleras (compitiendo con otra cuarentona, Charlize Theron), a pesar de que ha cumplido los 47 años. La australiana Kidman es una de las más solicitadas a pesar de sus 44 años y Aniston es más popular ahora que cuando estaba en el reparto de Friends, aún con sus 42 primaveras, especialmente desde que se divorció de Brad Pitt. Por su parte, la simpática Sarah Jessica Parker, quien revolucionó la televisión con su atrevida serie “Sexo en la ciudad”, a sus 46 años tiene que rechazar ofertas para poder cuadrar su apretada agenda.
Mientras tanto, la cincuentona Demi Moore sigue deslumbrante y orgullosa de haber conservado como marido al joven Ashton Kutcher por un tiempo. Si vamos más allá, Meryl Streep, que ya superó los 64, sigue exigiendo 10 millones por película, con ofertas de sobra, jactándose de haber sido la estrella del musical más taquillero de todos los tiempos, Mamma mia, siendo casi sesentona.
Fuera de la meca del cine, la equivalente de Meryl en el cine inglés es Helen Mirren, de 64 años, quien -interpretando a la realeza británica o a la esposa de Hitchcock- ha ganado montones de premios al transitar su madurez. Otra actriz de origen británico, la rubia Naomi Watts, ha impresionado a público y crítica por su trabajo en Lo imposible, siendo candidata al Oscar a sus 45 años.
En otras latitudes
En el cine italiano, la sensual Monica Bellucci todavía deslumbra a todos por lo bien conservada que está a sus 46 años, mientras el cine francés sigue considerando como su “gran dama” a Catherine Deneuve, quien se apresta a entrar este año en el mundo de las setentonas, y todavía es escogida para papeles románticos. Un caso excepcional es la de su colega Emmanuelle Riva quien -a los 85 años- fue la más vieja en ser candidata al Oscar el año pasado, por su actuación en la emotiva Amour.
No podemos dejar fuera de la lista de las mejor pagadas a Sandra Bullock (48 años),quien se ha revalorizado hace poco al ganar un Oscar por The blind side, y su actual película The heat está arrasando este verano en el norte, donde trabajó al lado de una cuarentona muy solicitada, Melissa McCarthy, quien rompió el mito de que la gordura no es atractiva. Mientras tanto, la rubia Cameron Diaz (41 años) ha afilado sus uñas al exigir -además de sus $ 15 milloncejos- un porcentaje de la recaudación, una práctica común de muchas actrices en la cima de sus carreras.
La tv también las aprecia
Algunas intérpretes maduras, conscientes de que su oportunidad en el cine ya ha pasado, se refugian en la televisión, como ha sido el caso de la talentosa Glenn Close, de 66 años, quien es la figura descollante de la serie policial Damages; su colega Holly Hunter (55 años) es la protagonista de Saving Grace, Laura Dern (46 años) hace lo mismo en Iluminada, mientras Kyra Sedgwick (47 años) es la estrella de The closer, y lo mismo sucede con sus coetáneas Julianna Margulies (The good wife) y Robin Wright (House of cards), quienes han sido candidatas al Emmy. En esa categoría sobresale la hispana Sofía Vergara, de 41 años, quien -por la gran audiencia que tiene la osada serie Modern Family – se convirtió en la actriz mejor pagada de la televisión, también gracias a que la publicidad que rodea la cinta Fading Gigolo, donde Vergara hace un trío en la cama con Sharon Stone y John Turturro.
No hay duda que el talento y la experiencia valen tanto como la juventud y la belleza física en tiempos en que la tercera parte de los asistentes a los teatros y la mayor parte del público televisivo son gente madura, por tener limitaciones para otras diversiones.
