¿Llegará a hacer falta una “Operación Entebbe” en Venezuela…?
Todo indica que la línea fascista del gobierno bolivariano, recibe alimentación o, en el mejor de los casos, silencio crítico, desde la cúpula dirigente que controla el presidente Chávez.
No es poca cosa esa de obviar (y más bien fomentar) las funestas fuerzas que se generan de la madre de todos los conflictos: la xenofobia.
Parece ser que la propuesta social del presidente de Venezuela descansa, primordialmente, en la “legitimación oficiosa” de quienes tienen derecho a ser o no ser venezolanos. De lo contrario, no sucederían, como suceden, estos atropellos xenofóbicos que, palpablemente, pueden ser calificados como copias fieles de la peor época pre-hitleriana europea.
Este régimen bolivariano, sin lugar a dudas, se gana todos los puntos negativos que describen la violación de los derechos humanos universales.
Debemos recordar, que “los derechos humanos” son producto de un consenso de universalidad planetaria. Por supuesto, excluyendo de la lista a los países forajidos que los irrespetan (que no son numerosos).
Por mucho que alardee de imparcialidad el gobierno bolivariano, no puede ahora desligarse del mal inicial de haber incentivado la xenofobia en aras de fortalecer su identidad fascista (elitismo bolivariano).
Me pregunto de verdad: ¿Será necesaria una “Operación Entebbe” en nuestro más inmediato futuro…?
La cercanía (y las verdaderas posibilidades de una situación similar) es palpablemente fresca: la encontramos, simplemente, en la efectiva y quirúrgica eliminación (con ayuda de Israel), del jefe de las FARC, Raúl Reyes, en Colombia.
Chávez, conocido mal nadador de orillas de río, poco a poco, se va metiendo en aguas verdaderamente profundas.
Una contundente y adversa realidad se le va desdibujando a cada fallida brazada, a cada escandalosa zambullida.
Pero gracias a su congénita estulticia, no se da cuanta de las grandes posibilidades que crecientemente (y sin quererlo) le va proporcionando a la oposición.
El dictador, cada vez más alejado de la realidad que lo circunda, avanza aislado hacia su propia inmolación.
