Opinión Nacional

Las esperanzas en Pancho Arias

Me cuento entre los 690.808 zulianos que no votamos por el recién electo gobernador del Zulia, pero hoy al igual que los 758.925 que si lo hicieron, tenemos las mismas expectativas y deseos en torno al futuro que nos ha de deparar la nueva gestión regional; sobre todo si las ofertas electorales prometidas, en gran parte tuvieron vinculadas al hecho de superar los males de la acción gubernamental anterior, nacidas en la falta de sincronía y oposición a los designios y políticas que se originaban desde Miraflores.

Declarar la emergencia financiera del Zulia por haber encontrado que a nuestras arcas; de acuerdo a los planes previstos en el presupuesto ordinario para la gestión del 2013, le hace falta la bicoca de cuatro mil quinientos veintiún millones quinientos sesenta y un mil bolívares (Bs. 4.521.561,00), no es cualquier concha de ajo. Al margen de las consideraciones acerca de los enredos, que como sapos crudos tragaban lo de la administración saliente, lo que si reflejan estos numeritos es el ahogo financiero al que se le ha sometido al Zulia en los últimos lustros; y he aquí la dimensión del reto que tiene por delante el novísimo gobernador, quien sin más compromiso que el adquirido con los hombres y mujeres de estas tierras caliente, deberá doblarle el brazo al asfixiante centralismo del gobierno central.

Haber prometido 18 meses para acabar con los trasnochos y sobre saltos, que a diario viven los vecinos que circundan la Cárcel de Sabaneta, cabalgar y domar a la vez ese potro endiablado en que se ha convertido la violencia y la inseguridad ciudadana, no es poca cosa en una ciudad como Maracaibo y un Estado fronterizo como lo es el Zulia. Aquí desde hace mucho tiempo vivimos en estado de terror, ante un Estado paralelo conformado por pranes, secuestradores, paramilitares y sicarios, que mantienen sitiados a los zulianos de bien. De tal forma que no nos toca de otra, sino armarnos de optimismo y velar porque la recién estrenada Gobernación Bolivariana, sea eficiente y eficaz en la prometida coordinación con la Gran Misión a Toda Vida Venezuela y con los Dispositivos Bicentenarios de Seguridad, (Dibise), para así disminuir definitivamente las terribles estadísticas de la violencia criminal.

Acerca del tema de la vialidad, y si algo habrá que reconocerle al nuevo jefe del Palacio de las Águilas, en su anterior gestión, será el recordado plan vial de carreteras urbanas e interurbanas, que hicieron del Zulia en su momento, un ejemplo a seguir por el resto de las entidades regionales del país. Ahora bien, nuestro gobernador bolivariano en los días de campaña se comprometió (y esperamos que cumpla la palabra empeñada), a concretar vialidades óptimas y de calidad, también se comprometió a la construcción del Puente Nigale, la ampliación de vías Inter-Urbanas y a la culminación de la circunvalación número 3. Asimismo nos ofreció la construcción de las líneas 2 y 3 del Metro de Maracaibo, además de impulsar el proyecto Ferroviario Zuliano y de la modernización de todos sus aeropuertos.

Asi las cosas, y dadas las primeras medidas de reordenamiento del aparato estatal y la declaratoria de emergencia financiera, nos corresponde a cada uno, colmarnos de confianza, seguridad y certidumbre; porque en medio de todas las dificultades que pudiesen presentarse, todavía le quedan las esperanzas al Zulia, que a partir de ahora le irá mejor; asumiendo que el nuevo mandatario regional, tendrá presente el doble compromiso adquirido aquella tarde, cuando el reelecto presidente expresó: “¿Cómo es que la mayoría vota por Chávez para Presidente y después votan contra Chávez en las elecciones de gobernadores?. Que se acabe eso, el que vote por Chávez el 7 de octubre tiene que votar por Pancho Arias Cárdenas en diciembre”.

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