Opinión Nacional

Las babas de Carlos Escarrá

Están tan desesperados por el fracaso de sus montajes, sus truculencias y sus baboserías, que les hierve la sangre rojo-rojita y les sale por los ojos, desorbitados de tanto delirio. Llevan el pandero en este aquelarre de nazismo criollo, en este pandemonio de falsedades y mentiras Mario Isea y Carlos Escarrá, Saúl Ortega y Cilia Flores mientras al tambor batiente de su danza del fuego mueven sus piltrafas los enanos asamblearios, todos abyectos y serviles gnomos sumisos al teniente coronel. Les cuelga la baba de tanto lamer botas. Y no tienen otro argumento que ser los vasallos del Supremo.

Les cuelgan del rabo las mentiras. Hoy se lo preguntaba Antonio Ledezma, y de tanta razón abruma: si en efecto hay amenazas de magnicidio y golpe de estado, ¿qué hace el candidato a cadáver bebiendo champán chino y comiendo caviar ruso rodeado de su harem y su corte de lambucios? ¿Dónde se ha visto un magistrado más irresponsable, más despreocupado y más bufón que deja el país al capricho de golpistas y magnicidas?

Se caen de maduras y podridas las mentiras de quienes creyeron tapar las pestilencias de La Florida montando el mito del magnicidio y del golpe de estado. Le dan y le dan con una majadería de tarados mentales a las intrigas, las conjuras, las maquinaciones y los magnicidios, mientras sin decírselo a nadie los criminales del hampa que ellos protegen con su inoperancia, asesinan en un solo fin de semana a media centena de humildes trabajadores sólo en los barrios pobres de la Gran Caracas. Vomitan sus porquerías y tratan de amedrentar a la ciudadanía con la rabia de sus babas, creyendo que la oposición saldrá corriendo y sus candidatos ˆ nuestros candidatos ˆ se esconderán debajo de los catres de sus campañas.

Pelas bolas, Carlos Escarrá. Te caes de podrido, Mario Isea. Respondan a las acusaciones de Antonini Wilson, den la cara ante las denuncias de Maiónica, no se escondan como viejas cobardes, armando alharaca y tirando bombas de humo para asustar incautos. La cobardía les rezuma por los poros y creen que armando esta alharaca de su casa de vecindad asamblearia nos olvidaremos de darles una soberana paliza el 23N.

Chillen, chillen como demonios. No les servirá de nada. Invoquen a Satanás, a Belcebú y al diablo en persona a ver si nos mareamos y caemos en la estúpida reacción de escondernos debajo de nuestros colchones. Nada de eso: el magnicidio se llama unidad. El golpe de estado se llama elecciones regionales. La fecha del crimen: 23 de noviembre. La víctima: esos fantasmas de la revolución pegados como sabandijas al cogote del teniente coronel.

El 23N nos vemos. A la hora señalada. No se escondan debajo de las pantuflas del Supremo. Tengan honor y coraje y dejen las habladurías de viejas cotorras. Les sale fracaso. Basta de tanta bipolaridad chavista. Llegó la hora de la hombría.

Fundado hace 28 años, Analitica.com es el primer medio digital creado en Venezuela. Tu aporte voluntario es fundamental para que continuemos creciendo e informando. ¡Contamos contigo!
Contribuir

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Te puede interesar
Cerrar
Botón volver arriba