¿Libertad de expresión?

Inverosimil pero cierto, para poder tener libertad de expresión cualquier ciudadano común debe pedir por favor para ser escuchado, no tanto por causa de un gobierno que rige las comunicaciones sino debido al filtro por el que pasan las noticias…

¿Cuales son esos filtros?

1.- los mismos comunicadores, que determinan ¿quienes son o no entrevistables?, tomando en cuenta el pull de personajes que serán llamados a declarar in eternum en los diferentes medios.

2.- Superar la influencia de aquellos doctos elegidos por esos mismos comunicadores, que determinarán ¿que debemos leer?, ¿como debemos leerlo?, ¿que temas serán o no relevantes?, ¿porque deben ser relevantes?, ¿como serán tratados?, ¿hasta cuando serán tratados?.

3.- Superar la política editorial que en vez de estar al servicio de la comunidad se encuentra al servicio de un negocio informativo que supedita la comunicación a los intereses de un grupúsculo de personajes y caprichos de los mismos que determinan ¿que será verdad o no?

4.- El poder del empleador representado en el dueño o dueños de los medios que serán quienes aprobarán o no la permanencia de un comunicador social en los mismos, tomando en cuenta sus capacidades que relativamente se considerarán, pero tomando mayoritariamente en cuenta el interés supra nacional del dueño del medio y de sus influyentes asociados.

5.- El temor a ser despedido que impide escribir aquello que verdaderamente es por encima de aquello que quisieramos que fuera.

6.- La insistencia a no investigar sino a mediatizar la información, manipularla, deglutirla, bajo el criterio que la gente no sabe, desconoce o no entiende y lo que es peor, les falta preparación para saber.

7.- El creer que se sabe que es lo que el lector quiere leer o ver o escuchar.

8.- La solidaridad parcial, vease el caso de Milagros Perez y el de cientos de periodistas o mejor dicho comuncadores sociales que han sido removidos de medios de comunicación simplemente porque no persigen las directrices mediatizadas y tendenciosas de los directores del medio.(Transportándonos a la historia reciente podemos ver el caso de Heberto Castro Pimentel).

9.- El show montado entorno a Napoleón Bravo y Teodoro Petkoff…

10.- El no hablar de ¿quien financia Tal Cual?, hombre de negocios que quebró al grupo Corimón años «A» comprando empresas quebradas como Colorín en Argentina por el simple hecho de la facilidad de sacar dólares preferenciales durante el control de cambio del señor Lussinchi el cual limitaba la salida de capitales desde $1 a $100.000.00, pero que daba carta blanca a sumas superiores de retiro y evasión de capitales.

11.- El inicio de proyectos informativos, la saturación de personal en empresas de comunicación y luego el abandono abrupto de los mismos echando a la calle a personas que no son culpables de esos proyectos efímeros de desarrollo que por capricho son iniciados y finalizados.

12.- El mecanismo que impide que personas comunes puedan tener acceso a los medios y se utilice el subterfugio del estudio de una carrera para poder hablar, opinar, dicernir, escribir, participar en un medio de cualquier tenor, so pena de ser sancionado con la censura a la libertad de expresión.

Por este y otros motivos es que no puedo estar de acuerdo con la falacia de la pseudo libertad de expresión que en Venezuela es preminentemente propiedad de una minoria propietaria, dueña, accionaria y de algunos minúsculos empleados que responden solo a una relación patronal laboral.

Así que señores de La Razón, Señor Ulacio, ¡Viva la libertad de expresión!, pero no la ustedes, sino la de la mayoría silenciosa que debe soportar lo que una minoría decide expresar de acuerdo a sus personales valores alejados del interés colectivo.