Opinión Nacional

Las verdaderas intenciones de Chávez

El desplante de Chávez frente a la muerte de Raúl Reyes tiene razones profundas, algunas de las cuales no han sido, a mi manera de ver, expuestas o apreciadas con claridad. Las exposiciones de los dirigentes de la oposición dejaron mucho que desear, a excepción de las de Henry Ramos Allup.

Primero: Chávez teme que su programa de liberación de rehenes se vea obstaculizado y le impida continuar con los periódicos shows, explotando desvergonzadamente el dolor de secuestrados y familiares, para hacerse aparecer internacionalmente como un amante de la paz y a las FARC como un «verdadero ejército» civilizado y «humanitario».

Segundo: no hay duda de que para Chávez las FARC son sus aliados naturales para hacer realidad sus delirios de grandeza: tomar de la mano de las FARC el poder en Colombia. Aunque esto parezca disparatado, y efectivamente lo es, Chávez ha venido planteando reiteradamente en los últimos meses la necesidad de reconstituir la Gran Colombia a través de la «revolución bolivariana». Y tal como él mismo lo expresó en la Asamblea Nacional, las FARC representan la revolución bolivariana en Colombia «y aquí los respetamos».

La victoria de las Fuerzas Armadas colombianas ha hecho tambalear esos delirios de Chávez. Chávez teme que su programa de explotación periódica de los secuestrados y sus familiares para hacerlo aparecer como adalid de la paz se quede en el arranque. Así mismo, la evidencia de su complicidad con la narcoguerrilla puesta al descubierto por el gobierno colombiano, es un golpe mortal para sus planes expansionistas.

Tercero: Chávez tiene un año que nada le sale bien, viene de fracaso en fracaso. La improvisada decisión de «movilizar diez batallones hacia la frontera» y «desplegar la fuerza aérea» por una parte no es más que un ridículo desplante, nuestras fuerzas armadas no están en capacidad de movilizar diez batallones, simplemente no tienen lo más elemental para ese fin: los camiones de transporte de tropas. Pero a la vez y eso es lo más importante, tal desplante tiene objetivos ulteriores. Efectivamente, Chávez y su gobierno se encuentran «embarrenados», viene un proceso electoral en el que vislumbra una gran derrota y su pérdida de popularidad y apoyo popular es exponencial y a esas circunstancias se añade que las filas del chavismo se resquebrajan cada día más.

¿Cómo piensa Chávez superar esa situación? Pues buscando un enemigo externo más creíble que Estados Unidos. Y quien mejor que Uribe y Colombia, para tratar de obtener el apoyo popular alentando el sentimiento patriotero ante la «amenaza» de agresión de la «oligarquía» colombiana, tratando de conjurar de esa manera su pérdida de popularidad. Esta línea queda al descubierto en el discurso de Maduro en la Asamblea Nacional.

Cuarto: Pero más grave aún, Chávez, con toda seguridad, va a provocar un incidente armado con Colombia, lo que le abonaría el terreno para declarar el estado de excepción, con las suspensión de las libertades públicas, en particular la libertad de información y las garantías procesales. Esto tiene como objetivos políticos la suspensión de las elecciones y evitar la derrota que sabe inevitable y desatar, apoyado en el estado de excepción, una ola represiva que le permita descalificar, apresar e inhabilitar a todo vestigio opositor: medios y dirigentes o líderes democráticos. Lloverán los procesos por «traición a la patria» y los cierres de medios de comunicación.

Mis amigos y compañeros que están en Venezuela: ojala me equivoque pero que deben prepararse para ese escenario y denunciarlo con fuerza desde ahora. Que Dios los coja confesados.

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